George Clifford, Conde de Cumberland, fue un corsario, pirata y aventurero inglés que odiaba tanto a España que llegó a armar flotas para atacarla al menos en 10 ocasiones
George Clifford, tercer conde de Cumberland, fue un corsario, pirata y aventurero inglés nacido en 1558 en el castillo de Brougham en Westmoreland (condado del norte de Inglaterra). Fue hijo de Henry Clifford, segundo conde de Cumberland, y de su segunda esposa Anne William.
Tenía 12 años cuando murió su padre y heredó el condado. Un año más tarde, ingresó en el Trinity College de Cambridge. Completó sus estudios en la Universidad de Oxford donde cursó matemáticas y geografía.
Con 19 años se casó con Margaret Russell hija del que fue su tutor a la muerte de su padre. El matrimonio tuvo tres hijos, pero no fue feliz debido a la vida aventurera e irregular del conde que, además, dilapidó gran parte de su fortuna en aventuras amorosas y en el juego, situación que terminó con la separación matrimonial.
Su vida y aventuras en la Corte de la reina Isabel I, de la que fue favorito un tiempo, hizo que la reina lo nombrara caballero de la orden de la Jarretera (La Nobilísima orden de la Jarretera, creada en 1348 y que constituye el máximo honor que concede la Corona Británica).
El comienzo de la guerra hispano-inglesa de 1585 le dio la oportunidad al Conde de satisfacer sus ansían de aventura al tiempo de recuperar su fortuna.
Durante estas últimas décadas del siglo XVI, Clifford fue un tenaz enemigo, llegó a armar flotas para atacar los dominios españoles, al menos en 10 ocasiones.
Su primera expedición fue en 1586, cuando con una flota de tres barcos zarpó de Plymouth rumbo a las costas atlánticas de Sudamérica. Aunque alcanzó la desembocadura del rio de la Plata, las presas conseguidas no compensaron los costes de la expedición. Regresó al año a Inglaterra el siguiente
En 1588, durante la batalla de Gravelinas contra la Gran Armada, mandó el Elizabeth Bonaventure, un barco real. Su comportamiento en el combate agradó a la reina quien lo puso al mando de un nuevo navío, el Golden Lion, para que dirigiera una nueva expedición al Mar del Sur (Océano Pacifico).
Con el Golden Lion y otros buques equipados por el conde, zarpó en octubre, pero se vio obligado a regresar debido al mal tiempo.
En 1589, con buque de la reina Victory y otros seis navíos más, zarpó de Plymouth en junio. Con el navegaban el matemático Edward Wrigth y el capitán William Monson.
Poco más tarde, a finales de junio, se encontró con la contra armada manda por Francis Drake que se retiraba derrotada de su intento de ocupar Lisboa. Clifford la auxilió ya que aquella regresaba a Inglaterra casi sin provisiones.
En el Canal, en las costas portuguesas y en las Azores capturaron algunos buques mercantes cargados de especias que le proporcionaron buenos botines, entre ellos un navío español con un gran cargamento que envió rumbo a Inglaterra y que se perdió en el trayecto con todos sus tripulantes.
Pero no todo fueron éxitos, también tuvo serios fracasos como: atacar la Flota de Indias mandada por Francisco Coloma, con el resultado de perder tres buques y tener que retirarse, y ser atacado por los cañones de la isla de Santa María (Islas Azores) con graves daños en su tripulación, además de ser el mismo herido. En su vuelta a Inglaterra sufrió graves problemas por falta de agua hasta su llegada a Irlanda el último día del año.
En 1591, con una nueva flota formada por el navío de la reina Garland y otros siete, zarpó en mayo rubo a las costas portuguesas donde consiguió algunas presas. Como segundo al mando seguía teniendo a William Monson.
Estando en las islas Berlengas (archipiélago portugués en la costa atlántica cerca de la ciudad de Peniche) una tormenta dispersó su flota y fueron descubiertos.
El escuadrón guardacostas de galeras españolas manadas por Francisco Coloma, aprovechando un mar calmado, atacó por sorpresa a los ingleses y capturaron al Golden Noble mandado por William Monson, además de recuperar algunas presas inglesas. Cumberland vio le combate desde la distancia, pero las condiciones del mar le impidieron acudir en su ayuda.
En 1592, Cumberland preparó cinco buques que envío al mando del capitán Norton. En las proximidades de las Islas Azores se encontró con otros barcos ingleses mandos por John Burgh y juntos capturaron a la gran carraca portuguesa Madre de Deus con un gran cargamento. Durante este año también fue nombrado caballero de la Orden de la Jarretera.
En 1593, con la esperanza de repetir el éxito del año anterior, preparó una nueva expedición a las Islas Azores formada por doce barcos que no encontraron anda en su recorrido y por no volverse de vacío a Inglaterra, envió tres de ellos a las Antillas al mando de James Langton, capitán del navío Anthonie. Capturaron algunas embarcaciones, perlas en la isla de Margarita y bloqueó Santo Domingo sin desembarcar.
Langton había recibido órdenes de quedarse en Santo Domingo todo el mes de febrero esperando a Cumberland que llegaría comuna flota de 40 navíos, pero acabaron por perder por naufragio uno de los buques mayores y regresó a Inglaterra en 1594.
