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En 1592 se produjo una revuelta en Quito contra un nuevo impuesto, que fue sofocada por Pedro de Arana, enviado desde Lima al frente de un ejército.
Entre los problemas que los matemáticos griegos no
habían conseguido resolver destacaban tres que
habían
atraído recientemente la atención de varios
matemáticos:
Ese año habían aparecido demostraciones
según
las cuales ninguno de estos tres problemas podía resolverse
(con
la sola ayuda de una regla y un compás). Sin embargo,
François Viète, en unas lecciones que dio en Tours,
demostró que las demostraciones eran incorrectas (aunque no
dio
solución para ninguno de los tres problemas).
Por esta época llegaba a Roma un joven pintor de
veintiún años llamado Michelangelo
Merisi, aunque le llamaban el Caravaggio,
por el nombre de su localidad natal. Sus primeras obras son
figuras de
muchachos de medio cuerpo pintados del natural, en acciones
intrascendentes: Muchacho con un cesto de fruta, Muchacho mordido
por
un lagarto, Muchacho tocando el laúd, etc. También
es de
esta época el Bacchino
malato
(Baquito enfermo) donde el dios Baco no es sino el propio autor.
Miguel de Cervantes seguía en su cargo de comisario real
de
abastos. En septiembre, un
corregidor lo hizo encarcelar acusado de haber vendido trigo sin
autorización.
Dueño ya de todo Japón, Toyotomi Hideyoshi se encontró en la necesidad de mantener ocupados a sus soldados, así que invadió Corea y conquistó la ciudad de Seúl.
En enero de 1593
el duque de Mayenne convocó en París los estados
generales para elegir un nuevo rey. Aunque suficientes para dar
guerra,
los hugonotes eran sólo una pequeña minoría
en
relación con el total de los franceses. Excomulgado por el
Papa
Sixto V, el rey Enrique IV podía ser relegado
fácilmente
en favor de su primo Carlos de Borbón. Y por si esto fuera
poco,
había sufrido numerosas derrotas ante la Santa Liga, que
contaba
con el apoyo de las principales ciudades y el del rey Felipe II de
España. En suma, el futuro de Enrique IV no podía
ser
menos prometedor, pero todavía contaba con una ventaja, y
es que
tener a un rey de la habilidad de Felipe II como enemigo era mucho
más provechoso que tenerlo como aliado.
En efecto, Felipe II cambió de repente la suerte de su
enemigo cuando envió un delegado a París que propuso
en
su nombre como reina de Francia a Isabel
Clara Eugenia, la hija que había tenido con Isabel
de
Valois, hermana del difunto Enrique III de Francia e hija de
Enrique II.
La propuesta causó el espanto general, y la ley
sálica, que en su día salvó a Francia de caer
bajo
la esfera inglesa, fue invocada ahora para librarla de caer bajo
la
esfera española. Así se abrió una
polémica
entre los partidarios de la Santa Liga, que defendían la
candidatura de Isabel Clara Eugenia, la de los más
radicalmente
opuestos a Felipe II, que llegaron a proponer como rey a un hijo
del
duque Enrique I de Guisa, los defensores de Carlos de
Borbón, y
los que no sabían qué rey querían, pero que
sabían que no querían a ninguno de éstos. En
esta
tesitura los franceses comprendieron la importancia de respetar la
legitimidad dinástica, y todas las miradas se volvieron
hacia el
que, sin duda, era el rey legítimo: Enrique IV.
Ciertamente,
Francia no iba a aceptar un rey protestante, pero se abrieron
negociaciones y el 25 de julio
Enrique IV jugó inteligentemente su última carta
abjurando del protestantismo en la basílica de Saint-Denis. Previamente
había participado en unos coloquios teológicos, pero
la
profunda razón que motivó su conversión la
resumió en la conocida frase: París
bien vale una misa. Con esto no estaba todo ganado. El
paso
siguiente fue ir comprando uno a uno a los gobernadores de las
principales ciudades.
El poeta Théodore D'Aubigné, que tras la muerte del
rey Enrique III había luchado junto a Enrique IV,
consideró una traición la abjuración del
monarca y
se retiró a sus posesiones. En cambio, François
Viète siguió los pasos de Enrique IV y se hizo
también católico. Ese año publicó un
libro
sobre trigonometría y geometría titulado Supplementum geometriae, en
el que
proporciona soluciones geométricas a los problemas de la
trisección del ángulo y la duplicación del
cubo
(soluciones no realizables con regla y compás). En otro
libro
publicado poco después, obtuvo el valor de pi con diez
cifras decimales calculando la longitud de un polígono de
393.216 lados, y encontró un desarrollo para pi en forma de
producto infinito.
