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75 aniversario de la boda y el suicidio de Hitler

Eva Braun, la chica que jur� ser aria para morir como esposa del 'f�hrer ' derrotado

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Se han cumplido 75 a�os del suicidio de Hitler pero tambi�n de su matrimonio de 30 horas con Eva Braun. 'Pobre criatura', as� la llamaba �l, era una nazi fan�tica que ya le pidi� casarse. El dictador dijo no.

El 'f�hrer' y Eva Braun, en una imagen de archivo.
El 'f�hrer' y Eva Braun, en una imagen de archivo.

Eva Braun y Adolf Hitler hubieran celebrado el pasado 29 de abril sus bodas de brillantes, pero su matrimonio s�lo dur� 30 horas, las que trascurrieron entre el enlace y su suicidio. Ella con un veneno cuya eficacia hab�a probado d�as antes el novio en su inseparable pastor alem�n, Blondi. Hitler con un disparo. Era el �ltimo acto de una relaci�n melodram�tica, la capitulaci�n en una guerra que dej� cerca de 60 millones de muertos.

El gui�n de la escena final ideada por unos amantes m�s plat�nicos que carnales comenz� a escribirse el 28 de abril de 1945 a las 10 de la ma�ana, cuando Hitler empez� a dictar a su secretaria privada, Traudl Junge, su testamento. Eva, entre tanto, se preparaba para el momento m�s feliz de su vida. A las 23.30, Hitler llam� a todos los residentes en el b�nker. Unas 25 personas y entre ellas Erna Flegel. "Nos pusimos en fila, nos dio la mano, agradeci� que sigui�ramos en nuestros puestos y dijo que si el destino as� lo quer�a, perecer�a", declar� la enfermera al ser interrogada por las fuerzas aliadas tras la guerra.

Al filo de la medianoche, uno de los guardianes del b�nker alert� al guardaespaldas y telefonista de Hitler de la llegada de un hombre. "Pregunt� qui�n era y Hetschel me dijo que el notario, que abriera la puerta, que el jefe se casaba", fue la declaraci�n de Rochus Misch. El reci�n llegado era Walter Wagner, jefe del departamento legal de la regi�n de Berl�n y representante en ese distrito de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda.

Wagner fue conducido al despacho de Hitler. Hacia las 0.30 de ya el 29 de abril, Hitler y Eva Braun aparecieron agarrados del brazo. Hitler luc�a su uniforme habitual. Eva, un vestido negro, zapatos negros y como �nico complemento una pulsera de oro.

La ceremonia fue breve. Ambos juraron descender de arios puros y estar libres de enfermedades hereditarias. Se intercambiaron los anillos, que a ambos le quedaban grandes, y luego firmaron el acta matrimonial. Actuaron como testigos Goebbles y Martin Bormann, jefe del Partido Nazi en la Canciller�a. Eva firm� con su nombre de pila y una B, de Braun, que luego tach� para sobrescribir la H de su nuevo apellido. En el exterior repicaban las bombas rusas.

Seg�n Heinz Lorenz, agregado de prensa de Hitler durante la II Guerra Mundial, hubo una peque�a fiesta, pero el f�hrer no se sum�. Volvi� a su despacho para concluir el dictado de su testamento. Junge mecanografi� dos, uno pol�tico y otro privado. "Yo y mi esposa elegimos la muerte para evitar la verg�enza de una derrota o de la capitulaci�n", era su �ltima voluntad. Eva no mor�a como concubina.

El 'f�hrer' y su amante en su residencia de Berghof, en los Alpes b�varos.
El 'f�hrer' y su amante en su residencia de Berghof, en los Alpes b�varos.

A las 2.30 de la madrugada acab� el �gape. Hitler segu�a en su despacho y no hay pruebas de que, al menos esa noche, yaciera junto a su flamante esposa. Tras el desayuno, Eva se hizo arreglar el pelo, se pint� las u�as de rojo y se cambi� de ropa. Eligi� el vestido favorito de Hitler, un chif�n negro con rosas blancas ribeteando el escote.

Hacia las 14.40, la pareja se encerr� en su �rea privada del b�nker. Ella fue encontrada sin signos de violencia, sentada en el sof� y con una mano apoyada en el hombro izquierdo de �l. Su muerte se fij� en las 15.28 h. La de Hitler, dos minutos m�s tarde, a las 15.30.

"Es nuestro deseo ser quemados inmediatamente en el lugar donde he pasado la mayor parte de mi trabajo diario en los 12 a�os de servicio al pueblo", dec�a su testamento. As� se hizo, fueron cremados con gasolina.

Eva, 'Hascherl'

Eva Braun, apodada Hascherl -pobre criatura- por sus lamentos constantes de falta de atenci�n de Hitler, conoci� al dictador en 1929. Eva, con 17 a�os, trabajaba en el estudio muniqu�s del fot�grafo nazi Heinrich Hoffmann y aunque Hitler era 23 a�os mayor, el color de sus ojos y su ambici�n de poder la cautivaron. Pronto empezaron a salir juntos, pero sin intimar. La �nica mujer en la vida de Hitler era su sobrina Angela Geli Raubal. El suicido de �sta, en 1931, marc� su vida y su relaci�n con Eva, un personaje con muchas aristas "pero en ning�n caso la de v�ctima. Eva Braun no era la chica na�f, apol�tica, desinteresada y con s�ndrome de lealtad. Ella era parte de la maquinaria de propaganda", sostiene Heike G�rtmaker, historiadora y autora de la biograf�a Eva Braun. Vida con Hitler.

Eva, efectivamente, fotografiaba y filmaba a Hitler en su privacidad, material que luego vend�a a Hoffmann y que �ste relanzaba en grandes tiradas. Al aparato nazi le ven�a bien mostrar a un f�hrer humano, vestido de civil, acariciando a Blondi o sonriendo junto a una chica esbelta, rubia y joven, una perfecta aria.

OBSESIONADA CON HITLER

Cont� el ama de llaves del refugio alpino de Hitler, Anny Winter, que la obsesi�n de Eva por Hitler era extrema. En una de sus visitas a Berghof, Eva le pidi� matrimonio, pero �l se neg�. No quer�a perder su atractivo de soltero ante sus seguidoras femeninas.

"Eva se puso muy triste e intent� suicidarse con un arma de su padre", relat� Winter. Lo intentar�a una segunda vez, tres a�os despu�s, en 1935, y esta vez con una sobredosis de pastillas. El padre de Eva culp� a Hitler de las desventuras de su hija y se neg� a que la tuviera en casa como una cortesana. Hitler reaccion� regalando a Eva una casa en M�nich y con una asignaci�n a la altura de los lujos y placeres que el partido nazi negaba a las mujeres. Eva Braun, caprichosa y depresiva, beb�a, fumaba y no quer�a tener hijos. Recib�a la �ltima moda de Par�s y se cambiaba de ropa hasta siete veces al d�a.

Encerrada desde marzo de 1945 en el b�nker con Hitler, aunque �ste le prohibi� cruzar el pa�s para reunirse con �l, Eva escribi� a su hermana Gretl que no abandonar�a la ratonera porque, dijo: "Soy muy feliz, ahora puedo estar cerca de �l".

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