Un crimen que cambió la historia

Emmett Till, el asesinato que despertó la lucha antirracista en los EEUU

Emmett Till

Emmett Till

El 31 de agosto de 1955, el cuerpo inerte de Emmett Till apareció en las aguas del río Tallahatchie, en Misisipi. Tres días antes, dos hombres blancos habían secuestrado y asesinado al joven negro de 14 años, después de acusarlo falsamente de haber acosado a la esposa de uno de ellos. Cuando encontraron el cadáver de Emmett Till, desnudo y mutilado, el adolescente era prácticamente irreconocible.

Este trágico y brutal suceso marcó un antes y un después en la historia de los Estados Unidos. Las imágenes del cuerpo desfigurado de Emmett Till recorrieron el país y pusieron en evidencia la violenta realidad a la que se enfrentaban los ciudadanos negros, despertando así el movimiento por los derechos civiles y la igualdad de los afroamericanos. 

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Un asesinato racista a sangre fría

En el verano de 1955, Emmett Till había viajado de Chicago a Marey para visitar a su familia. El joven se había instalado en casa de sus tíos, Mose y Elisabeth Wright, y esperaba pasar unos días tranquilos junto a sus primos en el pequeño pueblo de 400 habitantes en el que había nacido su madre. Antes de partir, esta le advirtió que fuera con cuidado, ya que el racismo y la segregación en los estados del sur era mucho peor que en su Chicago natal.

El 24 de agosto, Emmett y sus primos fueron al Bryant Grocery and Meat Market a comprar unos chicles. El negocio pertenecía al matrimonio formado por Roy y Carolyn Bryant, pero aquel día solo la esposa estaba en la tienda. El joven de Chicago entró en el local, compró los chicles, pagó dos centavos y se marchó. Al salir soltó un silbido que, según contaron sus primos, no iba dirigido a la dependiente, sin embargo, sabiendo que la confusión podía traerles problemas, los adolescentes decidieron marcharse rápidamente de aquel lugar.

El cuerpo apareció con un alambre de espino alrededor del cuello, que lo ataba a un ventilador de 34 kg.

Al encontrarse con su marido, Carolyn Bryant le dijo que aquella tarde Emmett Till había entrado en el negocio y la había agarrado y acosado repetidas veces. Enfurecido, Roy Bryant empezó a buscar al joven que supuestamente había agredido a su mujer. El 28 de agosto, a las 2:30 de la madrugada, Bryant y su hermano J.W. Milam llamaron a la puerta de los tíos de Emmett Till, obligaron al joven a vestirse y a salir con ellos, amenazaron violentamente a la familia y rechazaron la oferta económica que estos les hicieron a cambio de que dejaran a su sobrino en paz.

Al día siguiente, el sheriff del condado Leflore detuvo a Bryant y Milam, que habían sido acusados de secuestro. Los hombres admitieron haberse llevado a Emmett Till, pero aseguraron haberlo liberado poco después. Tres días más tarde, el cuerpo desnudo y completamente desfigurado del joven de 14 años apareció en el río, con un alambre de espino alrededor del cuello que lo ataba al ventilador de una máquina de algodón de 34 kg. El cadáver había quedado en un estado tan perjudicado que el único detalle que le permitió a Moses Wright reconocer a su sobrino fue el anillo de plata con las iniciales grabadas que todavía llevaba en el dedo.

 

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Emmet Till en su casa de Chicago en una fotografía tomada en 1955.

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La lucha de Mamie Till

Al enterarse de que habían secuestrado a su hijo, Mamie Till, alarmada por la situación, avisó inmediatamente a la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) y a los políticos estatales. Poco después, recibió la noticia de que Emmett Till había sido asesinado.

El ataúd con el cuerpo inerte del joven llegó a Chicago cerrado con el sello de Misisipi, sin embargo, Mamie Till decidió abrir el féretro “para que la gente vea lo que yo he visto”, tal y como le dijo al director de la funeraria. Decenas de miles de personas, conmovidas por el asesinato, se acercaron al Tanatorio A. A. Rayner Funeral Home para despedir a Emmett Till y comprobaron con sus propios ojos la violenta muerte que había sufrido el adolescente.

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Decidida a que la historia de su hijo llegara a oídos de todos los estadounidenses, Mamie Till llamó a los periodistas para que asistieran al funeral e hicieran eco del suceso. Simeon Booker, de la revista Jet, y Moses Newson, del Tri-State Defender, convirtieron el asesinato en noticia nacional, y el fotógrafo David Kackson inmortalizó la imagen del féretro abierto con el cuerpo desfigurado de Emmett Till en su interior, retratando así la violencia racial contra los ciudadanos negros.