Ese año murió el humanista francés Jacques
Amyot.
Torquato Tasso dio ya por definitiva la última
versión
de su Jerusalén
libertada,
que ahora había pasado a llamarse Jerusalén conquistada, muy
inferior a la versión original.
El emperador Rodolfo II nombró gobernador de Austria a su
hermano, el archiduque Matías, que dirigió la lucha
contra los turcos y dejó de pagar el tributo que
éstos
exigían por no invadir el resto de Hungría. Valaquia
se
sublevó también contra el dominio otomano bajo la
dirección de Miguel el
Bravo.
Los portuqueses ocuparon Mombasa,
en la costa oriental africana.
George Peele publicó su tragedia Eduardo I.
Londres sufrió una epidemia de peste que, entre otras
cosas,
paralizó la vida teatral, por lo que William Shakespeare se
dedicó a componer un extenso poema titulado Venus y Adonis.
Christopher Marlowe fue acusado de ateísmo y poco
después murió apuñalado en una taberna.
Dejó incompleta la tragedia La
matanza de París, con la muerte del duque de Guisa,
sobre
la matanza de san Bartolomé. Hay quien ha sostenido que
Marlowe
no murió ese año, sino que se escondió de sus
numerosos enemigos y, en la clandestinidad, escribió todas
o
parte de las obras atribuidas a Shakespeare.
Un escocés de cuarenta y tres años llamado John Neper publicó su
trabajó Sencillo
descubrimiento de la revelación completa de san Juan,
cuya finalidad era prevenir el
evidente peligro de los papistas que estan surgiendo en esta
isla.
La obra le dio fama no sólo en Escocia, sino también
en
el continente, pues fue traducida al holandés, al
francés
y al alemán.
Los chinos acudieron a socorrer a los coreanos del ataque
japonés y los japoneses perdieron Seúl.
En 1594 el rey Segismundo III
de
Polonia fue coronado en Uppsala como rey de Suecia. Aunque era
católico como su padre (que poco antes de morir
había
desencadenado una gran crisis al ordenar el cierre de la
universidad
protestante de Uppsala), en el interregno los protestantes se
habían hecho fuertes, bajo la dirección del
tío
del nuevo rey, el duque Carlos
de
Sudermania. Por ello, Segismundo III tuvo que jurar que
respetaría la Biblia y la
confesión de Augsburgo, es decir, la doctrina protestante.
El príncipe elector Juan Jorge de Brandeburgo casó
a
su nieto Juan Segismundo,
de
veintidós años, con Ana,
hija del duque Alberto Federico de Prusia, de catorce años.
La mayor parte de Francia era ya leal al rey Enrique IV, que el 22 de marzo pudo entrar
triunfalmente en
París, donde murió uno de sus rivales, su primo
Carlos de
Borbón. Hasta el duque Carlos II de Lorena se
reconcilió
con él, pero el duque de Mayenne resistía en
Borgoña, en gran parte gracias a la ayuda española
que
recibía desde el Franco Condado.
Antonio Pérez había pasado de Francia a Inglaterra,
donde, bajo el pseudónimo de Rafael
Peregrino, publicó sus Relaciones,
en las que, a partir de los supuestos documentos de Estado que
conservaba en su poder, critica duramente la política
española en general y al rey Felipe II en particular. La
obra
fue muy leída en Europa, incluso en España, a pesar
de
que, como sucedía con todos los acusados por la Santa
Inquisición, la lectura de cualquier escrito suyo estaba
prohibida. Las Relaciones
de
Antonio Pérez constituyen otro de los pilares de la llamada
Leyenda Negra
española.
Felipe II nombró gobernador de los Países Bajos al
archiduque Ernesto de Austria. Los neerlandeses conquistaron la
ciudad
de Groninga.
Un teólogo neerlandés llamado Franz Gomar publicó un
libro
titulado De foedere Dei,
en
el que defendía una teoría de la
predestinación
más calvinista que la de Calvino, según la cual Dios
ya
sabe quién va a ir al cielo y quién al infierno, de
modo
que ningún mortal puede hacer nada para cambiar su destino.
