Guillermo el Mariscal, el caballero implacable que sirvió a cinco reyes de Inglaterra

Guillermo el Mariscal, el caballero implacable que sirvió a cinco reyes de Inglaterra

Edad Media

Su vida corre imbricada con la historia de Inglaterra a través del servicio a Enrique II, Enrique el Joven, Ricardo Corazón de León, Juan sin Tierra y Enrique III

Guillermo el Mariscal fue el mayor competidor en justas de su época.

Guillermo el Mariscal ataca a un oponente durante una justa.

Dominio público

Procuren no perderse. Gilbert Giffard, abuelo paterno de Guillermo, había ostentado el cargo de mariscal en la corte de Enrique I de Inglaterra a principios del siglo XII. Después de su muerte, su hijo John conservó el título. En 1135 accedió al trono Esteban de Blois, sobrino del rey, pero una parte de la nobleza apoyó a Matilde, prima de Esteban e hija del difunto Enrique, en su anhelo de convertirse en reina. Al principio, John se puso del lado de Esteban, pero más adelante siguió a Matilde.

En ese contexto de incertidumbre, el rey Esteban asedió el castillo de Newbury, puesto avanzado de las tropas afines a Matilde, con John al frente. En la negociación, como era habitual, el mariscal ofreció un rehén como muestra de sus buenas intenciones: su segundo hijo Guillermo, de cinco años. El rey, desconfiado, ordenó a John que se rindiera o ahorcaría al niño frente al castillo. John respondió que siempre podría tener otro hijo e incluso uno mejor. Ante tal respuesta, Esteban se apiadó del niño y lo dejó libre.

Lee también

Los Plantagenet, reyes ingleses con corazón francés

Rafael Bladé
Horizontal

Guillermo había nacido en torno a 1147. Llegará a ser conde de Pembroke, pero, como hijo de un barón sin fortuna, tuvo que aprender a valerse por sí mismo desde joven. De su padre probablemente aprendiera que el don de la oportunidad, la habilidad militar, el valor y la lealtad a su soberano le podrían convertir en un caballero de honor. 

Entre tanto, los acontecimientos en Inglaterra se suceden. En 1154 es coronado rey el primogénito de la emperatriz Matilde, Enrique II, primer monarca de la dinastía Plantagenet, que contraería matrimonio con Leonor de Aquitania.

Enrique II junto a su madre Matilde.

Enrique II junto a su madre, Matilde.

Dominio público

Con apenas doce años, su familia envía a Guillermo a Normandía, a casa del primo de su madre, William de Tancarville, miembro de la aristocracia anglonormanda y mecenas de caballeros. El joven neófito fue adiestrado en la lucha y recibió nociones básicas de cortesía, es decir, de cómo sobrevivir a las intrigas en la corte. En 1166 fue ordenado caballero. Participó en una batalla en la ciudad de Neufchâtel, y un año después su mentor le llevó a su primer torneo.

Más adelante regresó a Inglaterra. Su padre había muerto y no había dejado ninguna provisión para él. Así las cosas, se puso al servicio de su tío materno, Patrick, conde de Salisbury. Mientras tanto, el poder de Enrique II se veía amenazado en sus dominios anglofranceses. Habían surgido problemas en Poitou, y el conde de Salisbury, llevando a Guillermo con él, partió hacia Francia con órdenes de ayudar a la reina Leonor a gobernar la región.

Lee también

En 1168, durante una emboscada, Patrick murió atravesado por una lanza y Guillermo resultó herido y capturado. Leonor había oído hablar del valor del joven mariscal junto a su tío en la protección de su reino. Pagó el rescate por su libertad y le ofreció un lugar en su corte.

Durante los siguientes dos años, Guillermo permaneció al lado de la soberana, probablemente en Aquitania, ayudándola a imponer el orden en su ducado. En 1170 su carrera dará otro gran paso. El rey Enrique II le hace llamar y le nombra tutor de caballería y maestro de armas de su hijo, Enrique Plantagenet, conocido como “el Joven”. El rey había decidido coronar a su hijo mayor como monarca “asociado” en vida.

Enrique el joven, servido en la mesa por su padre.

