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20 a�os de su muerte

Eugenio, de los chistes millonarios a la ruina por la coca�na, la bebida y la depresi�n

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El humorista Eugenio, con su caracter�stica est�tica de ropa negra, gafas ahumadas y fumando.
El humorista Eugenio, con su caracter�stica est�tica de ropa negra, gafas ahumadas y fumando.

Tras aquella imagen t�trica de negro luto, gafas ahumadas, algunos vicios visibles como el cigarro y el whisky, sin un atisbo de sonrisa y la voz nasal made in Catalonia con la que siempre empezaba un chiste "�saben aquel que diu?" se escond�a un hombre fr�gil. Hace ya 20 a�os que el humorista Eugenio pas� a un mundo mejor porque en el terrenal las penurias le fueron carcomiendo poco a poco.

Nacido en 1941, durante su infancia, un padre machista le repet�a hasta la saciedad que jam�s llegar�a a nada, fue un estudiante terrible y se puso a trabajar en un taller de joyer�a. Pero la noche y las juergas le confund�an hasta tal punto que tras conocer a una atractiva andaluza llamada Conchita dej� plantada en el altar a su novia. Eugenio y Conchita se casaron en 1967, tuvieron dos hijos (Gerard e Ivens) y formaron pareja art�stica como el d�o Els Dos, que lleg� a las semifinales de Eurovisi�n en 1970 en la que el representante espa�ol fue Julio Iglesias con la canci�n Gwendolyne.

Eugenio el cuenta chistes naci� cuando su mujer tuvo que ir a cuidar a su madre enferma y el due�o del local en el que actuaban le pidi� que empezara a contarlos. El �xito de la pareja fue tan grande que llegaron a comprar el pub Sausalito y con su propio dinero grabaron en 1979 el primer casete de chistes que se agot� inmediatamente en todas las gasolineras. Pero a Conchita no le dio tiempo a saborear el tremendo �xito de su marido, ya que en 1980 muri� de un tumor en el pecho.

A partir de aquel momento, el universo interno de Eugenio Jofra i Ballafuy se desmembr� como las piezas de un puzzle. Pero el personaje parec�a inalterable. Hab�a que seguir haciendo caja. Su aparici�n en el concurso Un, dos tres provoc� que cada una de sus cintas vendieran un mill�n de copias y que anualmente realizara alrededor de 150 galas a raz�n de 500.000 pesetas por cada una. Su fama le preced�a e incluso actu� ante el dictador Pinochet y el gran Cantinflas. Pero todo desapareci�.

Su adicci�n a la coca�na y a la bebida, las fiestas desmadradas, las depresiones profundas, su pasi�n por las mujeres y una salud delicada incrementada por varios infartos y un c�ncer de vejiga dilapidaron su gran fortuna. En los �ltimos a�os de su vida le confes� a su hijastro: "He sido un mal padre, lo he hecho fatal. He ganado mucho dinero y lo he perdido todo". Su primog�nito recuerda que tras el fallecimiento de su madre "se le rompi� el mundo en su mejor momento profesional. Fue un antes y un despu�s, lleg� la pena". As� lo contaba en el documental Eugenio (2018), de los directores Xavier Baig y Jordi Rovira, que previamente realizaron el documental sobre Joana Biarn�s, la primera fotoperiodista espa�ola que se col� en la habitaci�n de los Beatles y capt� a escondidas a Tita Cervera con su primer marido, Lex Barker.

Isabel Soto, su viuda, en el primer aniversario de la muerte del humorista.
Isabel Soto, su viuda, en el primer aniversario de la muerte del humorista.

Con su segunda compa�era sentimental, tambi�n Conchita (Soto) tuvo otro hijo, Eugeni, y en 1997 se cas� por �ltima vez con Isabel Soto, con quien no tuvo descendencia. En la d�cada de los 90 la cabeza se le fue hasta tal extremo que mand� construir una pir�mide en la piscina de su casa porque se hab�a obcecado con el ocultismo y el esoterismo. Eugenio era una simple sombra de lo que hab�a llegado a ser.

Desde los 14 a�os hab�a apuntado a mano 50.000 chistes que, con su ca�da en desgracia, casi ni recordaba. Tuvo otras dos mujeres m�s, se paseaba por los saraos de Barcelona como alma en pena y cansado de la vida decidi� dirigir su destino. Conoci� a su primera nieta y unas horas despu�s cay� fulminado en la pista de baile del restaurante Oliver y Hardy.

Gerard, uno de los hijos del c�mico.
Gerard, uno de los hijos del c�mico.

El hombre que hizo re�r a toda Espa�a y parte de Latinoam�rica falleci� a los 59 a�os envuelto en una sempiterna hiel. Su hijo Gerard ha mantenido viva la imagen de uno de los mejores humoristas de la segunda mitad del siglo XX con sus espect�culos con el nombre de Reugenio.

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