Ese año murieron:
En enero de 1595, el rey
Enrique
IV de Francia declaró la guerra al rey Felipe II de
España. Así, Felipe II se las había arreglado
para
estar en guerra simultáneamente con franceses, ingleses y
neerlandeses (sin contar a los turcos). Felipe II nombró
gobernador de los Países Bajos al archiduque Alberto de
Austria,
que dirigió desde ese momento las operaciones militares
contra
Francia.
Ese año murió el sultán Murat III, que fue
sucedido por su hijo Mehmet III,
de veintinueve años. Estuvo bajo la influencia de su madre.
El
archiduque Matías de Austria seguía combatiendo
eficazmente a los turcos, mientras su hermano, el emperador
Rodolfo II,
era cada día más impopular entre los alemanes, como
consecuencia en parte de haber instalado su capital en Praga. En
Austria estallaron revueltas.
En París murió Antonio, el prior de Crato y
pretendiente a la corona portuguesa.
Sir John Hawkins y sir Francis Drake atacaron Puerto Rico, pero
fueron rechazados por las fuerzas españolas, dirigidas por
Pedro Tello. Hawkins
resultó
muerto. Drake huyó, pero murió poco después
frente
a las costas de Portobelo,
en
Panamá. Sus restos siguen enterrados allí, en un
islote.
Sir Walter Raleigh, después de su caída en
desgracia
ante la reina Isabel I de Inglaterra, dirigió la
exploración de una parte de la costa sudamericana donde los
españoles no habían logrado asentarse por ser
especialmente inhóspita. Era la comprendida entre las
desembocaduras del Orinoco y del Amazonas, conocida como la Guayana. Al parecer, buscaba
El
Dorado, pero no lo encontró.
Desde hacía dos años, Hugh O'Neill se había
convertido en el jefe más importante del Ulster y ahora se
enfrentó al ejército inglés, sobre el que
obtuvo
una victoria. Luego estableció contactos con los
españoles y entabló una alianza con Hugh O'Donnell.
El poeta Edmund Spenser publicó La vuelta de Colin Clout, en la que
continuaba su crítica a la corte isabelina. Ese mismo
año
publicó una colección de sonetos titulada Amoretti, y su Epithalamion, ambos dedicados
a Elizabeth Boyle, con la
que se
había casado el año anterior. William Shakespeare
estrenó su celebérrimo Romeo
y Julieta, así como el Sueño
de una noche de verano.
El virrey del Perú, Diego Hurtado de Mendoza,
proporcionó seis naves a Álvaro de Mendaña
para
que hiciera efectivo su título de adelantado y gobernador
de las
islas Salomón. El 21 de julio
descubrió el archipiélago de las Marquesas, y poco
después
llegó a las Salomón. Desembarcó en la isla de
Santa Cruz, donde
murió a
causa de una epidemia. La expedición quedó al mando
del
piloto mayor, Pedro
Fernández
de Quirós.
En Roma murió san Felipe Neri, el fundador del Oratorio Romano. Se
había
hecho famoso por su caridad hacia los pobres, los enfermos y los
peregrinos.
También murió en Roma el poeta Torquato Tasso.
Caravaggio, después de algunas obras en las que
seguía
destacando escenas cotidianas (La
buenaventura,
Los fulleros) pintó La Magdalena arrepentida y el Descanso en la huida a Egipto,
en
los que trata con gran originalidad dos temas religiosos
clásicos. En el segundo, el primer plano lo ocupa un
ángel de espaldas al espectador, que toca un violín
mientras san José le sostiene la partitura.
El escritor Ginés
Pérez de Hita publicó la primera parte de
su Historia de los bandos de
los
zegríes y abencerrajes, caballeros moros de Granada, y de
las
guerras que hubo en ella, una novela histórica en
la que
mezcla hábilmente realidad y ficción. El autor finge
traducir de un original árabe del inexistente historiador Abenhamín.
El brocense publicó su Arte para saber latín.