Enrique el joven, servido en la mesa por su padre.

Dominio público

Guillermo se convirtió para el soberano, de quince años, en su mentor, amigo y consejero. Fueron inseparables durante más de una década. Cuando, en 1173, Enrique el Joven se levantó contra su padre junto a sus hermanos Ricardo, Godofredo y Juan y su madre Leonor, Guillermo permaneció a su lado, y por ello su nombre figuró en una lista de sublevados. La revuelta fue sofocada al año siguiente y Enrique se reconcilió con su progenitor.

Al servicio del rey

A partir de entonces, el mariscal y el joven rey se centraron en los grandes torneos. La fama y la riqueza de Guillermo seguían creciendo, lo que empezó a suscitar envidias y rumores en su contra. El ruido contra él fue en aumento, y en 1182 fue denunciado por “familiaridad indebida” con Margarita de Francia, esposa de Enrique. Fue desterrado sin posibilidad de defenderse. Durante un tiempo continuó dando esplendor a sus armas en los torneos de Picardía y Flandes.

Poco después, en medio de nuevas disputas en la casa real, es llamado de nuevo a la corte. El joven rey moría apenas meses más tarde, en 1183. Con sus últimas palabras, le pidió al que había sido su maestro y compañero que cumpliera su promesa de ir a Jerusalén. Guillermo viajó a Tierra Santa en 1184 y regresó pasados dos años, antes del inicio de la tercera cruzada.

Lee también

Cruzados: fe, botín y violencia en la Edad Media

Francisco Martínez Hoyos
Vertical

Guillermo permanecería al lado de Enrique II, al que sirvió lealmente durante sus últimos años de reinado, en medio de toda clase de dificultades. El monarca compensó su lealtad concediéndole algunas propiedades y tratando de conseguirle una buena esposa, pero el mariscal no parecía conforme con las opciones que se planteaban.

En 1189, Enrique emplaza a Guillermo con el objetivo de parar al soberano francés en su intento de tomar la región de Berry, un condado independiente en el centro de Francia. Durante la campaña, el rey acabó enfrentado con su hijo Ricardo, llamado a sucederle, que se alió con el monarca galo.

Horizontal

Ricardo Corazón de León.

Terceros

En una peligrosa ofensiva en la que Guillermo percibió que su señor corría peligro, realizó una maniobra de distracción contra las tropas enemigas y descabalgó de un lanzazo al heredero de la Corona. Podía haber acabado con su vida, pero se limitó a matar al caballo como advertencia. Se dice que fue el único hombre que consiguió abatir de su montura a Ricardo Corazón de León. 

Tras la muerte de Enrique II, el mariscal fue aceptado en la corte por su antiguo adversario, Ricardo I, que fue lo suficientemente inteligente como para contar con un hombre cuya lealtad, valentía y capacidad estaban fuera de toda duda.

Al final de sus días, el rey Enrique había prometido a Guillermo la mano de Isabel de Clare, la segunda heredera más rica de Inglaterra. En agosto de 1189, a la edad aproximada de 43 años, contrajo matrimonio con aquella, que, al parecer, tenía 17. El mariscal adquirió así numerosas propiedades en Inglaterra, Gales, Irlanda y Normandía y obtuvo el título de conde de su suegro. Isabel y Guillermo tuvieron cinco hijos y cinco hijas.

Lee también

Ricardo Corazón de León y su duelo con Saladino

Rafael Bladé
Horizontal

Cuando Ricardo Corazón de León partió a la tercera cruzada en 1190, nombró a Guillermo miembro del Consejo de Regencia. Este apoyó a Juan, hermano del rey, en su decisión de expulsar del reino a William Longchamp, designado canciller por el monarca durante su ausencia. En realidad, las intenciones de Juan eran hacerse con el poder.

En 1193, el mariscal se unió a las tropas leales a Ricardo que se enfrentaron a las de Juan. Tras regresar de las cruzadas, Ricardo fue alcanzado por un disparo de ballesta en el hombro durante el asedio al castillo de Châlus. La herida se infectó y el rey murió el 6 de abril de 1199.

