CONRAD Y LA ESPERANZA

“No debe suponerse que reivindico para el artista en ficción la libertad del Nihilismo moral — decía Conrad en 1905–. Esperaría de él, más bien, numerosos actos de fe, el primero de los cuales sería el alimentar y mimar una esperanza eterna; y esperanza, incontestablemente, implica toda la piedad del esfuerzo y de la renuncia. Tendemos a olvidar que el camino de lo excelso es en lo intelectual, a diferencia de lo emocional, la humildad. Lo que uno siente tan irremediablemente estéril en el pesimismo declarado es tan sólo su arrogancia. Parece que el descubrimiento hecho por muchos hombres en diferentes momentos de la historia de que es mucha la maldad existente en el mundo fuera fuente de orgullo y de inconfesable alegría para no pocos autores modernos. Esta disposición de la mente no es la más apropiada para abordar seriamente el arte de la Ficción. Da al autor — Dios sabe por qué— una confortable sensación de superioridad, y no hay nada más peligroso que esa satisfecha comodidad para la absoluta lealtad para con los sentimientos y sensaciones que debiera poseer el autor, sobre todo en los más exaltados momentos de creación.

Ser esperanzado en un sentido artístico no implica necesariamente el creer en la bondad del mundo. Basta con creer que no es imposible que sea así.”

(Imagen-ptxabay)