Un desaguisado de marca mayor – La Ventana Ciudadana

«La concentración de riquezas, el poder del dinero, por sobre todo, el dinero fácil, en su accionar destruye la historia, la educación, cultura , los valores de una sociedad que desee permanecer limpia y sana.»

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Un desaguisado de marca mayor

Cando el país se encuentra ante problemas de mayúscula importancia (seguridad y orden público, inflación, educación…, además, por supuesto de los ya conocidos de largo aliento) no deja de llamar la atención que una torpeza en el Ministerio de Relaciones Exteriores pase a ocupar páginas y tiempos en los medios de comunicación que ágilmente han reorientado sus focos para relevar este plato que tan graciosamente les es ofrecido por el oficialismo.

Todo partió por un exabrupto de Rafael Bielsa, embajador de Argentina en Chile, quien de visita en el Congreso Nacional expresó, en términos bastante imprudentes, su molestia por la negativa unánime del Comité de Ministros establecido en la ley, a la autorización para la ejecución de Dominga, proyecto minero – portuario que abría posibilidades para el acceso de la zona limítrofe correspondiente de su país a los mercados del Pacífico. Sus palabras fueron consideradas impropias y desubicadas al cuestionar lo que era un ejercicio propio de la soberanía nacional.

A las pocas horas, luego de la “declaración oficial” de rigor y de la citación a Bielsa para representarle formalmente el malestar de la Secretaría de Estado por sus palabras, la Canciller Antonia Urrejola se reúne informalmente con su equipo de trabajo (excluyendo a la subsecretaria Ximena Fuentes) para analizar lo ocurrido. Lo que allí ocurrió es sorprendente. Los groseros términos usados por la propia ministra para calificar al diplomático argentino, y reiterados por uno de sus colaboradores, sobrepasan lo imaginable. Se hacen referencias desafortunadas a otros hechos con una liviandad propia de una sobremesa abundantemente regada e incluso se critica a la subsecretaria.

La Directora de Comunicaciones del Ministerio, la periodista Lorena Díaz, graba la reunión a vista y paciencia de todos los asistentes y luego, en un imperdonable error, hace llegar la grabación a los medios. A partir de ese entonces, comienza el festín. La inmediata renuncia de Díaz no pone freno al escándalo sino que lo atiza al reutilizarse la frase de siempre: “el hilo se corta por lo más delgado”.

Un breve análisis de la situación deja lecciones que no es posible eludir.

La primera, como es obvio, es que la explicación de Urrejola solo agrava la falta: “No sabía que la conversación estaba siendo grabada”. Lo que, en buenas cuentas, quiere decir “lo que expresé es lo que pienso; lo malo está en que se haya grabado”.

La segunda, es que la crítica de la ministra Urrejola a su subsecretaria, constituye un acto de deslealtad bastante inaceptable. El cargo de Fuentes es de su más absoluta confianza y toda referencia negativa a su gestión, pasada o presente, no puede permitirse.

La tercera radica en la falta de profesionalismo del equipo de la Ministra que deja en el aire la idea de que la conducción de los asuntos de Estado está en manos de aficionados que, en cualquier momento pueden involucrar al país en un conflicto inesperado. Si bien conductas como la del ex ministro del ramo bajo Piñera II, Andrés Allamand, que utilizó su cargo y sus vacaciones legales para buscarse una pega personal en España son censurables por su abierta anti-eticidad, en el caso que nos ocupa el problema radica en la inmadurez colectiva de los actores que se muestran incapaces de medir las consecuencias que generan sus propios actos.

Desde un punto de vista propiamente político, y comunicacional el golpe bajo dado al Gobierno desde el seno de sus propias filas, ha sido tremendo. Un Ejecutivo débil, con minoría parlamentaria y deficientes cifras de aprobación, en que sus ministros ejes Carolina Tohá y Mario Marcel se esfuerzan día a día para lograr tener el control de la agenda y por hacer posible un paulatino avance en la senda de las transformaciones programáticas ofrecidas, licencias como las descritas son intolerables. El juego de los adversarios es lógico y previsible pero la actuación irresponsable e inmadura de los integrantes del equipo propio, se asemeja mucho a la traición.

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1 Comentario en Un desaguisado de marca mayor

  1. De aficionados, las actuaciones de la Canciller Urrejola y su equipo. Así como desafortunadas son las actuaciones en temas ambientales del ‘primer gobierno ecológico de Chile’. El país y el mundo, en rumbo de colapso, ameritan un enfoque serio y consecuente. Les falta mucho por aprender.