A primeros de abril del mismo año, 1594, Cumberland zarpo de Plymouth para el habitual crucero de rapiña a las Islas Azores. Después de capturar algunas pequeñas presas en las costas atlánticas portuguesas puso rumbo a las Islas Azores.
En junio vieron una gran vela que se acercaba, se trataba de una gran carraca portuguesa, la carraca llamada Cinco Chagas (Cinco Llagas). Era un navío de 2.000 toneladas y treinta y dos cañones que había partido de Goa un año antes rumbo a Portugal.
Estaba mandada por Francisco de Mello y fue descrito como el navío más grande jamás construido. Estaba cargado con lo mejor de la India.
Los ingleses la atacaron en lo que se llamó la Acción de Faial (Isla Fayal del Archipiélago de las Azores).
La carraca portuguesa lucho contra tres buques ingleses. La batalla duró casi un día entero. Los ingleses intentaron abordarla tres veces y otras tantas fueron rechazados.
En el cuarto asalto lograron entrar en la carraca y durante el combate se produjo un incendio que no pudo ser apagado.
Lo ingleses coléricos por la muerte en combate del almirante William Anthony y del vicealmirante Jorge Cave, además de otros 90 hombre y 150 heridos, dejaron que se quemara. Los pocos portugueses supervivientes se arrojaron al mar donde los enemigos los acribillaban sin piedad, solo recogieron a 13 supervivientes.
Cuando se perdió el control del fuego, los ingleses decidieron abandonar la carraca. Esta ardió toda la noche y poco después del amanecer, el fuego alcanzó la santabárbara y la carraca explotó, perdiéndose la nave y el cargamento.
Dos semanas más tarde, atacaron al galeón San Felipe comandado por Luis Coutiño que no era hombre dispuesto a entregarse sin combatir, por lo que, tras unos pocos cañonazos, Cumberland, que tenía grandes pérdidas entre las tripulaciones, decidió retirase.
Arribó a Portsmouth a finales de agosto.
En 1595 y 1596 llevó a cabo nuevas expediciones por la costa portuguesa con un nuevo buque llamado Malice Scourge (Azote de Malicia), pero fue desmantelado y se vio obligado a regresar a Inglaterra.
En el año 1597, el conde reunió una flota de 20 barcos y 2.000 soldados que zarparon en marzo de Plymouth en la que fue su más importante, y la última, de las expediciones contra los territorios españoles del más contumaz de los piratas que los atacaron.
Como primera parada, a mediados de abril, fondearon en la isla de Lanzarote. Cumberland conocía la existencia del Marqués de Lanzarote, Agustín de Herrera y Rojas, famoso por las expediciones que había llevado a cabo en las costas de Berbería de donde obtuvo muchos esclavos y grandes riquezas.
El objetivo de Cumberland era secuestrarlo y conseguir un jugoso botín con su rescate, pero su información no estaba actualizada, el marqués había muerto poco antes de su partida de Plymouth.
Tomó Teguise y el castillo de Guanapay sin encontrar resistencia debido a la falta de medios de defensa de los habitantes de la Isla. Los ingleses estuvieron en la isla dos días y, dada la pobreza de esta, solo consiguieron unas pipas de vino y algún ganado, además de arrasar Teguise.
En junio se presentaron ante San Juan la capital de Puerto Rico. Atacaron la ciudad y la tomaron sin dificultad. En el puerto no había naves de guerra y la defensa estaba confiada a los vecinos, solo se produjo una resistencia en el castillo de San Felipe del Morro que estaba defendido por una guarnición de 400 españoles mandados por Antonio Mosquera.
Para evitarlo, los ingleses hicieron un movimiento envolvente y conquistaron la ciudad. Los defensores del Morro aguantaron el ataque inglés hasta que la falta de víveres y municiones les obligó a aceptar una rendición honrosa.
La toma de la ciudad les había causado 60 bajas.
La intención de Cumberland era establecer un asentamiento en la isla, pero una grave epidemia estalló entre sus tropas.
Cumberland abandonó la isla a mediados de agosto poniendo rumbo a la isla de Flores (Islas Azores) en búsqueda de la Flota de la Plata, su gran obsesión. Dejo al mando de Puerto Rico a John Berkeley con 500 soldados, quien, a la vista de las bajas que estaba causando la enfermedad, decidió abandonar la isla el 24 de agosto. Se reunió con el conde en Flores y junto regresaron a Inglaterra en octubre. Las bajas inglesas fueron del orden de 1.000 y, aunque fue una expedición a gran escala, también fue un gran fracaso.
El conde murió en 1605 a la edad de 48 años.
Joaquin de la Santa Cinta, autor de «50 héroes españoles olvidados» y «135 Presidentes del Ejecutivo español en la Decadencia española (1788 -1905)»
Para saber más:
- Lucena Salmoral, Manuel. Piratas, bucaneros, filibustero y corsarios en América.
- Burset Flores, Luis Rafael. Señores de las indias: las agresiones inglesas al Caribe español. Universidad Carlos Albizu. Revista de Indias, 2121, vol. LXXXI, núm. 283.
- Castillo, Francisco Javier. Los apuntes insulares del conde de Cumberland y John Layfield. Universidad de La Laguna.
- Fernández Duro, Cesáreo. Historia de la Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. VII, Expediciones a Ultramar. Instituto de Historia y Cultura Naval