El año anterior había muerto Isabel de Urbina, la
esposa de Lope de Vega. Indultado del destierro, el poeta
regresó a Madrid. Por esta época murió
también su hija Teodora
de
Urbina, que no llegó a cumplir un año. Lope
le
compuso este
epitafio:
Mi
bien nacido de mis propios
males, retrato celestial de mi Belisa, que en mudas voces y con dulce risa mi destierro y consuelo hiciste iguales; |
segunda
vez de mis entrañas sales, mas pues tu blanco pie los cielos pisa, ¿por qué el de un hombre en tierra tan aprisa quebranta tus estrellas celestiales? |
Ciego,
llorando, niña de
mis ojos, sobre esta piedra cantaré, que es mina donde el que pasa al indio, en propio suelo |
halle
más presto el oro
en tus despojos, las perlas, el coral, la plata fina; mas ¡ay! que es ángel y llevólo el Cielo. |
El rey Segismundo III de Polonia y Suecia regresó a
Polonia.
Los suecos habían tratado de persuadirlo de que, en su
ausencia,
nombrara como regente a su tío, el duque Carlos de
Sudermania,
pero Segismundo III se propuso gobernar personalmente ambos
reinos.
Para ello, trasladó la capital polaca de Cracovia a
Varsovia y
dejó establecido que daría órdenes directas a
los
gobernadores de provincias. Sin embargo, poco después de
que
abandonara Suecia, el parlamento nombró regente al duque
Carlos
de
Sudermania y declaró inválidas las órdenes
que
pudieran llegar desde Polonia.
El rey Cristián IV de Dinamarca fue coronado al cumplir los dieciocho años.
El Papa
Clemente VIII aceptó la abjuración del rey Enrique
IV de
Francia y le levantó la
excomunión. Poco después los ejércitos
españoles salieron de Francia y en octubre
se rindió el duque de Mayenne. Era evidente que Felipe II
no
tenía ya ninguna posibilidad en Francia, pero no tan
evidente
como para que el monarca español pudiera entenderlo, y
así, en 1596 el
ejército español tomó Calais. Enrique IV
estableció una alianza con Inglaterra y con las Provincias
Unidas.
Otra brillante idea de Felipe II había sido la de cerrar a
los Países Bajos el mercado de especias de Lisboa, lo cual
fue
el último empujón que necesitaban los neerlandeses
para
lanzarse ellos mismos al comercio con las Indias Orientales. El
año anterior ya habían llegado a Guinea, y ahora Cornelis van Houtman llegaba
hasta
Java. Murió a manos del sultán de Atjeh, una factoría
musulmana
al norte de Sumatra. Su hermano Frederik,
que había caído prisionerlo, logró escapar y
regresó a su patria.
El 11 de febrero llegó
a
Manila, muy diezmada, la expedición del difunto
Álvaro de
Mendaña, dirigida ahora por Pedro Fernández de
Quirós.
Lope de Vega se vio envuelto en un nuevo proceso, esta vez por
amancebamiento con Antonia de
Trillo.
Por esta misma época comenzaron sus amoríos con Micaela Luján, nombrada
en
sus poemas con el pseudónimo de Camila Lucinda.
Una expedición inglesa capitaneada por George Clifford, el conde de Cumberland, triunfó
donde
Drake había fracasado el año anterior y tomó
San
Juan, la capital de Puerto Rico. Clifford había luchado
contra
la Armada Invencible y
desde
entonces se había dedicado a la piratería contra las
colonias españolas.
Robert Devereux, el conde de Essex, dirigió junto con
Charles
Howard una
expedición contra Cádiz, en la que participó
también sir Walter Raleigh, el rival de Essex. El duque de
Medinasidonia, que el año anterior había sido
nombrado capitan general del
Mar Océano,
no pudo evitar el saqueo e incendio de la ciudad.
El poeta Edmund Spenser publicó la segunda parte de La reina de las hadas. En el
mundillo teatral inglés surgió un nuevo autor, George Chapman, que a sus
treinta y siete años estrenó su primera obra: El mendigo ciego de
Alejandría.
En los años anteriores había publicado dos poemas: The shadow of night y Ovid's banquet of sense. Ese
año murió el escritor George Peele. Dejó
inédita su obra David y
Betsabé. Shakespeare estrenó El mercader de Venecia.
En Roma, Caravaggio pintó la Cesta de fruta, considerada como el
primer bodegón moderno. Destaca por los minuciosos detalles
tan
meticulosamente plasmados, a los que el pintor prestaba una
atención y un cuidado que hasta entonces nadie había
dedicado a esa clase de motivos "secundarios". Decía que "tanta manufactura necesitaba para
hacer
un cuadro bueno de flores como de figuras".
