Guerra franco-prusiana

Resumen de la guerra franco-prusiana

  • Fecha: 19 de julio de 1870-10 de mayo de 1871.
  • Lugar: Francia y Provincia del Rin (Reino de Prusia).
  • Casus belli: victoria de Prusia ante Austria en la guerra de las Siete Semanas | Inminente anexión de los Estados Alemanes del Sur | Candidatura del príncipe prusiano Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen al trono de España | Telegrama de Ems.
  • Beligerantes: Segundo Imperio Francés (19 de julio de 1870-2 de septiembre de 1870) y Tercera República Francesa (4 de septiembre de 1870-10 de mayo de 1871) | Confederación Alemana del Norte, Reino de Prusia, Reino de Sajonia, Gran Ducado de Baden, Reino de Baviera, Reino de Wurtemberg y Hesse-Darmstadt.
  • Personajes célebres: Napoleón III, François Achille Bazaine, Patrice de Mac-Mahon, Louis Jules Trochu y Léon Gambetta | Guillermo I, Otto von Bismarck, Helmuth von Moltke, Federico III, Karl Friedrich von Steinmetz, Federico Carlos de Prusia y Albrecht von Roon.
  • Fuerzas en combate:
    • Segundo Imperio Francés: 492.585 soldados activos (profesionales) y 417.366 “Moblots” de la Garde mobile.
    • Reino de Prusia y aliados: 300.000 soldados activos (profesionales) y 900.000 unidades Landwehr.
  • Resultado: victoria prusiana.
  • Consecuencias: Napoleón III abdica al trono de Francia | Se disuelve el Segundo Imperio francés | Se proclama la Tercera República francesa | Los Estados alemanes se unifican en una única entidad política: el Imperio alemán | El Imperio alemán anexiona las provincias francesas de Alsacia y Lorena a su territorio.

Si existiese una causa primigenia que diese sentido al estallido de la Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial en el siglo XX, esa sería, sin duda alguna, la guerra franco-prusiana.

Este conflicto bélico sembró un profundo resentimiento entre franceses y alemanes, a la par que configuró a los dos bandos beligerantes que habrían de enfrentarse en la Gran Guerra.

Antecedentes y contexto histórico de la guerra franco-prusiana

Previo al estallido de la guerra entre el Reino de Prusia y sus aliados en contra del Segundo Imperio francés, la lucha por el control hegemónico de los Estados alemanes herederos del Sacro Imperio Romano Germánico había conducido al Imperio de Austria y al Reino de Prusia a enfrentarse en la guerra de las Siete Semanas (14 junio–23 agosto de 1866), un conflicto bélico del cual Prusia resultaría vencedor.

Tras la derrota de Austria, esta sería excluida de la recién instaurada Confederación Alemana del Norte, entidad política en la que se unificaron la mayor parte de los Estados Alemanes Septentrionales bajo el liderazgo de Prusia (Baden, Baviera, Wurtemberg y Hesse-Darmstadt decidieron no formar parte de dicha confederación).

Mapa de la Confederación Alemana del Norte
Mapa de la Confederación Alemana del Norte (en color rojo). En color naraja se observan los estados asociados que se unirían luego, y en color naranja claro el territorio de Alsacia-Lorena (que se incorporaría tras la guerra franco-prusiana). Imagen de Wikipedia.

Por su parte, el Segundo Imperio Francés de Napoleón III (pariente del mítico Napoleón Bonaparte) había cosechado ciertos éxitos militares (guerra de Crimea, intervención en favor de la Unificación italiana en detrimento de Austria), a la par que reformaba su ejército para una guerra en contra de Prusia que parecía inminente.

Naturalmente, la Unificación alemana representaba un peligro para las ambiciones imperialistas de Napoleón III, quien, tras haber fracasado en su intento de anexar Luxemburgo, en 1867, amenazó con represalias militares a Prusia si esta intentaba anexionar a la Confederación cualquiera de los Estados Alemanes del sur.

Causas de la guerra franco-prusiana

Tras la abdicación de Isabel II de España a causa del triunfo de la Revolución de 1868, un nuevo gobierno provisional asumiría la jefatura de Estado a la espera de un nuevo monarca.

Ante tal oportunidad, la Casa Hohenzollern, que era, a su vez, la casa reinante en Prusia, sugirió la candidatura del príncipe Leopoldo al trono de España.

Naturalmente, Napoleón III no contempló dicha candidatura con buenos ojos, pues, de concretarse, Francia quedaría rodeada por dos reinos dirigidos por Prusia.

