¿Quién fue Emilio Prados?
Emilio Prados (1889-1962) fue un poeta español que formó parte de la generación del 27. Pasó por varias etapas que se vieron marcadas por la inspiración y las circunstancias históricas que le tocó vivir.
Prados estuvo en contacto con la literatura y la poesía desde temprana edad, lo que le permitió conocer a personalidades importantes, gente que a la larga le ayudó a orientarse. Aunque fue un hombre solitario, poco a poco se abrió paso para dar a conocer su talento en el campo de las letras.
La sensibilidad de Emilio Prados para la poesía también se evidenció en la solidaridad y empatía que demostró hacia los más necesitados. Fue un participante activo durante los hechos acaecidos en la Segunda República, y no tuvo temor de evidenciar su postura izquierdista en la política.
Biografía de Emilio Prados
Nacimiento y familia
Emilio nació el 4 de marzo de 1889 en Málaga, Andalucía, lugar donde residió hasta los quince años. El haber provenido de una familia con buena posición económica le permitió tener una educación de calidad, y además le abrió los caminos hacia la poesía y la literatura.
De sus años de infancia y adolescencia en su tierra natal son las primeras experiencias con las artes. De los largos ratos que pasó en las tertulias de los cafés de la ciudad, nació la amistad con poetas y escritores como Manuel Altolaguirre (con quien fundaría la revista Litoral), José María Hinojosa y José Moreno Villa.
Estudios en Madrid
Emilio se mudó a Madrid cuando culminó el bachillerato para cursar estudios en la reconocida Residencia de Estudiantes. Durante ese tiempo (1914) conoció al escritor y poeta Juan Ramón Jiménez, quien fue pieza clave e influyente para desarrollar su vocación por la poesía.
En 1918 el estudiante se incorporó activamente al equipo universitario de la Residencia de Estudiantes, donde se nutrió de las innovadoras ideas concebidas por los intelectuales europeos. En esa época fue surgiendo la generación del 27, y nació su amistad con Federico García Lorca, Luis Buñuel, y otros destacados intelectuales.
Problemas de salud
Emilio padeció desde niño una enfermedad pulmonar, por lo que debió recibir continuos chequeos médicos. En 1921 los síntomas reaparecieron y tuvo que viajar a Suiza para recibir tratamiento.
La estancia de aproximadamente un año en el hospital lo acercó mucho más a la literatura. Empleó el tiempo en estudiar y leer a los escritores más importantes de Europa, y así comenzó a fortalecer mucho más su incipiente trabajo como escritor.
Actividades de Prados en la literatura
Después de que el poeta se recuperó, se dedicó dos años a realizar algunos cursos de filosofía en universidades alemanas. También hizo viajes a París para explorar museos y galerías de arte, y tuvo la oportunidad de conocer al pintor Pablo Picasso.
En 1924, Prados regresó a Málaga, con el determinado objetivo de concretar su talento como escritor y poeta. Con su amigo de la infancia, Altolaguirre, fundó y editó la revista Litoral, dedicada a la poesía, la pintura, la música y el arte.
Emilio también se desempeñó como un notable editor de talla internacional, tras la labor que realizó en la imprenta Sur. Mucha de la poesía escrita por los miembros de la generación del 27 se editó en sus talleres. Por esa época, Emilio escribió varios de sus trabajos poéticos.
Prados, el hombre solidario
La actividad de Prados no se limitó solo a la poesía y la edición, también demostró ser un hombre sencillo ante las penurias de la gente. La guerra civil le arrebató a uno de sus amigos, y convirtió a Málaga en un campo de violencia y destrucción.
Los estragos de la contienda en su tierra lo llevaron de nuevo a Madrid. Allí fue colaborador activo en todas las ayudas para los afectados por el combate. Manifestó abiertamente su rechazo al ejército franquista al sumarse a la Alianza de Intelectuales Antifascistas.
El poeta en el exilio
Después de haber publicado algunas de sus obras, de editar varios libros y de recibir el Premio Nacional de Literatura en 1938 por la obra Destino fiel, decidió irse de España. En 1939 se fue a París, y ese mismo año partió a México, donde vivió hasta el final de sus días.
El escritor Octavio Paz lo acogió durante un tiempo en su casa. Pronto comenzó a trabajar en la editorial que dirigía su compatriota José Bergamín, llamada Séneca. Poco tiempo después trabajó en Cuadernos Americanos. A un año de haber llegado a suelo azteca publicó Memoria del olvido.