De Nueva Galicia partió una expedición de
cuatrocientas personas, dirigida por Juan
de Oñate, para colonizar la región situada
al
norte
de México, que recibió el nombre de Nuevo México.
El ejército japonés estaba sufriendo continuos reveses en Corea y Toyotomi Hideyoshi empezaba a dar muestras de locura. Tres años atrás había nombrado sucesor a su sobrino Hidetsugu, que se reveló como un ser cruel y desenfrenado, así ahora lo obligó a suicidarse y nombró regente a su hijo de tres años. El almirante coreano Li Sun-Shin inventó un barco acorazado que destruyó la flota japonesa.
El príncipe de Transilvania, Segismundo Báthory,
vendió su principado al emperador Rodolfo II a cambio de
tierras
en Silesia, del capelo cardenalicio y de una renta vitalicia, pero
a
los pocos meses se arrepintió y pidió ayuda a los
turcos
para recuperar Transilvania. Sin embargo, fue derrotado por el
príncipe de Valaquia Miguel
el
Bravo, que había decidido liberarse de la tutela
otomana.
Miguel gobernó Transilvania como vasallo de Rodolfo II.
En la ciudad alemana de Gratz
daba clases de matemáticas un joven de veinticinco
años
llamado Johannes Kepler.
Su
salario era exiguo, por lo que lo completaba empleando sus
estudios de
astronomía en la confección de horóscopos y
cartas
astrales que le habían dado cierta popularidad.
Según sus
propias palabras: Madre
astronomía moriría de hambre si hermana
astrología
no ganara el pan. Ese año publicó un
tratado cuyo
título empezaba así: Prodromus
dissertationum cosmographicarum continens mysterium
cosmographicum de
admirabile proportione coelestium orbium... etc. En
él
propone un modelo planetario copernicano, es decir, con el Sol en
su
centro, pero Kepler aborda un problema que no tenía sentido
en
el modelo ptolemaico o, por lo menos, era irrelevante: el
tamaño
de las órbitas de los planetas.
En efecto, en el sistema ptolemaico, el movimiento de cada
planeta
en la esfera celeste se explica con independencia del movimiento
de los
demás. Nada impedía que las ocho esferas (incluida
la de
las estrellas) estuvieran muy próximas entre sí. Sin
embargo, en el sistema copernicano, el movimiento aparente de
avance y
retroceso de cada planeta se explica por la relación entre
su
movimiento propio y el movimiento de la Tierra, y en esta
relación es relevante tanto la velocidad a la que se mueve
cada
planeta como las diferencias de los radios de sus órbitas.
Las
observaciones mostraban que tenía que haber grandes
espacios
vacíos entre las distintas esferas. Kepler se propone
determinar teóricamente estos radios o, al menos, la
proporción entre ellos. Para ello, Kepler observa que la
Luna
es un caso aparte, ya que las observaciones no permiten considerar
que
gira alrededor del Sol, sino que indudablemente lo hace alrededor
de la
Tierra. Descartada la Luna, quedan seis cuerpos celestes:
Mercurio,
Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno. Su problema es
determinar los cinco espacios que separan las seis esferas. Su
solución es la siguiente:
Consideremos la esfera de Saturno. Si inscribimos en ella un cubo
y
dentro de este cubo inscribimos otra esfera, ésa
será
precisamente la esfera de Júpiter. Si ahora inscribimos un
tetraedro en esa esfera y dentro de éste inscribimos otra
esfera, ésa será la esfera de Marte. Similarmente
obtenemos la esfera de la Tierra intercalando un dodecaedro, luego
la
de Venus intercalando un icosaedro y finalmente la de Mercurio
intercalando un octaedro. No podía ser de otra manera:
había cinco espacios que describir y, como ya sabían
los
griegos, sólo hay cinco poliedros regulares. Esto no
podía ser una coincidencia. Sólo era cuestión
de
hacer cálculos para determinar el orden en que
debían
disponerse los poliedros y la conclusión de Kepler fue la
que
acabamos de describir. Kepler comparó sus cálculos
teóricos con las estimaciones empíricas realizadas
por el
propio Copérnico y observó complacido que las
divergencias eran pequeñas: la mayor no llegaba al 10%. Dio
por
hecho que las discrepancias se debían a errores
experimentales.
