Alegres, muy familiares y algo testarudas: el parecido (más que físico) entre Alejandra de Hannover y su tía abuela Federica de Grecia

La hija pequeña de Carolina de Mónaco se ha convertido en uno de los miembros más queridos de la familia. Y a su madre le recuerda a alguien.

Alejandra de Hannover y Federica de Grecia.

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En las fotografías de último Baile de la Rosa en Mónaco, celebrado en 2019, fueron Carolina de Mónaco, Carlota Casiraghi, Beatrice Borromeo y Sassa de Osma quienes se llevaron toda la atención de los flashes. Sin embargo, la joven Alejandra de Hannover, de la mano de su novio Ben-Sylvester Strautman, también deslumbró en el evento gracias a su bello vestido de Sandra Mansour, pero sobre todo, por su amplia sonrisa.

La única hija de Ernesto Augusto V de Hannover y Carolina de Mónaco se ha convertido tímidamente en uno de los miembros más queridos de la saga. Alexandra Charlotte Ulrike Maryam Virginia de Hannover y Cumberland Grimaldi (1999, Vöcklabruck, Austria) es conocida por sus dotes de líder, a la vez que por su dulzura y carácter familiar, y también por una cierta testarudez.

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Pero este férreo compromiso con sus convicciones no es simple pose. Por ejemplo, aunque por tradición le correspondía seguir la religión protestante, quiso hacerse católica y se bautizó, asumiendo que esa decisión eliminaba sus derechos a la corona británica. Dicen que, de todos sus hermanos (y son muchos, tres por parte de madre –Andrea, Carlota y Pierre– y dos por el padre –Ernesto y Christian), es ella quien lleva la voz cantante y ejerce de nexo entre ellos. Está muy implicada en ayudar a Carlota con los preparativos de su boda con Dimitri Rassam, y es habitual verla junto a Sassa de Osma en eventos de moda y celebraciones.

Su madre Carolina ha comentado en alguna ocasión que Alejandra le recuerda mucho a su tía Federica, reina de Grecia, la fallecida madre de la reina Sofía, y tía abuela de la joven Alejandra (Federica es hermana del padre de Ernesto de Hannover). Una similitud que ve tanto en la personalidad de ambas, alegre y familiar, como en su físico, algo más discreto que el de sus hermanas y cuñadas, pero que nunca las hizo sentirse menos.

El rey Pablo de Grecia y su mujer, la reina Federica, en 1954.

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Federica de Grecia, que ostentaba los títulos de princesa de Hannover, de Gran Bretaña e Irlanda, y era duquesa de Brunswick y de Luxemburgo, destacaba por su energía y su espíritu resolutivo (algunos dirían incluso que algo mandón), herencia de su educación germánica. Su vida estuvo marcada por los devenires geopolíticos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Grecia, ella y su marido el príncipe heredero Pablo de Grecia huyeron del país, y a su vuelta, su cuñado Jorge II asumió el poder, y más tarde su esposo. Su hijo Constantino (el mayor, junto a Sofía e Irene), sería depuesto por un golpe de los coroneles y Federica se refugió en las montañas y finalmente en Roma.

Al igual que Alejandra, Federica también tenía fuertes convicciones religiosas y al margen de los convencionalismos familiares. La reina Federica (o 'tante Freddi', como la llamaban sus allegados), se ausentó en la coronación de su nieto Juan Carlos porque estaba en la India, país en el que vivió durante cuatro años para conocer las enseñanzas del sabio hindú Shankaracharya. De la biografía de Federica de Grecia, lo que más destaca desafortunadamente es su trágica muerte. La madre de doña Sofía falleció durante una sencilla operación de cirugía estética a la que se había sometido para quitarse dos pequeñas bolsitas que tenía sobre los párpados. Un adiós repentino que pilló a todos desprevenidos.

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A la hija pequeña de Carolina de Mónaco la conocimos en aquellas primeras apariciones donde se la veía como una niña traviesa, simpática y curiosa que crecía al margen de los escándalos paternos. Cuando el matrimonio de sus padres se rompió y se instaló con su madre en Clos Saint Pierre cerca de sus parientes, pronto se convirtió en la Grimaldi más natural y menos altiva. Inició muy buena relación con sus primas Camille Gottlieb y Pauline, hijas de Estefanía, que se mantiene hasta hoy en día. Pero sin duda, su gran aliada es su madre Carolina, a quien considera una gran amiga y protectora.

Una royal inusual, apodada con el nombre de 'princesa de hielo' por su afición al patinaje sobre hielo, que siempre es fuente de alegría para sus amigos y conocidos gracias a su espontaneidad. En la despedida de soltero de su hermano Andrea apareció disfrazada de vaca.

Andrea Casiraghi del brazo de su mujer, Tatiana Santo Domingo, y su hermana Alejandra de Hannover

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