Eugenia de York ha vivido un año de luces y sombras. Tal y como confesaba ayer en su cuenta oficial de Instagram, la hija del duque de York y Sarah Ferguson ha vivido de forma agridulce el final del 2021. Un balance de un año con alegrías, como el bautizo de su primer hijo, Augusto Felipe, pero también marcado por el recuerdo de quienes se han ido, como el abuelo paterno de August, que falleció pocos días antes del bautizo.
En este final de año, la princesa de York ha querido conmemorar también la figura de Felipe de Edimburgo, quien murió el pasado 9 de abril a la edad de 99 años.
“Un año que nos ha bendecido con nuestro niño pero también que se ha llevado a algunas de nuestras luces”
“Feliz Año Nuevo a todos... adiós 2021. Un año que nos ha bendecido con nuestro niño y ha visto crecer a nuestra familia con nuevas incorporaciones, pero también un año que se ha llevado a algunas de nuestras luces más grandes y brillantes. Siempre en nuestros corazones”, ha escrito Eugenia de York en una emotiva carta en las redes que acompañaba una galería de fotos con la que la princesa repasaba su 2021. Además de recordar a su abuelo, Felipe de Edimburgo, con una imagen de este en el campo y junto a su inseparable compañera, la reina Isabel II, la princesa ha publicado una imagen de su marido, Jack Brooks-bank, con su suegro. Sin embargo, el 2021 también ha estado lleno de alegrías para Eugenia de York.
Entre el repaso fotográfico del año, la princesa ha incluido una imagen de las huellas impresas en un papel de los pies de la primera hija de Beatriz de York y Edoardo Mapelli Mozzi. Su sobrina, la pequeña Sienna, llegaba el pasado 18 de septiembre para hacer crecer todavía más la familia.
Pero la imagen más destacada de la emotiva publicación se reservaba para el final. Se trata de la primera fotografía pública que la familia ha compartido sobre el bautizo del pequeño August. Sentado en su regazo y con un romántico traje de encaje y volantes en beige, a juego con el estilismo de su madre, el pequeño posaba minutos antes de ser bautizado en la capilla real de Todos los Santos en Windsor. Un recuerdo feliz con el que Eugenia de York cierra el repaso de su año más agridulce.