Las mejores observaciones astronómicas de la época
las
poseía, sin duda alguna, el astrónomo danés
Tycho
Brahe. A partir de ellas, había confeccionado su propio
modelo
planetario, que era un híbrido entre el ptolemaico y el
copernicano. Según Brahe, la Tierra ocupaba el centro del
universo, el Sol y la Luna giraban alrededor de ella y todos los
demás planetas giraban alrededor del Sol. Había una
razón fundamental por la que Brahe había descartado
la
posibilidad de que la Tierra girara alrededor del Sol: Si
así
fuera, al contemplar la esfera celeste con seis meses de
diferencia
estaríamos viéndola desde dos puntos de vista muy
distantes entre sí, y ello debería notarse en
algunos
pequeños desplazamientos en la posición de las
estrellas.
Es el efecto conocido como paralaje.
Es muy fácil de ilustrar: sólo tenemos que extender
un
dedo ante nuestros ojos y mirarlo cerrando alternativamente uno y
otro
ojo. El dedo parece moverse, y el desplazamiento es mayor cuanto
más cerca está de nuestros ojos. Sin embargo, Brahe
no
había logrado detectar el más mínimo
desplazamiento en la posición de estrella alguna que
pudiera
interpretarse como un paralaje. Esto podía deberse a dos
causas:
o bien la Tierra permanece inmóvil, o bien las estrellas
están a una distancia inconcebiblemente grande. Brahe
apostó por la primera explicación y estaba tratando
de
comprobar si su modelo podía explicar ajustadamente sus
observaciones. Kepler, que también deseaba averiguar si las
observaciones
de Brahe avalaban su teoría geométrica, le
envió
un ejemplar de su tratado.
Desde la muerte del rey Federico II, ocho años
atrás,
la situación de Brahe en su observatorio de Uraniborg
había ido degenerando. Se había vuelto irascible y
trataba despóticamente a sus empleados y a sus estudiantes.
En 1597, tras unas querellas
con el rey
Cristián IV, decidió finalmente marcharse a
Copenhague.
Su última observación en Uraniborg está
fechada el
15 de marzo.
El duque Guillermo V de Baviera abdicó en su hijo Maximiliano I.
El emperador Rodolfo II, a sus cuarenta y cinco años,
tenía serios problemas de salud, así que
terminó
retirándose a su palacio de Hradcany
dejando en manos de sus hermanos los asuntos políticos.
Desde
ese momento se convirtió en uno de los grandes mecenas de
su
tiempo.
Los españoles tomaron Amiens y
amenazaron París. Mientras tanto, Mauricio de Nassau
conquistaba Turnhout.
Un inglés de treinta y seis años llamado Francis Bacon, miembro de la
cámara de los comunes, publicó un trabajo titulado Ensayos de moral y de
política.
Tienen un carácter similar a los de Montaigne. Con estilo
sencillo y sentencioso, propugnan un punto de vista
pragmático y
acomodaticio sobre asuntos de diversa índole.
George Chapman publicó Bussy
d'Amboise. Un precoz autor de diecisiete años
llamado Thomas Middleton
estrenó su
carrera literaria con la sátira The wisdom of Solomon paraphrased.
En Abisinia murió el rey Sartsa
Denguel, que fue sucedido por Susenios.
Toyotomi Hideyoshi envió a Corea cien mil hombres de
refuerzo, que se unieron al ejército dirigido por Konishi Yukinaga.
En Sevilla quebró un banco en el que Miguel de Cervantes
había depositado una importante suma que había
recaudado
en su calidad de comisario de abastos. Como no pudo rendir
cuentas,
fuer encarcelado, aunque en diciembre
salió en libertad.
En enero de 1598 murió
sin
descendencia el zar Fiódor I y, tras la abdicación
de su
viuda, Irene, una asamblea designó como zar a Borís
Godunov.
En Japón murió Toyotomi Hideyoshi. El general Konishi, que había sufrido varias derrotas, pactó con los chinos y abandonó Corea. Hideyoshi dejó un hijo menor de edad llamado Hideyori, y un aristócrata llamado Tokugawa Ieyasu se erigió en su tutor y asumió el gobierno de Japón, pese a la violenta oposición de los grandes señores sometidos por Hideyoshi, que recelaban de que tratara de suplantar a su pupilo.
El 2 de mayo el rey Felipe II
de
España firmó la paz de Vervins,
por la que tuvo que reconocer a Enrique IV como rey de Francia.
Éste, por su parte, renunciaba a tomar por las armas la
Navarra
española, mientras Felipe II renunciaba igualmente al
ducado de
Borgoña (cosa que ya había hecho su padre, Carlos V,
en
la paz de Cambrai).