Emmett Till familia

Emmett Till familia

La familia de Till en el juicio de los asesinos acusados el 22 de septiembre de 1955. En el centro de la imagen está su madre, Mamie Till.

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Asesinos confesos, en libertad

En septiembre de aquel mismo año, J.W. Milam y Roy Bryant fueron juzgados por secuestro y asesinato ante un jurado formado por 12 hombres blancos en el tribunal del condado de Tallahatchie. Durante el juicio, que duró cinco días, los acusados negaron haber estado involucrados de cualquier manera en la muerte de Emmett Till y fueron absueltos tanto de los cargos de asesinato como, meses después, de los cargos de secuestro.

La activista Ruby Hurley aseguró que, en el juzgado, “los acusados estaban allí tomándose helados y jugando con sus niños como si estuvieran de picnic”. Viendo cómo el mismo sheriff saludaba a los asistentes negros con un insultante “hello niggers”, los acusados eran conscientes de que la justicia estaba de su parte.

En enero de 1956, cuando aún no había pasado ni medio año del asesinato, la revista Look publicó un artículo en el que Bryant y Milam confesaban haber matado a Emmett Till. Amparándose en el principio legal que impide que se juzgue a una persona dos veces por el mismo crimen, los dos hombres contaron la verdadera historia a cambio de 4.000$.

Emmett Till

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Roy Bryant y J. W. Milam, asesinos confesos de Emmett Till, fueron absueltos por un jurado exclusivamente masculino después de sesenta y siete minutos de deliberación, en 1955.

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El despertar del movimiento antirracista

Gracias a la fuerza y el impulso de la inquebrantable Mamie Till y a la ayuda de los periodistas, el caso de Emmett Till recorrió el país entero. Así, Mamie Till consiguió que uno de los miles de linchamientos que sucedieron entre 1870 y la década de los años cincuenta en los Estados Unidos pusiera a la sociedad frente a la incómoda realidad del racismo.

Cien días después del asesinato, Rosa Parks se negó a cambiarse de sitio en un autobús, enfrentándose a la ley de segregación de Alabama y marcando un hito en la lucha por los derechos civiles. “Pensó en ir a la parte trasera del autobús, pero luego se acordó de Emmett Till y no pudo hacerlo”, explicó el reverendo Jesse Jackson en 1988.

La generación Emmett Till

Cinco años más tarde, cientos de jóvenes estudiantes negros se agruparon para organizar reuniones, sentadas y manifestaciones para exigir la igualdad frente a la ley; ellos mismos se autodenominaron “la generación Emmett Till”. En 1963, Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso I have a dream en el aniversario de la muerte de Emmett Till, mencionando al joven asesinado tanto en esta ocasión como en muchas otras. Incluso Bob Dylan le dedicó una balada, titulada The Death Of Emmett Till, en 1962.

Los asesinos murieron sin pisar la cárcel ni pagar ningún tipo de pena pese a haber confesado su crimen. En 2018, el caso se reabrió a raíz de la publicación del libro La sangre de Emmett Till, escrito por el historiador Timothy Tyson. En el libro, Carolyn Bryant, de 83 años, se retractaba de las acusaciones que había hecho en su día contra Emmett Till y aseguraba que el adolescente jamás la había acosado. “Nada de lo que hizo ese chico justifica lo que le ocurrió”, afirmó en una entrevista realizada por el autor en 2008.

Tras la publicación de La sangre de Emmett Till, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reanudó la investigación, pero cuando interrogaron nuevamente a Caroly Bryant, esta retomó la versión inicial de los hechos. En diciembre de 2021, a falta de pruebas que confirmaran la verdad explicada en el libro (el historiador no contaba con grabaciones de las entrevistas), el Departamento de Justicia cerró definitivamente el caso.

El cartel conmemorativo de Emmett Till ha sufrido repetidos ataques vandálicos.

La realidad que sufrieron tanto Emmett Till como muchos otros ciudadanos negros estadounidenses ha sido reflejada en clásicos como Matar a un ruiseñor, la novela de Harper Lee, o la película Arde Mississippi. Pero pese a la insistente lucha por la igualdad, el racismo que mató a Emmett Till sigue vivo.

Prueba de ello es el asesinato de George Floyd en 2020, al que sucedió el movimiento Black Lives Matter, y los constantes ataques vandálicos que ha sufrido el cartel conmemorativo de Till ubicado en la zona del río en la que se encontró su cuerpo. Actualmente, tras ser cambiado tres veces, el cartel ha sido recubierto de cristal antibalas para proteger este símbolo de homenaje al joven que perdió la vida a manos de la peor de las injusticias.