Un mundo anglofrancés

Juan I de Inglaterra, llamado Juan sin Tierra, accedió al trono. Guillermo se puso del lado del rey frente a las pretensiones a la Corona de Arturo de Bretaña, hijo del hermano mayor de Juan, Godofredo Plantagenet. 

La guerra estalló entre el monarca francés, Felipe II, y algunos barones del rey inglés que se encontraban defendiendo Normandía. Las tropas galas lanzaron un ataque masivo sobre los ingleses. Guillermo se afanaba en proteger la frontera inglesa de Normandía.

Horizontal

Juan sin Tierra en una cacería de ciervos.

Terceros

Un episodio simbólico fue la toma del Château Gaillard por fuerzas del rey Felipe. A pesar de que Guillermo acudió en su defensa, se vio obligado a retirarse. Los franceses, igualmente, derrotaron a la flota inglesa. Normandía entera había caído.

En 1204, Juan I envió al mariscal a negociar con Felipe II de Francia. Guillermo propuso un trato al monarca galo: le entregaría sus propias tierras en Normandía durante un año como garantía y, si en ese tiempo Inglaterra no conseguía reconquistar el ducado, regresaría y le rendiría honores. 

Tras la muerte de Juan sin Tierra, el mariscal fue designado por el Consejo del Rey para servir como regente de Inglaterra

Y eso fue lo que ocurrió. Pero la solución no fue bien recibida por el rey inglés. No podía aceptar que el mariscal fuera súbdito suyo en virtud de sus posesiones en Inglaterra, Gales e Irlanda, pero rindiera honor al soberano francés por sus tierras en Normandía.

Desde ese momento, rompió prácticamente la relación con su hombre de confianza. En otoño de 1208, Guillermo fue llamado a la corte. Mientras tanto, hombres del rey aprovecharon para invadir sus tierras en Irlanda e incendiar parte de sus posesiones. Cuando el mariscal regresó, levantó el castillo de Carlow y recompuso sus propiedades.

El castillo de Carlow, en Irlanda.

El castillo de Carlow, en Irlanda.

Age Bosma / CC BY-SA 3.0

Poco a poco, la enemistad entre los dos comenzó a diluirse. En 1212, en vísperas de una posible invasión francesa de Inglaterra bendecida por el papa, Guillermo regresó a la corte. Ordenó a los señores de Irlanda que juraran lealtad al rey, y él mismo le ofreció sus servicios de manera incondicional.

Juan I gobernaba a través del miedo, obsesionado con conseguir dinero suficiente recuperar Normandía. Utilizaba todas las técnicas imaginadas para cobrar a sus barones. En 1215, gran parte de los barones de Inglaterra se levantaron contra el rey, ante la negativa del monarca a acatar algunos puntos de la Carta Magna.

En su lecho de muerte, el rey confió en Guillermo para asegurarse de que su hijo, Enrique, de nueve años, obtuviera el trono. Tras la muerte de Juan sin Tierra el 11 de noviembre de 1216, el mariscal fue designado por el Consejo del Rey para servir como regente de Inglaterra durante la minoría de edad de Enrique III. Su primera acción después de su nombramiento fue volver a emitir la Carta Magna.

Efigie sobre la tumba de William Marshal en la Iglesia del Temple, en Londres.

Efigie sobre la tumba de Guillermo el Mariscal en la Iglesia del Temple, en Londres.

Kjetilbjørnsrud / CC BY-SA 3.0

Enrique III accedió al trono en medio de la conocida como primera guerra de los Barones. Las tropas del monarca, comandadas por Guillermo el Mariscal, derrotaron en 1217 a los rebeldes en la batalla de Lincoln, que garantizó la continuidad de la dinastía Plantagenet.

Guillermo empezó a sentirse enfermo en enero de 1219. Tenía cerca de setenta y dos años, y desde Londres se retiró a su mansión de Caversham, en Berkshire. En marzo, ante el inevitable desenlace, convocó a su hijo mayor y a sus caballeros de confianza. Quiso ser enterrado como caballero templario, por lo que fue investido como tal antes de morir el 14 de mayo de aquel año. Sus restos reposan en la iglesia londinense del Temple.

Este artículo se publicó en el número 635 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...