Genealogía

Su reinado

Enrique nació en 1249, seguramente en Champaña (Francia). Era hermano de Teobaldo II, rey de Navarra y conde de Champaña y Brie. Cuando cumplió los catorce años terminó la tutela que ejercía su hermano desde la muerte de su madre y seguidamente fue nombrado conde de Rosnay. Con dieciséis, el rey intentó casarlo con Constanza, hija del vizconde Gastón VII de Bearn, para intentar finalizar el contencioso por la herencia del condado de Bigorra. Pero las negociaciones fracasaron por las tensiones que se generaron entre Navarra e Inglaterra y por la oposición de Enrique, que en esa época estaba unido sentimentalmente a una dama de Lacarra, lugar navarro de Ultrapuertos, con la que había tenido un hijo, Juan Enríquez de Lacarra. La negativa le costó la expulsión de la corte y del reino.

En 1269, Teobaldo II gestionó el matrimonio entre Enrique, que cedió a los deseos del rey, y Blanca de Artois, sobrina de Luis IX de Francia.

El veintiuno de diciembre de 1270, Teobaldo II murió en Sicilia contagiado de la peste que contrajo en la cruzada de Túnez. Al haber muerto sin descendencia, le correspondió el reino de Navarra y el condado de Champaña y Brie a su hermano Enrique. Anteriormente, en ese mismo año, Teobaldo II había nombrado a Enrique senescal de Navarra en sustitución de Clemente de Launay.

En marzo de 1271, Enrique I juró los fueros y fue alzado rey en Pamplona. A continuación, recorrió las principales villas del reino donde prestó el juramento de conservar sus fueros. Pasado un mes, y después de nombrar senescal del reino a Roldán Pérez de Eransus, regresó a Champaña donde recibió la investidura condal. En mayo, Enrique I prestó el homenaje feudal por su condado al nuevo rey de Francia Felipe III.

(La mayoría de los textos consultados datan el inicio del reinado con la fecha de la muerte de Teobaldo II, y no con la de su alzamiento).

En 1272, Enrique I, que había regresado a Navarra a finales del año anterior, volvió a resucitar el antiguo contencioso entre la corona y el obispo de Pamplona al tomar partido en un pleito entre el obispo Armingot, de origen castellano y designado por el papa Clemente IV en 1268, y los jurados pamploneses. Ocurrió que estos habían encarcelado a un asesino y no quisieron entregarlo al obispo. Ante la usurpación de su jurisdicción, el obispo excomulgó a todos los jurados. Estos, haciendo caso omiso a la sentencia del obispo, ejecutaron al criminal. El rey intervino inmediatamente poniendo a los jurados bajo su protección, con lo cual, el enfrentamiento entre Enrique I y el obispo se puso de manifiesto.

En aquel año, Enrique I intentó acercarse a Castilla acordando un pacto de ayuda mutua en el que se excluía los posibles enfrentamientos con Francia y Aragón, y concertando el matrimonio de su primogénito Teobaldo, de unos dos años de edad, con Violante, hija de Alfonso X “el Sabio”.

En 1273, el obispo de Pamplona Armingot, siguiendo los ruegos de ciertos religiosos y queriendo ser misericordioso, levantó la excomunión a los jurados desobedientes y no impuso ninguna sanción.

En ese año, la prematura muerte por accidente del infante Teobaldo frustro el acuerdo con el rey de Castilla.

También en aquel año, Enrique I y el obispo de Pamplona negociaron un acuerdo muy desfavorable al prelado, donde, a cambio de ciertas concesiones y treinta mil sueldos, la ciudad de Pamplona pasaría íntegramente al dominio del rey, salvo ciertas rentas que serían fijadas por un delegado pontificio. Los castillos de Oro y Monjardín continuarían en manos Enrique I.

En noviembre, Enrique I, que había estado casi todo el año fuera de Navarra, donde había dejado como senescal a Pedro Sánchez de Monteagudo, necesitó renovar la tregua con Inglaterra de 1269, que aún estaba en vigor, debido a los constantes conflictos en tierras de Gascuña. Para negociarla, se reunió con el rey inglés Eduardo I y concertó el matrimonio entre su hija Juana, nacida en enero de aquel año, y Enrique, hijo del monarca inglés. El plazo fijado para los esponsales fue de siete años, pero mientras tanto, ambos monarcas se prestarían ayuda mutua para alcanzar la paz en sus fronteras. Pero para celebrar la boda era necesario contar con el consentimiento de Felipe III debido a que Enrique I era vasallo del rey francés por el condado de Champaña y Brie.

En 1274, los habitantes de la Navarrería de la ciudad de Pamplona, incitados por el prior y los canónigos de la catedral, acudieron a Enrique I para que separara los burgos que configuraban la ciudad, unidos desde 1266. El rey accedió después de que los canónigos le aportaran treinta mil sueldos. Con ello, Pamplona quedó escindida en dos bloques: la Navarrería y San Miguel, por un lado, y San Cernin y San Nicolás por otro. La decisión provocó que los conflictos reaparecieran.

En julio de aquel año, antes de llegar el consentimiento de Felipe III para la boda de Juana, murió Enrique I en Pamplona víctima, al parecer, de su obesidad. Siete semanas antes de su muerte había hecho que se jurara a Juana como heredera del reino de Navarra y del condado de Champaña y Brie.

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