Test de embarazo: ni «perdidos» ni suficientes

Mientras en numerosas farmacias del país la presencia de los test de embarazo de producción nacional puede ser «intermitente», una búsqueda rápida en los grupos de compra y venta de las redes sociales, en cualquier territorio, arroja como resultado que dicho producto es fácil de encontrar en esos espacios virtuales.

No obstante, como tendencia, no son los test HeberFast Line® Ma­ternitiTest II–producidos por el Centro de In­geniería Genética y Biotecnología (CIGB), de la provincia de Sancti Spíritus– los que más abundan en esos mercados informales.

En realidad, en la comercialización digital pululan varios modelos y marcas de esas pruebas diagnósticas, que suelen ser importadas y con precios que oscilan entre los 80 y los 200 pesos en moneda nacional (CUP); superior –en todos los casos– al costo de venta en farmacia del test cubano, cuyo valor es de 60 pesos.

Frente a este contexto, Omar Reinaldo Blanco Águila, jefe del Departamento de Producción del CIGB, de Sancti Spíritus, explicó a Granma que la entidad ha adoptado como estrategia la realización de controles estrictos para evitar ilegalidades, así como la realización de un monitoreo a las publicaciones en redes sociales, lo que les ha permitido confirmar que la mayoría de las tiras propuestas son importadas.

En esos casos, según alerta el directivo, se corre el riesgo de un posible deterioro del producto, pues los test deben ser resguardados sin exponerlos a altas temperaturas, como ocurre con la venta del diagnosticador cubano, mediante la red de farmacias.

Además, el cigb de Sancti Spíritus garantiza la calidad de sus test (un 99,9 % de efectividad), y si existe algún fallo, y así se reconoce, en las farmacias debe reponérsele al comprador (ra) con una nueva tira, opción que se pierde con un vendedor ilegal.

«El propósito es lograr que en las farmacias haya test de embarazo, para que las personas no tengan que comprarlo en otro sitio», señala Blanco Águila.

Pero, en cifras, ¿cómo se refleja ese anhelo? ¿Qué perspectivas productivas existen para dar respuesta a una demanda insatisfecha, y con ello, cerrarle las puertas a un comercio especulativo que lucra con la necesidad real de miles de mujeres en el país?

Este diario se acerca al tema desde las provincias de Granma y Sancti Spíritus.

¿CUESTIÓN DE SUERTE?

En la oriental provincia de Granma, que en el último quinquenio ha sido la de mayor índice de embarazo en la adolescencia, ir a la farmacia y encontrar disponibilidad de test de embarazo es una «cuestión de suerte».

Así lo expresaron a este diario varias adolescentes y mujeres, quienes en la búsqueda de esa prueba de diagnóstico –cuya venta se realiza de forma liberada en la red de farmacias de todo el territorio– han tenido que tropezar, en más de una ocasión, con la ausencia del producto, debido a su baja cobertura. 

Alenna Rodríguez Almeida, comercial de la empresa provincial de Farmacias y Ópticas de Granma, señala que en los primeros diez días de julio aún no se habían distribuido los test correspondientes al mes, por lo que en el momento de realizar este trabajo periodístico estaban en falta en varios municipios.

«La última distribución se realizó en junio, con una cantidad promedio para unos 30 días hábiles, lo que no significa que en farmacia el producto dure ese tiempo», agrega Rodríguez Almeida, y advierte, además, que el plan no abarca la demanda existente.

A juicio de la especialista, dicha situación se ha complejizado a raíz del prolongado déficit de preservativos, y de la inestabilidad en la entrada de los métodos anticonceptivos orales e inyectables, lo que ha traído como consecuencia que se dispare el número de mujeres interesadas en adquirir esas tiras diagnósticas para detectar, a tiempo, embarazos no deseados.

La constancia estadística la tiene Adrián Hidalgo Rodríguez, especialista comercial de la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos, (Emcomed) Droguería Granma, adscrita al grupo empresarial de BioCubaFarma, quien apunta que el plan anual de la provincia es de unos 2 240 test de embarazo, y que antes del año 2020 (cuando se adquirieron 3 009), la presencia de ese producto era estable en las farmacias, y oscilaba entre 1 600 y 2 000 pruebas diagnósticas anualmente.

Sin embargo, en lo que va de 2022, la provincia ha recibido del cigb espirituano 1 920 pruebas de embarazo –que es el 86 % del plan anual demandado– y no se da respuesta a la necesidad real.

Ello demuestra que, aunque en términos matemáticos las cuentas cuadren –porque los suministros llegados a la provincia en el último quinquenio (exceptuando el año 2021, que hubo un decrecimiento) se han mantenido con cantidades similares–, la demanda en los dos últimos calendarios se ha multiplicado.

Bien lo sabe Dainelis Aguilar Fernández, administradora de la farmacia Piloto, ubicada en el centro histórico de Bayamo, donde las pruebas de embarazo se venden como «pan caliente».