La etapa del poeta fuera de su país fue la más productiva en cuanto a escritura. Fue un tiempo donde su obra se tornó reflexiva y metafísica, y la orientó hacia la búsqueda del significado del ser. Ya en 1941 había escrito Mínima muerte.
Prados realizó colaboraciones en la revista Litoral, junto a otros amigos y colegas como Manuel Altolaguirre y Francisco Giner de los Ríos. Es importante destacar que mantuvo comunicación con la filósofa María Zambrano, aspecto que pudo haber cambiado su percepción de la vida y las cosas.
Con su obra Jardín cerrado, que inició en 1944, Prados consolidó su labor como escritor. El mundo literario latinoamericano y europeo no lo dejó pasar desapercibido y reconoció la calidad de su trabajo. Algunos títulos debieron esperar para ser publicados debido a las deficiencias económicas que presentaron las editoriales.
Muerte del poeta
La vida del poeta en el exilio no fue fácil, hubo un tiempo en el que hizo trabajos de manera intermitente. Su economía y producción poética fueron decayendo con el paso del tiempo. Falleció el 24 de abril de 1962.
Estilo
La poesía de Prados es de lenguaje sencillo y claro, pero con una contundente expresividad y carácter existencialista. Su obra tiene estilos o características distintas de acuerdo a su tiempo de creación: en un principio tradicional, luego realista y más tarde espiritual.
Los elementos que definieron el estilo poético de Emilio Prados estuvieron estrechamente relacionados con los eventos y experiencias de su entorno. Sus primeras obras se caracterizaron por la presencia de rasgos tradicionales, inspirado en parte en Málaga, y las canciones populares de la época.
Posteriormente, la forma de la poesía del autor pasó a tener matices de realismo, con un verbo quizás más crudo y vivencial. Este cambio fue debido a la situación país, eran tiempos de la Segunda República. Su obra fue entonces fiel y congruente con su pensamiento comunista e ideas revolucionarias.
Finalmente, el poeta le dio un giro a su creación, y pasó a imprimirle un estilo más profundo y orientado hacia el descubrimiento del ser. Esto fue durante el tiempo del exilio, donde la soledad, tristeza y nostalgia resultaron intensas para el escritor.
Todo su sentimiento se reflejó en sus poemas, la intención de reflexionar en la evolución del hombre era clara y contundente.
Obras
Se puede clasificar en tres etapas, según el carácter de su poesía. La primera tiene rasgos surrealistas y vanguardistas, entrelazados con elementos arábigo-andaluces y de la naturaleza. La segunda, recoge su poesía de carácter social y político, con lenguaje surrealista. La tercera corresponde al exilio, donde expresa el gran desarraigo y la soledad. Su poesía es más densa y filosófica, y también más vanguardista.
Hay algunos textos que no tienen fecha.
Primera etapa, 1925-1928
- Tiempo (1925).
- Veinte poemas en verso,
- Seis estampas para un rompecabezas (1925).
- Canciones del farero (1926).
- Vuelta (1927).
- El misterio del agua (1926-27, publicado en 1954, en Antología).
- Cuerpo perseguido (1927-28, publicado en 1946).
Segunda etapa, 1932-1938
- La voz cautiva (1932-35).
- Andando, andando por el mundo (1931-35).
- Calendario incompleto del pan y del pescado (1933-34).
- La tierra que no alienta.
- Seis estancias.
- Llanto en la sangre (1933-37).
- El llanto subterráneo (1936).
- Tres cantos.
- Homenaje al poeta Federico García Lorca contra su muerte.
- Romances.
- Romancero general de la guerra de España.
- Cancionero menor para los combatientes (1938).
- Destino fiel (recopilación de toda su poesía de guerra), Premio Nacional de Literatura en 1938.
Tercera etapa, 1939-1962, exilio en México
- Memoria del olvido (1940).
- Jardín cerrado (1940-46).
- Mínima muerte (1944).
- Penumbras.
- Dormido en la yerba (1953).
- Río natural (1957).
- Circuncisión del sueño (1957).
- La piedra escrita (1961).
- Signos del ser (1962).
- Transparencias (1962).
- Cita sin límite (edición póstuma, en 1965).
- ¿Cuándo volverán? (1936 y 1939).
Referencias
- El poeta en la historia: la poética de Emilio Prados. Recuperado de josemarcelopoeta.wordpress.com.
- Emilio Prados-Vida y obra. Recuperado de hispanoteca.eu.