El 6 de mayo, Felipe II
firmó el Acta de
cesión, por la que concedía la
soberanía de
los Países Bajos
españoles a su hija Isabel Clara Eugenia, y concertó
su
matrimonio con el archiduque Alberto de Austria (aunque la boda se
retrasó porque éste era cardenal y tenía que
conseguir primero la dispensa papal). Quedó estipulado que
los
Países Bajos sólo retornarían a España
en
caso de que Isabel muriera sin herederos. Felipe II decidió
también liberar al primogénito del príncipe
Guillermo de Orange, que tenía ya cuarenta y un años
y
había sido apresado a los trece años, acusado de
nada en
particular.
El rey Enrique IV de Francia conoció en Angers a un joven
neerlandés de quince años llamado Huigh Van Groot, más
conocido
como Hugo Grocio. Desde
los
ocho años componía versos en latín, y a los
once
había sido admitido en la facultad de derecho de Leyden. El
rey
lo llamó el Milagro de
Holanda.
El 13 de abril, Enrique IV
promulgó el edicto de
Nantes,
por el que concedía una amnistía completa a los
protestantes, les permitía ejercer cargos públicos y
les
concedía libertad de culto en todas aquellas localidades
donde
ya existía de hecho, aunque se prohibió en
París y
otras ciudades más, en las que sólo se
permitía en
la periferia. Los protestantes podían construir templos,
celebrar coloquios, los padres de familia podían escoger la
religión de sus hijos y las escuelas y las universidades
tenían la obligación de aceptarlos sin
discriminación. Como contrapartida a las restricciones, el
rey
les concedió 151 plazas fuertes, algunas de ellas con
tropas. El
edicto de Nantes fue el fruto de delicadas negociaciones en las
que la
habilidad del rey fue decisiva. A menudo repetía a ambas
partes
la frase "Hablo como rey y
quiero
ser obedecido". El Papa Clemente VIII expresó su
desaprobación, pero acabó por resignarse.
Enrique IV nombró duque de Vendôme a César de Borbón,
uno
de sus
muchos hijos bastardos, que se había destacado logrando la
sumisión de algunos nobles rebeldes. Además le
encomendó el gobierno de Bretaña.
En junio, Felipe II
pidió
ser trasladado a El Escorial para examinar unas reliquias
recién
llegadas de Alemania. Aquejado de artritis y de gota, a sus
setenta y
un años, los médicos desaconsejaron el viaje, pero
él se empeñó: Quiero
llegar vivo adonde está mi sepulcro. Su enfermedad
hizo
que tardara seis días en recorrer los cincuenta
kilómetros de viaje en silla de manos.
En Nuevo México, Juan de Oñate fundó la
ciudad
de San Francisco, aunque
poco
después pasó a llamarse San
Gabriel. Avanzó hacia el norte hasta entrar en
contacto
con los indios moquis.
Instaló su centro de operaciones en el pueblo de San Juan, donde se puso en
contacto
con varios jefes indios que, tras algunas fricciones, se avinieron
a
aceptar la soberanía española.
Ese año murió Juan Jorge, el príncipe
elector
de Brandeburgo. Fue sucedido por su hijo Joaquín Federico.
El rey Segismundo III de Polonia trató de recuperar el
control sobre Suecia que le había arrebatado su tío,
el
duque Carlos de Sudermania. Desembarcó en Suecia con tropas
polacas, pero fue derrotado en Lingköping.
Poco después murió su esposa, Ana de Austria.
En Londres murió a los setenta y ocho años William
Cecil, el que había sido durante cuarenta años el
principal ministro y hombre de confianza de la reina Isabel I de
Inglaterra.
Un joven de veintiséis años conocido como Ben Jonson había
llegado a la
ciudad el año anterior dedicado al teatro, como actor y
dramaturgo, aunque sin mucho éxito. Ahora finalmente
conseguía su primer triunfo como autor con la comedia Every man in his humour,
estrenada
en el teatro de El Globo
por
la compañía de Shakespeare.
También se dio a conocer entonces un poeta de veinticuatro
años llamado John
Marston,
que publicó el poema erótico The metamorphosis of Pygmalion's
image,
condenado a la hoguera poco después (el poema, no el
autor).