«El interés por adquirirlas sí ha crecido, fundamentalmente entre las muchachas jóvenes, pero por lo general quienes compran las tiras se llevan una o dos, nunca por cantidad», subraya.

Tampoco los volúmenes que llegan a dicha farmacia dan margen al acaparamiento. Según pudo constatar Granma en la tarjeta de control de medicamentos e insumos de esa entidad, en enero entraron 25 test de embarazo; en febrero 60; en marzo y abril, diez, respectivamente; en mayo no llegó ninguno, y en junio 60.

Un panorama similar describieron trabajadoras de varias farmacias en los municipios de Cauto Cristo, Jiguaní, Manzanillo, Guisa y Río Cauto, donde el producto llega con relativa frecuencia, pero en cantidades que oscilan entre una y 30 pruebas de embarazo.

PRODUCCIÓN ESTABLE, PERO INSUFICIENTE

En Sancti Spíritus, en estos momentos la situación es menos tensa. Los test de embarazo estuvieron en falta en las primeras semanas del año, pero luego se estabilizó.

La cantidad de personas que compran en una farmacia es la que determina allí el número de tiras que entran quincenalmente. Por ejemplo, en un consejo popular como Guayos llegan alrededor de 20 test cada 15 días; y en ese mismo lapso de tiempo, en el municipio de Cabaiguán, entran entre 40 y 50; mientras que en las farmacias de la ciudad cabecera, como la del Parque de la Caridad, pueden recibir cien o más test cada quincena, aunque como norma expiden uno o dos diagnosticadores por comprador.

A pesar de ello, el otro test de embarazo profesional que fabrica el cigb con destino a las consultas de planificación familiar y urgencias médicas de los

centros asistenciales está en falta desde hace un año en las instituciones hospitalarias de la provincia. En la actualidad, los diagnósticos de embarazo se hacen ultrasonográficamente o se le indica al paciente la compra en la farmacia, dice.

Sin embargo, «siempre hace falta a la hora de detectar el embarazo ectópico, porque a veces sale el ultrasonido negativo a embarazo, y si la paciente tiene síntomas es bueno hacer el test para decidir o no la parascopía», comentó el doctor Francisco Fernández Quintero, vicedirector de la Dirección Provincial de Salud, en Sancti Spíritus.

Paralelamente, puertas afuera de los hospitales, la demanda del producto también crece, como en el resto del país.

El doctor en Ciencias Enrique Rosendo Pérez Cruz, director del cigb de Sancti Spíritus, despejó las variables al respecto, aunque especifica que no es este centro donde se proyecta la demanda. El Ministerio de Salud Pública y las empresas de Farmacias y Ópticas hacen las solicitudes que sustentan el plan.

Según detalla, en los últimos años se han vendido (sin incluir los desabastecimientos) poco más de 204 000 test.  

Una cifra récord tuvo lugar en 2015, cuando salieron de la fábrica 247 300 kits, lo que constituye la mayor cantidad hasta el momento. En 2021, por el contrario, se pusieron en el mercado solo 99 610, o sea, el 46,24 % de lo previsto, debido a la incidencia de la pandemia y el bloqueo en el déficit de los componentes de importación.

El directivo agregó que en este 2022 el plan productivo supera las 215 000 tiras de embarazo y, hasta el momento, ya se han fabricado 156 720, para un 72,8 %.

Es decir, que desde enero hasta la fecha no debieran estar en falta en ninguna provincia, e incluso, algunas como Cienfuegos, Mayabeque, Villa Clara, Las Tunas, Santiago de Cuba y Guantánamo ya cumplieron su plan (el pedido solicitado) y salvo que pidan cantidades adicionales, no se les suministrará más.

De acuerdo con Pérez Cruz, ese cumplimiento podría crear demandas sin respuestas o desabastecimiento, por consideraciones de ineficiente planificación.

«Hemos puesto ya más tiras que la cantidad de nacimientos que habrá este año. No ocurre así con el test profesional, el cual no se ha comercializado, pero estará disponible próximamente», afirma.

Desde el CIGB de Sancti Spíritus, los especialistas comentaron que, en definitiva, no tiene sentido comprar un test a un revendedor si en las farmacias hay disponibles, por eso, su interés es «ir saturando las farmacias con test de embarazos, y también incorporar el test profesional, para que las personas no tengan que comprarlo en otro sitio».  

Ante este fenómeno, que entraña no pocas variables ineludibles, la ruta de las soluciones –al menos en lo inmediato– apunta hacia el crecimiento en la producción nacional de estas pruebas y su control en las cadenas de distribución, en lo que se perfilan otras alternativas para resolver la falta de preservativos y anticonceptivos; reducir los abortos y el embarazo en la adolescencia; y motivar, con éxito, una mejor planificación al interior de las familias.