Flavia de Hohenlohe, la aristócrata que ayuda a Ucrania: “Solo espero que, en un futuro no muy lejano, las personas puedan volver a su tierra y reconstruir sus vidas”

Experta en arte –presidió Sotheby's España durante 20 años–, sobrina del príncipe Alfonso –fundador de Marbella– y nieta de la XVIII duquesa de Medinaceli, la presidenta de la ONG Rescate está muy implicada en ayudar a las víctimas de la guerra. Hablamos con ella.
Flavia de Hohenlohe en el Palacio de Liria el 1 de octubre de 2016 en la boda de Luis Martínez de Irujo y Adriana Marín.
Flavia de Hohenlohe en el Palacio de Liria el 1 de octubre de 2016, en la boda de Luis Martínez de Irujo y Adriana Marín.Cordon Press

Flavia de Hohenlohe-Langenburg (Madrid, 1964) acaba de descubrir el significado de la teoría cisne negro, fenómeno que explicaría en su opinión la invasión de Ucrania de la que se cumple estos días un año. “Una metáfora que describe un suceso sorprendente para el observador, y de gran impacto socioeconómico. Así lo vimos la mayoría. Parecía impensable una guerra en Europa en el siglo XXI”, reflexiona la aristócrata, que está especialmente implicada en el asunto a través de su trabajo en la ONG Rescate que preside desde junio de 2021. Una organización “pequeña, pero veterana, ya que trabaja con refugiados desde 1960”, me cuenta. Y que, cuando estalló el conflicto, asumió “de la noche a la mañana” una importante movilización de recursos, “tanto económicos como logísticos. Nos tuvimos que reinventar para poder acoger dignamente a los cientos de refugiados. Y he que decir que, gracias a la labor que hicimos, conseguimos mucha visibilidad. La Cruz Roja y otras organizaciones mucho más grandes que nosotros nos pedían ayuda”, asegura.

Nieta de Mimi, la carismática XVIII duquesa de Medinaceli, y sobrina del príncipe Alfonso, el fundador de Marbella, Flavia de Hohenlohe siempre ha estado vinculada al mundo del arte. Durante 20 años presidió la sucursal de Sotheby's en España, y hoy continúa ligada a ese sector con numerosos proyectos. "Colaboro con distintas casas de subastas y también hago cosas por mi cuenta. Estoy trabajando en la comercialización de una herramienta muy interesante que optimiza las campañas de marketing digital utilizando Inteligencia Artificial que es sostenible –tiene cero impacto de huella de carbono– y no usa ni cookies ni datos personales, y soy miembro del Patronato de la Fundación Ducal Casa de Medinaceli y la representante del Hermano Mayor de la Cofradía del Cristo de Medinaceli cuando éste no puede acudir a los eventos más importantes”, explica. Pero, en los últimos tiempos, esta faceta ha quedado en cierto modo eclipsada por su labor filantrópica, que arranca en mayo de 2018, cuando recibió la llamada de unas amigas para que las ayudara a organizar una subasta benéfica. “No pusimos manos a la obra y en una semana más o menos habíamos recaudado unos 10.000 euros", me cuenta Hodenlohe, que cree que este tipo de eventos siguen siendo necesarios para conseguir fondos privados, captar socios y dar visibilidad a las diferentes causas a las que apoyan. “También atraen a nuevos voluntarios. Tener contacto directo con los refugiados es muy importante. Se aprende mucho de sus necesidades y expectativas, de lo que hacían antes de llegar a España huyendo de sus países. Recientemente estuve en una residencia que tenemos en Almoguera, Guadalajara, y tuve la oportunidad de conocer a unos 60 afganos que tenemos acogidos allí. Unas personas fascinantes, educadas, respetuosas, y con muchas ganas de aprender nuestra lengua y poder rehacer sus vidas. Había de todo, de una juez del Supremo que en su día había condenado a muchos talibanes a militares, diplomáticos, estudiantes, profesoras... Cada uno tiene su historia, su vida, y que te cuentan siempre con el mismo final: 'Hasta que llegaron los Talibanes'. Escucharles en persona fue muy impactante”, dice con entusiasmo sobre lo que no duda en calificar como “una experiencia de vida muy gratificante y que cualquier granito de arena ayuda. Siempre digo que soy un poco egoísta porque ayudar a los más desfavorecidos me aporta mucho y me hace sentirme bien. ¡Todos ganamos!”, exclama.

Flavia de Hohenlohe con dos compañeros de la ONG Rescate, su secretario, Enrique Ramo, y su tesorero, Carlos Echánove (centro).

Pero si hay un caso en particular de los muchos que han pasado por la ONG con la que trabaja que recuerda es el de Yuri y Antonina. “Yuri llegó en avión desde Polonia a nuestro centro de Almoguera. Es de la ciudad Mariupol. Desde que comenzó la guerra hasta que logró salir de Ucrania pasó casi un mes en un sótano sin agua, sin calefacción, sin apenas comida. Con muchísimo miedo e incertidumbre. Acababa de separarse de su pareja, Antonina, que tiene dos hijos de una relación anterior. Llegó a creer que habían muerto en los bombardeos. Pero en el mes de julio averigua su paradero: estaban en París. Pusimos todos los medios para que la familia se reagrupase en Almoguera. En unos días estaban todos juntos en el centro, y la pareja retomó su relación. Actualmente viven en un piso gestionado por la entidad y están dando pasos muy importantes para su inserción social y laboral, así como en el aprendizaje del idioma, la escolarización de los niños…”.

Madre de dos hijos de su matrimonio con José Luis de Villalonga-Suárez, con quien se casó en 1990 llevando la tiara de su abuela, en los últimos meses Flavia ha tenido ocasión de conocer al embajador de Ucrania en España. “Está muy agradecido con nuestra labor. No he hablado, lógicamente, con Putin, pero de hacerlo le pediría que terminase con esta atrocidad. La guerra nunca es la solución, y el dolor que está causando es irreparable. No obstante, creo que esa es una conversación que tienen que mantener los políticos. Me consta que se están haciendo todos los esfuerzos posibles”. 

–¿Cuál va a ser el desenlace del conflicto?  
–Ojalá lo supiera. De lo que sí estoy segura es de que, una vez acabe, quedará mucho trabajo por hacer. Habrá que reconstruir el país, por lo que los ucranianos seguirán necesitando mucha ayuda. Sólo espero que, en un futuro no muy lejano, todas las personas que tuvieron que huir de Ucrania puedan volver a su tierra y reconstruir sus vidas.