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Uno de los avances más notables que se lograron en el siglo pasado fue el desarrollo de la energía nuclear. Hablar de ella implica necesariamente reconocer la labor de uno de los físicos más importantes de la historia contemporánea. Hablamos de Enrico Fermi. Fermi ha pasado a la historia por su trabajo en el desarrollo de este tipo de energía y de las llamadas armas nucleares.
De especial importancia fue su creación del primer reactor nuclear, así como el desarrollo de la primera bomba atómica y de la primera bomba de hidrógeno. Su importante trabajo como físico fue galardonado en 1938 con el Premio Nobel de Física, por sus trabajos referentes a la radiactividad inducida. En sus comienzos como físico, Fermi se centró en el trabajo teórico, desarrollando importantes contribuciones a la teoría cuántica, la física de partículas y la mecánica estadística.
Sin embargo, con el paso del tiempo empezó a interesarse en el trabajo experimental, inspirado por la también premio Nobel Irène Curie. Así, investigaría profundamente sobre la radiactividad artificial. Este físico destacó, además, por su gran talento tanto en el ámbito teórico como en el experimental, algo excepcional en el momento en el que este desarrollaba su carrera. De hecho, a día de hoy es considerado como el último físico capaz de aportar grandes avances a ambos planos de su disciplina.
Los hallazgos de Fermi han servido para lograr avances de enorme importancia para la sociedad. Un ejemplo de ello es el uso de isótopos radiactivos en medicina, que permiten diagnosticar y tratar diversas enfermedades. Por todo lo que ha logrado Fermi a lo largo de su trayectoria, en este artículo vamos a repasar su biografía, atendiendo tanto a sus logros profesionales como al ser humano detrás del eminente físico.
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Biografía de Enrico Fermi (1901 - 1954)
Vamos a repasar la vida de Enrico Fermi, conociendo como fueron los diferentes momentos de su biografía, logros y curiosidades.
Primeros años
Enrico Fermi nació en Roma (Italia), el 29 de septiembre de 1901. Fue el tercer hijo de Alberto Fermi e Ida de Gattis. Su padre ocupaba el puesto de Inspector General del Ministerio de Comunicaciones y su madre ejercía como maestra de escuela. Cuando nació, Enrico fue enviado con un ama de cría para poder lactar, regresando con su familia a los dos años y medio de edad. Este procedimiento también se aplicó a su hermana María, dos años mayor que él, y a su hermano Giulio, un año mayor que Enrico.
La familia de Enrico no era religiosa. Sin embargo, sus abuelos sí eran católicos, por lo que él fue bautizado por expreso deseo de estos. No obstante, ya como adulto, Enrico se definiría a sí mismo como agnóstico. En su niñez, Enrico y su hermano Giulio solían divertirse con juguetes mecánicos y trataban de construir motores eléctricos. Enrico disfrutaba enormemente el compartir su pasión por la física y las matemáticas con Giulio.
Sin embargo, este fallecería en 1915 debido a una complicación de una operación de garganta, un suceso que dejó devastado a Enrico. Años más tarde, este confesaría lo traumático que resultó para él este episodio. Esto motivó que se paseara durante un largo período de tiempo por los alrededores del hospital donde Giulio falleció y que se refugiara en sus estudios como vía de escape.
El interés de Enrico por el campo de la física se afianzó cuando contaba con 14 años de edad, motivado por la lectura de un libro antiguo que trataba sobre matemáticas, astronomía, óptica y acústica. Como estudiante, destacó y obtuvo calificaciones excelentes, pues contaba con una impresionante memoria, una increíble capacidad de síntesis y una facilidad innata para resolver problemas de física.
El interés de Enrico por el mundo de la física continuó creciendo gracias a la amistad que forjó con un estudiante de iguales intereses a los suyos, Enrico Persico, con el comenzaría a realizar sus primeros proyectos científicos. Además, un amigo de su padre llamado Adolfo Amidei le obsequió con libros sobre física y matemáticas, que no hicieron más que alimentar su deseo incansable de aprender más.
Formación académica y carrera como físico
Fermi culminó sus estudios de bachillerato en 1918. Amidei le aconsejó enviar su solicitud para ser admitido en la Escuela Normal Superior de Pisa, consejo que el joven siguió. Esta escuela le ofreció alojamiento gratuito con la condición de superar una dura prueba de acceso. Con tan sólo 17 años, Fermi logró despuntar en la prueba de tal manera, que un examinador de la Universidad Sapienza de Roma le entrevistó e indicó que tenía un gran futuro como físico.
Ya como alumno de la Escuela Normal Superior, Fermi sorprendió a Luigi Puccianti, director del laboratorio de física, con sus amplios conocimientos sobre la materia. Él mismo llegó a proponer a Fermi que le enseñara algunos contenidos y le planteó la posibilidad de organizar seminarios para otros alumnos. En esta época, Fermi adquirió numerosos conocimientos sobre física atómica, mecánica cuántica y relatividad general, todo ello de forma autodidacta.
