El nieto del presidente estadounidense Harding pide que se exhumen sus restos | Mundo Global | EL PAÍS
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El nieto del presidente estadounidense Harding pide que se exhumen sus restos

James Blaesing, fruto de una relación extramatrimonial del republicano, fue reconocido en 2015, pero ahora quiere "establecer con certeza científica" su parentesco con el mandatario muerto en 1923

El presidente de EE UU Warren G. Harding en un partido de béisbol en Washington en 1921.
El presidente de EE UU Warren G. Harding en un partido de béisbol en Washington en 1921. AP

El presidente estadounidense Warren G. Harding, electo en 1920 y fallecido en el cargo tres años después, tuvo varias amantes. Entre las mujeres con las que mantuvo relaciones extramaritales figura Nan Britton, con quien llegó a engendrar una hija: Elizabeth Ann Blaesing. Durante casi un siglo no se supo de este linaje, hasta que en 2015 una coincidencia entre el ADN del hijo de la mujer, James Blaesing, y el de dos descendientes de Harding, concluyó el parentesco e hizo oficial su vínculo con el mandatario. Ahora, cinco años después, Blaesing ha acudido a un tribunal de Ohio para pedir que exhumen los restos del republicano y así poder "establecer con certeza científica" su relación sanguínea.

Los descendientes de los Harding no quieren entrar en una batalla legal. No porque no quieran reconocer a Blaesing como su pariente, sino porque precisamente lo hacen desde 2015 y sin dejar lugar a dudas. No necesitan más pruebas. La solicitud surgió después de que durante los preparativos de la celebración del centenario de la elección de Harding, Blaesing se sintiese ignorado. Ni a él ni a sus familiares directos se les ha contactado para el nuevo centro presidencial en Marion (Ohio), una ciudad cercana a la donde nació el presidente en 1865. El nieto defiende que merece "tener su historia, la historia de su madre y la historia de su abuela incluida en los sagrados pasillos y museos".

"Hice la prueba [de ADN] y la presentamos al público en 2015. Ahora estamos en 2020 y nadie me ha preguntado nada", sostuvo Blaesing en una entrevista a la agencia AP, en la que describe que el legado de su madre ha quedado reducido a una suerte de nota al pie en el nuevo museo. "No soy parte de nada. Nada. Mis hermanos, yo. Somos invisibles. Nos tratan como trataron a mi abuela", agregó. El nieto del mandatario cree que si exhuman los restos de su abuelo del monumento presidencial donde yacen desde 1927, y logra comprobar de manera más clara que son parientes, se les tomará más en cuenta. AncestryDNA, una división de pruebas de ADN de Ancestry.com, ya lo confirmó hace cinco años.

El museo y centro de investigación Ohio History Connection, que administra la casa y el monumento a los Harding, ha sido prudente en la disputa. La portavoz Emmy Beach aclaró que la organización acepta los resultados de ADN de 2015 "como un hecho" y planea una sección del nuevo museo "sobre la relación de Harding con Nan Britton y su hija, Elizabeth Ann Blaesing". También advirtió a los tribunales de que deben considerar una serie de factores antes de abrir el sarcófago donde se encuentran los restos de Harding y también los de su esposa, la primera dama Florence Kling Harding.

En 2011 fue el sobrino nieto del mandatario, Peter Harding, y su nieta, Abigail Harding, quienes se acercaron a la familia Blaesing para atar los cabos sueltos sobre su relación sanguínea. "Lamentablemente, el reconocimiento público generalizado y la aceptación por parte de los descendientes, historiadores y biógrafos (y del propio Blaesing) de que Blaesing es el nieto del presidente Harding no es suficiente para él", se quejaron los familiares en un expediente judicial citado por AP, en los que calificaban la demanda como una táctica para llamar la atención.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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