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Sorprende desde el primer minuto la soltura y desidia con que borda a la fumadora y resignada Camilla Parker Bowles en The Crown pero, si uno tira de la cuerda, pronto empieza a descubrir que la mujer en la pantalla esconde mucho más que un brillante mimetismo con la eterna compañera del príncipe Carlos en la ficción de Peter Morgan sobre la realeza británica. Quien se camufla en ese flequillo desgarbado es Emerald Fennell (Londres, 1985), una mujer que hasta hace seis meses apenas conocía el núcleo duro del celuloide pero ahora se ha convertido en el nombre más omnipresente de esta temporada de galardones. El contexto para celebrarla no podría ser más pertinente: 2021 será el año en el que dos mujeres sean nominadas en el olimpo de los Oscars a la Mejor dirección. La otra es Chloé Zao, autora de esa epopeya austera llamada Nomadland que retrata a Frances McDormand en la piel de una de las miles almas nómadas que sortean los obstáculos del empleo precario en Estados Unidos. La autora de origen chino es la primera mujer asiática y de color en convertirse en candidata a esta categoría.
Al margen de Zao, la de Fennell es una historia que engloba mucho más que el iceberg de su primer film como directora, Una joven prometedora, donde Carey Mulligan muta en una vengativa Tomb Raider camuflada de Lolita con conocimientos de medicina para vengar los traumas que una horda de hombres le han causado en vida (y no solo, ni exactamente, a ella). La cinta ha conseguido colarse en cinco categorías (mejor actriz, mejor película, mejor edición y mejor guion original, además de la mencionada mejor dirección) y ha servido para aupar el nombre de Fennell, pero su currículo va mucho más allá de este debut. Además de la duquesa de Cornualles, ha encarnado a la armarizada enfermera Patsy Mount de la serie Llama a la comadrona, la princesa Merkalova de Anna Karenina (Joe Wright, 2012) o la señora Smythe-Willard de Albert Nobbs (Rodrigo García, 2011). Fue en esta última donde coincidió precisamente con Phoebe Waller-Bridge, creadora de la ácida Fleabag y guionista de Killing Eve, que contó con Fennell para la segunda entrega de la persecución de Sandra Oh a Jodie Comer.
Ahí es donde algunos sitúan el germen de su actual estallido, uno que le ha llevado a conciliar el rodaje de su primer largometraje –ya dirigió un corto, Careful How You Go, en 2017– con un embarazado fruto de su relación con el director Chris Vernon. Antes de esa fructífera coincidencia, Fennell estudió en la lustrosa Marlborough College del sur de Inglaterra (la misma a la que acudió Kate Middleton) para después matricularse en la Universidad de Oxford. Hija del joyero Theo Fennell y hermana de la diseñadora de moda Coco Fennell, obtuvo su primer papel en la serie Chickens de Channel 4 y comenzó a intercalar papeles de actriz con encargos de guiones cinematográficos y hasta novelas infantiles como Shiverton Hall, publicada en 2013. Pero huelga decir que la carambola de entrar en la sala de escritores de Killing Eve, y su posterior desembarco como directora en Una joven prometedora, parece el primer asalto de un talento polifacético con triples vistas a los Oscar y un futuro que ya vislumbra otro golpe de –merecida– suerte: según avanza Variety, su próximo proyecto la llevará al universo DC como guionista de la superheroína Zatanna.
