Los once castillos del Loira que merecen una visita

La Francia más «real»

Los once castillos del Loira que merecen una visita

Viaje de castillo en castillo, a través de una de las rutas más famosas de Europa por su historia y fabuloso patrimonio.

Sully-sur-Loire
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A partir del siglo XVI, las fortalezas defensivas creadas en el Valle del Loira fueron reconvertidas en castillos de recreo a la vez que nacían otros nuevos construidos por reyes y nobles para plasmar su poder y el esplendor del Renacimiento francés. Las cimas cedieron el protagonismo a los valles y los ríos se convirtieron en un elemento más de las composiciones arquitectónicas. Hoy son etapas de una de las rutas históricas y monumentales más fascinante de Europa, que la Unesco reconoció (en su tramo entre Sully-sur-Loire y Chalones) como Patrimonio de la Humanidad. Muchos de estos chateâux se convierten de junio a septiembre en escenario de espectáculos de luz y sonido. Esta selección de Viajes National Geographic reúne once visitas imprescindibles.

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Chambord
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CHAMBORD

Este châteaux es uno de los ejemplos culminantes de la arquitectura renacentistas francesa y con diferencia el castillo más grande y espléndido de la visita al Valle del Loira. Surgido de un sueño del rey Francisco I, su cosntrucción comenzó el año 1519 para ser un coto de las cacerías reales. Cuando se culminó nás de 30 años después, contaba con 440 estancias, 365 chimeneas y 84 escalinatas, además de tejado coronado por torreones y linternas. En él puede contemplarse su famosa escalera helicoidal, obra de Leonardo da Vinci, el más prestigioso invitado del rey. Con sus jardines, tiene alrededor más de 1.100 hectáreas de bosque.

Chenonceau
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CHENONCEAU

Considerado el más bello y refinado de todos los castillos franceses, Chenonceau parece flotar sobre las aguas del río Cher, afluente del Loira. Fue un regalo del joven rey Enrique II a su amante Diana de Poitiers que, a la muerte del monarca, su esposa Catalina de Médicis recuperó para la corona. Una curiosidad de Chenonceau es que ha estado siempre en manos siempre de mujeres, de ahí que sea conocido como «el Castillo de las Damas».

Saumur
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SAUMUR

Dominando los tejados de este plácida ciudad se erige este castillo, que fue la residencia de los duques de Anjou. Se empezó a construyó en el siglo XIV sobre los restos de una fortaleza anterior del XIII que incluía mazmorras. Hoy bajo sus torres octogonales y sus almenas decoradas con flores de lis se alberga una valiosa colección de artes decorativas francesas.

Villandry
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VILLANDRY

Esta residencia palaciega domina el corazón de varios jardines en terraza, el auténtico tesoro de esta visita, sensacionales gracias a Joaquín Carvallo, un médico español casado con una rica norteamericana que, en 1906, quiso recuperar la antigua exuberancia del recinto. El resultado es una explanada ajardinada donde el agua es protagonista en la parte superior, mientras que las plantas aromáticas y medicinales ocupan la zona intermedia, y el nivel inferior es un huerto decorativo con hortalizas y frutas, al estilo de los jardines monásticos de Italia.

Chaumont-sur-Loire
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CHAUMONT-SUR-LOIRE

Con su construcción se introdujo el estilo italiano en el Valle del Loira, a pesar de lo cual preservó elementos defensivos como los torreones cilíndricos de las esquinas y un puente levadizo. Entre sus huéspedes ilustres se halla Leonardo da Vinci, que pernoctó en él durante su estancia en Francia. Su entorno natural es uno de los más intactos de la zona. Precisamente por ello es el escenario del Festival Internacional de los Jardines, con instalaciones de artistas contemporáneos y exposiciones de fotografía.

Amboise
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AMBOISE

La elegante Amboise luce elegante asentada a orillas del Loira, con su castillo real desplegado sobre una suave escarpadura rocosa desde el siglo XV. Sobresalen sus torreones, como la Torre de los Mínimos y la de Hurtault, coronada por un mirador, y las alas de Carlos VIII, con una espléndida galerías de siete arcadas, y la de Luis XII y Francisco I, de cuatro niveles y vistas a los jardines. En la capilla de Saint-Hubert de este castillo reposan los restos de Leonardo da Vinci, invitado del rey Francisco I, que hasta su muerte residió en la cercana villa de Clos-Lucé, a 500 m del castillo real. La afición de este monarca por el arte hizo que este y otros muchos letrados y artistas pasaran temporadas en la corte de Amboise.

Blois
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BLOIS

En esta delicada población de calles empinadas, casas de madera y palacetes, asentada sobre una escarpadura rocosa, se alza en pleno centro histórico el castillo de Blois. Empezó a erigirse frente al Loira en el siglo XIII para proteger este lugar, aunque pronto dominó más su faceta arquitectónica que la militar. Fue residencia de siete reyes y diez reinas de Francia y en la actualidad alberga más de 35.000 obras de arte, muchas de las cuales se exhiben en las dependencias que ocupaba el rey Francisco I, gracias al cual se preservan en esta ruta muchas joyas artísticas.

Tapiz del Apocalipsis
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ANGERS

De aspecto desafiante flanqueada por 17 torres y defendido por fosos, el castillo de Angers fue edificado en el siglo XIII por el joven rey santificado como San Luis, en la frontera de su reino. Con sus inquietantes mazmorras y altas torres, que le confieren la solidez de su arquitectura militar, sus muros cobijan el Centro Internacional del Tapiz, donde se exhibe el asombroso y delicado Tapiz del Apocalipsis, considerado el conjunto textil medieval más importante del mundo.

 

Sully sur loire
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SULLY-SUR-LOIRA

Esta impresionante fortaleza medieval declarada Monumento Histórico refleja su singular diseño en las aguas quietas de sus fosos. Tras su coraza militar, el chateâu despliega toda la elegancia de sus interiores renacentistas, obra de su famoso propietario, el duque de Sully. El castillo ha conservado algunos de sus singularidades, como el camino de ronda, muchos aposentos amueblados, un tapiz dedicado a Psique, un armazón de cañón del siglo XVI o la tumba del célebre Sully. La visita al castillo muestra infinidad de anécdotas sobre los ilustres personajes que en él se hospedaron, como Juana de Arco, Luis XIV o el insolente Voltaire. A lo largo del año acoge exposiciones y actividades.  

Cheverny
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CHEVERNY

Se considera el castillo del Valle del Loira de proporciones perfectas, además del más suntuosamente amueblado de la ruta. Incluye una fabulosa colección de arte en la que destaca un retratao de Juana de Aragón, del estudio de Rafael. Erigido con toba blanca de las canteras cercanas y rodeado por un exuberante bosque, sus líneas se preservan casi originales. Sirvió de inspiración al dibujante belga Hergé para dibujar la mansión de Moulinsart, la residencia del capitán Haddock, amigo inseparable del intrépido Tintín.

Azay-le-Rideau
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AZAY-LE-RIDEAU

Situado en una isla en medio del río Indre, fue construido durante el reinado de Francisco I por Gilles Berthelot, un rico financiero. Está considerado como una auténtica obra de arte del Renacimiento con sus dependencias decoradas con mucho refinamiento. El reflejo del monumento en el río es magnífico.