Ya en 1920, Fermi comenzó a formar parte del departamento de Física, teniendo libertad para usar el laboratorio de acuerdo con su criterio. En este momento, comenzaría a hacer sus primeras investigaciones con sus dos compañeros, Rasetti y Carrara, que versaron sobre la cristalografía por rayos X. En esta época, Fermi también comenzaría a publicar sus primeros trabajos científicos en revistas especializadas.
En los años siguientes, Fermi ejerció su labor investigadora en diferentes universidades. Pasó un semestre en la Universidad de Gotinga (Alemania) y también ejerció como profesor en la Universidad de Florencia.
Finalmente, es en 1927 cuando Fermi es nombrado profesor de la Universidad de Roma, conocida como La Sapienza. Gracias a su labor en esta entidad, Roma se convirtió en un centro de referencia mundial de la investigación en física. El grupo que Fermi lideró en la capital italiana realizaría contribuciones de enorme importancia para la física teórica y experimental.
Como profesor universitario, el físico destacó por su particular método de enseñanza, por el cual reunía a sus estudiantes al final del día con el fin de plantearles un problema a resolver. Su éxito como docente atrajo a infinidad de estudiantes extranjeros, que acudían a Italia gracias a diferentes becas. En 1928 Fermi contrajo matrimonio con Laura Capon, una estudiante de la universidad. Con ella tuvo dos hijos: Nella, nacida en 1931, y Giulio, nacido en 1936.
En 1929, el físico fue nombrado miembro de la Real Academia de Italia por el presidente Mussolini, afiliándose al partido Fascista ese mismo año. Su postura simpatizante con el fascismo se diluiría en 1938, cuando comenzaron a entrar en vigor las leyes racistas italianas, pues su mujer Laura era judía. Además, estas leyes dejarían sin trabajo a miembros de su equipo de investigación.
En 1938 Fermi fue galardonado con el premio Nobel de Física en Estocolmo por sus hallazgos. Tras recibirlo, emigró finalmente a Nueva York junto a su esposa y sus hijos, ya que las leyes antisemitas del gobierno de Mussolini amenazaban su seguridad. Una vez instalado en Estados Unidos, comenzó a trabajar en la Universidad de Columbia.
En esta época de su vida, Fermi formaría parte de uno de los proyectos más controvertidos de la ciencia: el Proyecto Manhattan. Este fue un proyecto de investigación impulsado por Estados Unidos que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, con el fin de desarrollar las primeras armas nucleares. Este contó, además, con el apoyo de Canadá y Reino Unido. Su labor consistió en realizar el primer prototipo de varios reactores nucleares. En 1944, Fermi se mudó a Nuevo México, donde ocupó el puesto de director asociado del laboratorio del proyecto.
Una vez que la guerra llegó a su fin, Fermi ocupó un puesto como profesor en la Universidad de Chicago. En esta época decidió desvincularse de la política, aunque aceptó ser integrante del Comité Asesor General de Energía Atómica.
En 1949, cuando se conoce que la Unión Soviética detona una bomba atómica, los estadounidenses comenzaron a insistir en la necesidad de crear una bomba termonuclear más poderosa. Aunque Fermi se posicionó en contra de esta decisión, al considerar que una bomba de ese calibre era necesariamente un arma maligna, el presidente Truman aceptó la propuesta. Fermi, manteniendo su fidelidad a Estados Unidos, continuó colaborando para desarrollar dichas armas de fusión. No obstante, siempre albergó el deseo de que no pudiesen llegar a construirse, algo que, efectivamente, nunca sucedió.
Además de todos los logros aquí comentados, Fermi también se hizo popular por formular la que se conoce como la Paradoja de Fermi. En ella, el físico se plantea cómo es posible no contar con evidencias de vida inteligente extraterrestre a pesar de las enormes dimensiones del universo. En 1954, Enrico Fermi falleció a los 53 años de edad debido a un cáncer de estómago en su domicilio en Chicago.
Legado y conclusiones
Fermi fue a lo largo de su vida no solo un físico brillante, sino también un profesor inspirador, fuente de motivación y pasión para sus alumnos. Durante su carrera se caracterizó por ser perfeccionista, cuidando al detalle la preparación de sus conferencias, que posteriormente fueron publicadas en forma de libros.
A pesar de su gran inteligencia innata, siempre buscaba las soluciones más sencillas ante los problemas más complejos. El trabajo de Fermi es recordado, principalmente, por su trabajo en la energía nuclear, creando el primer reactor y contribuyendo al desarrollo de la primera bomba atómica y la primera bomba de hidrógeno. Todo su legado ha resistido al paso del tiempo y sus hallazgos han sido la base de avances con múltiples aplicaciones en la actualidad.