A pesar de que Napoleón III logró impedir la coronación del príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, el emperador francés quiso cerciorarse de tener las garantías de la renuncia de la candidatura del príncipe Leopoldo por escrito y con la aprobación del mismísimo rey Guillermo I de Prusia, quien, para ese momento, se encontraba descansando en la localidad de Bad Ems.

Con la arrogancia que lo caracterizó, Napoleón III decidió enviar a un embajador (Vincent Benedetti) ante el rey de Prusia para obtener la tan ansiada renuncia oficial de la candidatura del príncipe Leopoldo, dando lugar a una de las reuniones más trascendentales de la Edad Contemporánea.

Ante tal imprudencia, el rey Guillermo I ordenó enviar un comunicado (Telegrama de Ems) a Otto von Bismarck explicando con detalle lo ocurrido en Bad Ems.

Como habría de esperarse del Canciller de Hierro, este aprovecharía la oportunidad para modificar el telegrama y dar la impresión de que el embajador francés había sido humillado. De hecho, Bismarck iría un pasó más adelante, al convertir el Telegrama de Ems en un comunicado público de prensa.

Tras la publicación del comunicado de prensa editado por Otto von Bismarck en territorio francés, Napoleón III declararía la guerra a Prusia el 19 de julio de 1870 como represalia ante tal humillación.

Por su parte, el Canciller de Hierro aprovecharía dicha oportunidad para ensalzar el sentimiento nacionalista en los Estados alemanes del Sur, consiguiendo, además, su anexión temporal a la Confederación Alemana del Norte durante el desarrollo del conflicto bélico.

Etapas de la guerra franco-prusiana

Las dos Frankias: el despliegue de tropas

El 20 de julio de 1870, aproximadamente, un millón doscientos mil soldados alemanes emprenderían camino hacia el rio Rin, frontera natural entre ambas Frankias (Alemania y Francia) desde los tiempos del Imperio carolingio.

Tropas prusianas
Ilustración de tropas prusianas durante la guerra franco-prusiana, obra de Ron Embleton (año 1966).

Por su parte, las fuerzas imperiales francesas que se movilizaron hacia el río Rin no superaron las trescientas mil unidades, en parte, debido a una logística y gestión de tropas, cuando menos, deficiente.

Logística y estrategia: Le Boeuf versus Helmuth von Moltke

La superioridad logística de Prusia y sus aliados era evidente, puesto que, mientras el general francés Le Boeuf no poseía un plan previo de enfrentamiento coherente, el mariscal prusiano Helmuth von Moltke, más conocido como Moltke el viejo, tenía un plan ideado desde 1866.

Según este genio militar, Prusia y sus aliados podrían ganar con relativa facilidad si hacían uso de telégrafos y redes de ferrocarriles, puesto que estos elementos les permitirían potenciar la logística y la comunicación de sus tropas.

Los partisanos franceses: un enemigo impredecible para los alemanes

A pesar de que Francia había sido la primera en declarar la guerra, y, por tanto, la primera en atacar, a las pocas semanas de haber iniciado el conflicto, el ejército alemán ya se encontraba luchando en pleno territorio enemigo.

Ante tan desfavorable situación, surgiría la figura del partisano francés, una unidad de combate no profesional e impredecible que causó estragos en las líneas de suministros y retaguardia alemana.

La batalla de Gravelotte: la batalla más sangrienta de 1870

El 18 de agosto de 1870 tendría lugar la batalla más cruenta y sangrienta de toda la guerra franco-prusiana: la batalla de Gravelotte.

Batalla de Gravelotte
Ilustración de la batalla de Gravelotte, obra de Emile Brisset (año 1894).

Si bien los franceses lograron asestar la impresionante cifra de 20.000 bajas enemigas a cambio de solo 7.800 bajas en sus filas, los prusianos lograrían conseguir una victoria estratégica, pues, tras el final de la batalla, las exhaustas tropas francesas decidirían retirarse a Metz, lugar donde serían sitiados hasta su rendición en octubre de 1870.

La batalla de Sedán: Napoleón III es capturado y forzado a abdicar

La victoria estratégica obtenida por los alemanes en Gravelotte les permitió avanzar por el norte de Francia, llegando finalmente a Sedán el 1 de septiembre de 1870. Precisamente, sería en esta localidad donde se libraría la batalla más importante de la guerra franco-prusiana: la batalla de Sedán.

