Kate Middleton, princesa de Gales, anunció este viernes 22 de marzo que se encuentra en las etapas iniciales de quimioterapia para atender el cáncer que le fue detectado recientemente, luego de someterse a una cirugía abdominal.
La esposa de Guillermo, príncipe heredero al trono británico, se convierte en la segunda integrante de la familia real que padece cáncer, luego de que a principios de febrero se anunciara que el rey Carlos III también se encuentra recibiendo tratamientos de quimioterapia para atender la enfermedad, aunque no se especificó la zona en la que se encuentra el tumor.
"En enero me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres y en ese momento se pensó que mi condición no era cancerosa", dijo Middleton en el video donde revela su enfermedad.
“La cirugía fue exitosa. Sin embargo, las pruebas posteriores a la operación encontraron que había cáncer. Por lo tanto, mi equipo médico me recomendó que me sometiera a un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora me encuentro en las primeras etapas de ese tratamiento”, agregó la princesa de 42 años.
Kate Middleton, como heredera consorte al trono, y el rey Carlos III se unen a una larga lista de monarcas británicos que han padecido diversas enfermedades que han mermado su salud y que han llegado a poner en riesgo a la corona a lo largo de los años, principalmente por padecimientos relacionados con problemas sanguíneos debido a la obsesión por preservar el linaje.
Los monarcas británicos que han padecido enfermedades
Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia
Gobernó Inglaterra entre 1603 y 1625, pero sufría de una enfermedad neuromuscular hereditaria que compartía con su padre e hijo que le provocaba piernas débiles y un caminar extraño. También se dice que padecía porfiria, una enfermedad de la sangre que afecta al sistema nervioso y a la piel.
Durante los últimos años de su vida, se enfermaba frecuente y seriamente. Sufría de artritis, gota y desmayos y marzo de 1625 se contagio de malaria lo que terminó por provocarle un ataque cardíaco. Murió a los 58 años tras un ataque de disentería.
Jorge III del Reino Unido
Gobernó entre 1801 y 1820. Padecía porfiria, lo que le provocó serios trastornos mentales y nerviosos, entre ellos alucinaciones y problemas psiquiátricos como depresión, ansiedad y paranoia. Durante su reinado experimentó episodios de locura, delirios y alucinaciones.
El 1811 fue confinado al castillo de Windsor hasta su muerte debido a sus delirios. Podía hablar durante horas sin pausa asegurando que mantenía conversaciones con ángeles y en una ocasión saludó efusivamente a un roble que según él era el rey Federico Guillermo III de Prusia. En 1819 sufrió un ataque de locura que provocó que hablara incoherencias durante 58 horas seguidas hasta que finalmente cayó en coma.
Ricardo III
Rey de Inglaterra entre 1483 y 1485. Murió en batalla, pero de acuerdo con las descripciones de la época, era un hombre con una pronunciada joroba y una pierna más corta que la otra, posiblemente causadas por una escoliosis, una curvatura lateral de la columna vertebral.
Reina Victoria
La segunda más longeva de las monarcas del Reino Unido (solo superada por los 70 años de reinado de Isabel II) padeció de hemofilia, un trastorno causado por la deficiencia de una proteína en la sangre que afecta a la coagulación. La monarca heredó este padecimiento a tres de sus hijos y sus bisnietos.
Carlos III
El Palacio de Buckingham informó el pasado 5 de febrero que el rey Carlos III, quien ascendió al trono en septiembre del 2022, se encontraba enfermo de un cáncer no especificado. Mientras que la reina consorte Camila asegura que el monarca se encuentra bien en su tratamiento oncológico, algunos medios hablan sobre una posible abdicación debido a su posiblemente deteriorado estado de salud.