Edmund Spenser fue nombrado sheriff de Cork, en Irlanda. Poco
después estalló una rebelión en Tyrone: Hugh
O'Neill se alzó en armas, derrotó al conde de Essex
en Yellow Ford y, tras su
victoria,
toda la isla se sublevó contra el dominio inglés. El
castillo de Spenser fue incendiado por los rebeldes, y en el
incendio
murió su hijo menor. El poeta pudo escapar a duras penas
con su
esposa y el resto de su familia. También se perdieron en el
incendio los seis últimos cantos de La reina de las Hadas, y
Spenser no
volvió a redactarlos, por lo que el poema quedó
inconcluso.
En España, Félix Lope de Vega se casó por
segunda vez, ahora con Juana de
Guardo, si bien continuaba enamorado de Micaela
Luján.
Por esas fechas publicó La
Arcadia, una novela pastoril en prosa con numerosos
poemas
intercalados. También data de ese mismo año La dragontea, un poema
narrativo en
diez cantos publicado en Valencia porque en Madrid se le
negó la
licencia, teóricamente por ciertas inexactitudes
históricas, pero en realidad porque el héroe del
poema
era el recientemente fallecido pirata inglés sir Francis
Drake,
implacable enemigo de España.
La salud de Felipe II empeoraba día a día. Los
dolores impedían hasta cambiarle las sábanas. Sus
criados
a duras penas resistían el olor que despedía. El 11 de septiembre se despidió
de sus
hijos y el 13 de septiembre
murió. Le sucedió su hijo Felipe III, de veinte años.
Desde los quince, su padre lo había nombrado presidente
honorario del Consejo de Estado, para que empezara a
familiarizarse con
la política, pero él se interesaba más por el
baile, la caza, y las diversiones en general, ayudado por Francisco de Sandoval y Rojas,
el
marqués de Denia,
al
que
escuchaba como a un padre. Felipe II, algo molesto, había
nombrado al conde virrey de Valencia, para alejarlo de la corte,
pero
ahora su hijo lo volvió a llamar a Madrid y le
confió el
gobierno de España.
En 1599 Felipe III se
casó
con Margarita de Austria,
hermana del duque Fernando de Estiria, Carintia y Carniola (y
también de Ana, la esposa del rey Segismundo III de
Polonia,
fallecida el año anterior). La corte rivalizó en
regalos
para los contrayentes, a la caza de cargos y privilegios. Se
inició así una etapa de lujo y despilfarro nunca
vista
hasta entonces en España. El marqués de Denia
tenía también el título de conde de Lerma, y entre los privilegios
que
obtuvo del monarca (con los que se convirtió en el hombre
más rico de Castilla) estuvo su "ascenso" a duque de Lerma, con lo que
éste pasaba a ser ahora su título principal, y por
él es conocido en la historia.
También se celebró la boda entre Isabel Clara
Eugenia,
la
hermana de Felipe III, y el duque Alberto de Austria. Según
lo
previsto, ambos
fueron reconocidos como soberanos de los Países Bajos
(españoles).
En Suecia, el duque Carlos de Sudermania hizo proclamar rey a
otro
de sus sobrinos, menor de edad, y siguió ejerciendo el
cargo de
regente. El rey Segismundo III de Polonia era también gran
duque
de Finlandia, y en este territorio contaba con cierto apoyo,
así
que el regente abolió el gran ducado y diezmó la
nobleza
finlandesa, que perdió sus privilegios.
El Papa Clemente VIII dictaminó la anulación del
matrimonio entre Enrique IV de Francia y Margarita de Valois, la
hermana de su predecesor, Enrique III. La justificación fue
consentimiento forzado y
parentesco
demasiado cercano.
Caravaggio pintó El
amor
victorioso.
Tycho Brahe se trasladó a Praga, bajo la protección
del emperador Rodolfo II, que lo nombró matemático imperial.
Allí reanudó sus observaciones astronómicas,
y
llamó como ayudante a Johannes Kepler.
Ese año murió el poeta Edmund Spenser. Ben Jonson
publicó Every man out
his
humour.
En Madrid, un funcionario de la corte llamado Mateo Alemán
publicó
una novela titulada Guzmán
de
Alfarache, atalaya de la vida humana, considerada como la
primera auténtica novela picaresca, de la que el Lazarillo de Tormes
había
sido una mera precursora. La obra tuvo un éxito inmediato,
aunque no le reportó más que escasos beneficios.
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