Un día después de haber iniciado la batalla, el avance de las tropas alemanas era innegable; de hecho, ese mismo día el emperador francés Napoleón III sería capturado y forzado a abdicar al trono de Francia.

Napoleón III y Bismarck tras la batalla de Sedán
Napoleón III y Bismarck tras la batalla de Sedán, obra de Wilhelm Camphausen (año 1882).

Cuando la noticia de la derrota del ejército imperial en Sedán llegó a Francia, los republicanos aprovecharon la oportunidad para declarar disuelto el Segundo Imperio Francés y proclamar el nacimiento de la Tercera República Francesa el 4 de septiembre de 1870.

El inicio de las negociaciones: las exigencias de Bismarck

En un principio, el nuevo gobierno republicano de Francia estaba dispuesto a negociar su rendición, ofreciendo, para ello, territorios coloniales y el pago de determinadas indemnizaciones en su condición de agresor principal.

Sin embargo, desde la perspectiva de Bismarck, estas ofrendas de paz eran insuficientes, puesto que, dentro de sus exigencias, se incluían la entrega de Alsacia y Lorena: dos territorios ricos en carbón y hierro.

Como habría de esperarse, las exigencias del Canciller de Hierro serían rechazadas rotundamente por el gobierno francés, por lo que la guerra continuaría aun tras la caída de Napoleón III. No obstante, en ese punto de la historia, la victoria prusiana era inminente, concretándose de facto con el sitio de París.

El sitio de París: el nacimiento del Imperio alemán

A finales de septiembre de 1870, las tropas alemanas conseguirían romper las defensas enemigas y arribar a la capital francesa, iniciando, tras ello, un duro asedio que terminaría por quebrar la voluntad de sus defensores a inicios de 1871.

Sitio de París
Bombardeo de París, obra de Henri Félix Emmanuel Philippoteaux (año 1871).

Poco tiempo después de haber conquistado Paris, el rey Guillermo I y el mítico Canciller de Hierro (Otto von Bismarck) proclamarían el nacimiento del Imperio alemán en las instalaciones del Palacio de Versalles, asestando con ello un tremendo golpe moral a los franceses.

La proclamación del Imperio alemán en territorio francés causaría un enorme descontento entre los franceses. Tal sería la humillación que diversos grupos de milicias rebeldes francesas decidirían levantarse en armas en contra de las tropas alemanas, incluso después de la rendición oficial de Francia el 28 de enero de 1871.

El tratado de Fráncfort: el final de la guerra franco-prusiana

Las condiciones de paz para el final de la guerra franco-prusiana se firmarían en el tratado de Fráncfort el 10 de mayo de 1871. En dicho documento, se estableció la entrega oficial de las provincias francesas de Alsacia y Lorena al Imperio alemán, así como también la entrega de grandes sumas de dinero en indemnizaciones.

Consecuencias de la guerra franco-prusiana

Bajas de la guerra franco-prusiana

Luego de 6 meses, 1 semana y 2 días de enfrentamientos armados, la guerra franco-prusiana dejaría el siguiente saldo de bajas (soldados y civiles) en los bandos enfrentados:

Beligerantes Soldados Civiles
Segundo Imperio Francés
Tercera República Francesa
150.000 300.000-400.000
Reino de Prusia y aliados 52.000 200.000

La Comuna de París: el descontento del pueblo francés

La guerra franco-prusiana generaría un enorme descontento y resentimiento en el pueblo francés, no solo en contra de los alemanes sino también en contra de su propio gobierno.

De hecho, pocos días después de la firma del tratado de Fráncfort, un movimiento insurreccional de índole socialista, conocido como La Comuna de París, lograría instaurar un gobierno paralelo en París. Sin embargo, sería rápidamente derrocado por el gobierno oficial el 28 de mayo de 1871.

Revanchismo, resentimiento y alianzas: la antesala de la Gran Guerra

Para apaciguar el enorme descontento popular, la política de la República francesa se centraría en la eventual recuperación de los dos territorios perdidos: Alsacia y Lorena.

Asimismo, en términos sociales, el gobierno francés impulsaría en su país una campaña de revanchismo y resentimiento hacia los alemanes, a la par que fortalecía su milicia para una posible guerra futura.

Así, pues, el crecimiento de las tensiones políticas en Europa derivaría en la configuración de los dos bandos que habrían de enfrentarse en la Gran Guerra: Francia se alía militarmente con el Imperio ruso y Reino Unido, a la par que el Imperio alemán hace lo mismo con Italia y el incipiente Imperio austrohúngaro.

Referencias

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