Dzerzhinski, el 'señor del miedo': el más cruel y siniestro verdugo de los bolcheviques - Periodista Digital

MEMORIA HISTÓRICA

Dzerzhinski, el ‘señor del miedo’: el más cruel y siniestro verdugo de los bolcheviques

"Félix de Hierro"

Fue el más cruel y siniestro verdugo de los bolcheviques.

Se llamaba Félix Dzerzhinski y era un aristócrata polaco.

Nacido en Vilna en 1877, de adolescente quería ser jesuita pero abandonó sus estudios de matemáticas en 1896 para dedicarse completamente a la agitación revolucionaria, junto a los comunistas rusos.

Se convirtió en un sindicalista y agitador bastante conocido.

Fue colaborador íntimo de Rosa Luxemburgo.

Amante de las letras, logró acabar sus estudios en Literatura en la Universidad de Moscú y pudo realizar cursos de postgrado en el extranjero.

Extremadamente educado, culto y encantador su camino se fué haciendo más oscuro conforme la Revolución de Febrero tocaba a su fin.

Fué esta la que lo liberó de la prisión en Moscú y desde entonces sólo pensaría en la venganza.

Dzerzhinski había pasado 11 años en las cárceles zaristas.

Lo habitual era 4 ó 5 años.

También fué condenado a trabajos forzados en Siberia (no como destierro sino como trabajador forzado).

Contrajo tuberculosis y en una de las prisiones, la de Orel, lo torturaron.

Durante la Revolución de Febrero era miembro del Comité Central bolchevique y aceptó las tesis de Abril de Lenin de mala gana.

El 20 de dicembre de 1917 le fué encomendada la creación y dirección de la Vserossiiskaya Chrezvychainaya Komissiya po Borbes Kontrrevolyutsiei i Sabotazhem (Comisión extraordinaria para toda Rusia para combatir la contrarrevolución y el sabotaje). Sus siglas VCHECA, más conocidas como CHEKA, germen de lo que será la KGB

Dzerzhinski fundó horfanatos para niños, la sociedad «Dinamo», para el fomento del deporte (el encargado de la sección de Voleibol es Nikolai Patrushev, el actual director del FSB*) y participó en numerosas organizaciones y sindicatos durante los años veinte.

Pero si hay una palabra que define lo que sintieron sus coetáneos cuando lo veían es: MIEDO.

Según uno de los Naglovki, Dzerjinski era poco estimado en las altas esferas bolcheviques.

Pero la gente se sentía ligada a él por el temor, temor que también llegaban a sentir los Comisarios del Pueblo.

Félix continuó siendo educado, culto y encantador pero la personalidad que desarrolló ya estaba distorsionada por el dolor y todo el mundo está de acuerdo en que era un histérico.

Trotsky le definió así: «Dzerjinsky era un hombre de una gran explosiva. Su energía se mantenía en tensión por medio de constantes descargas eléctricas. Por insignificante que fuese la cuestión que se discutía, montaba en seguida en furia, las aletas delgadas de su nariz empezaban a temblar, los ojos despedían fuego y la voz tomaba un tono agudo, quebrándose a cada paso. A pesar
de la alta tensión nerviosa. Dzerjinsky no conocía la apatía ni los estados de presión.  Encontrábase, por decirlo así, en un estado de movilización contínua. En cierta ocasión, Lenin hubo de compararlo a un fogoso caballo de pura sangre. En todos los asuntos en los que tenía que intervenir, se le turbaba enseguida la vista y se ponía a defender con gran pasión, intransigencia y fanatismo a sus colaboradores contra cualquiera crítica, sin que a él personalmente le tocase nada: Dzerjinski vivía sólo para la causa».

Casi todos sus compañeros de partido le tenían miedo.

Brusilov envió una carta a Trotsky en 1918 para que intercediera ante la Cheka para liberar a oficiales zaristas, este le contestó que no estaba en buenas relaciones con la Cheka y temía ser el mismo detenido.

Por su fanatismo se le opodó «El Caballero de la Revolución» y «Félix de Hierro«, por su inexorabilidad.

Pero de lo que casi nadie se daba cuenta era de que debajo de su capa de dureza escondía una personalidad profundamente melancólica, con tendencias depresivas.

No tenía amigos íntimos, siempre fué un hombre muy introvertido.

Murió en 1926.

A su muerte, su sucesor y amigo, Viacheslav Menzhinski, envió a Pravda uno de los textos más hermosos se que han escrito sobre alguien.

Menzhinski, inició un proceso de culto hacia su mentor casi tan potente como el de Lenin y Stalin, pero en unos círculos más restringidos.

  1. Estatua en la Plaza Dzerzhinski: En la Unión Soviética, Dzerzhinski fue venerado como un héroe revolucionario. Después de su muerte en 1926, se erigieron estatuas en su honor en varias ciudades, incluida una imponente estatua en la Plaza Dzerzhinski en Moscú.
  2. Derribo de la estatua: Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, la estatua de Dzerzhinski en la Plaza Dzerzhinski fue derribada por orden del alcalde de Moscú. Este evento simbólico marcó el fin de una era y el comienzo de una nueva era en Rusia.

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