En 1923 se presenta en Junín la actriz, directora y formadora de actores Angelina Pagano

 


Fue en el Teatro Español. Su biografía. 


Entre el martes 11 de septiembre y el viernes 14 de septiembre de 1923 se presenta cada noche de esos días en el Teatro Español de Junín -que estaba ubicado donde actualmente se encuentra la Sociedad Española en calle Narbondo entre Arias y Lebensohn- la actriz, directora y formadora de actores Angelina Pagano.

"La presentación de Angelina Pagano -dice el diario La Verdad en su edición del sábado 15 de septiembre de 1923 (en aquel tiempo aparecía como semanario)- en el escenario del Teatro Español ha motivado el suceso artístico y social que era de prever. Noche a noche desde el martes, la critica ha debido emitir su juicio admirativo frente a la labor verdaderamente genial de artista de tanta alma y sentimiento" y agrega más adelante la crónica: "Ella sabe dar a la ficción literaria palpitaciones de vida real, infundiendo dinamismo humano a los personajes de la farsa".

"En la sala del coliseo español se han dado cita estas noches las familias más conocidas de nuestra sociedad. Entre muchas otras cuyos nombres escapan a nuestro recuerdo asistieron las de Tassara, Basterrei Brachet, de Giuli, Couget, Costa, Borchex, Senosiain, Canavesio, Battilana, Tosco, Brizuela, de Miguel, Noir, Narbondo, Solari, Nieto, Mones Ruiz, Cosentino, Laborda, Sosa, Levalle, Roy, Amaya, Sarmiento, Dubois, Melián, Fontanillas, Mingorance, De Rosa, Cerecetto,. Maturi, Villani, Campoamor, Trinca, Damasco, Panizza, Servini, Irizarri, etc.

ANGELINA PAGANO

Nacida en Buenos Aires el 13 de Diciembre de 1888 y muerta en la misma ciudad en el año 1962.

Siendo muy niña se radicó con su familia en Florencia, Italia. Allí encauzó una temprana inclinación por el arte escénico, ingresando a la Real Academia de Declamación y Estudios Superiores de Arte Dramático, donde recibió una sólida formación integral.

La prueba decisiva en materia Actuación, la rindió ante una mesa examinadora formada por tres figuras destacadas del quehacer teatral de la época: Eleonora Duse, prestigiosa actriz europea; Gabriel D'anunzio, escritor y dramaturgo italiano y; el reconocido actor trágico Tomás Salvini.

Eleonora Duse quedó profundamente impresionada por esta adolescente tan prometedora, y la incorporó a su elenco, en el que se destacó por su ductilidad y la disciplina de su trabajo, aunadas por su fina sensibilidad.

Los compromisos artísticos de la compañía le permitieron a la joven actriz conocer diferentes ciudades de Italia, Austria, Alemania y Estados Unidos. Finalizada esta última gira, decidió volver a su país que, en esos momentos, iniciaba un camino de crecimiento en el arte teatral.

No le resultó fácil integrarse, ya que su aporte como actriz de escuela, en un medio en el que privaba aún el instinto y la improvisación, fue una traba; y para muchos, la formación rigurosa que traía era considerada como algo exótico.

La realidad no la amedrentó pues de su maestra, Eleonora Duse, había heredado un concepto de la vida y el arte, que haría suyo: "las personas no valen por lo que tienen, ni siquiera por lo que son; valen por lo que dan". Estas palabras signaron para siempre la trayectoria y la actividad de la docente Angelina Pagano.

Como actriz fue una ferviente impulsora de la dramaturgia nacional, puesto que no hubo autor, ya fuera consagrado o novel, que no le entregara sus textos; en la convicción de que su posible elección aseguraba el éxito de la obra. El talento interpretativo y la aguzada sensibilidad en la creación de personajes, llevaron a un crítico de la época a apodarla "la piccola Duse", aludiendo a esa capacidad de sugerir sin apelar a las palabras.

Paralelamente desarrolló la tarea docente, desempeñándose como Profesora de Actuación, desde los inicios de actividad del Conservatorio Lavardén. El cual fue creado en 1908 por entusiasmo y decisión de Gregorio de Laferrère, quien logró mediante subvenciones del Congreso Nacional y de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, abrir una escuela de Arte Dramático similar a las que existían en las grandes capitales europeas.

La vocación docente de Angelina Pagano se anticipó en varias décadas a las propuestas renovadoras de la Educación por el Arte, pues comprendió muy tempranamente la imperiosa necesidad de formar a los niños en la actividad teatral. De este modo se los acompañaba en el crecimiento de una personalidad creativa, gestando al  mismo tiempo un semillero de potenciales actores y espectadores. Con ese objetivo organizó y dirigió un conjunto infantil, primero en su género. Resultó para ella una experiencia tan gratificante y fecunda que la llevó a dedicarse exclusivamente a la docencia teatral, alegando que: "lo mejor que tiene el hombre es su infancia, pues nada vale tanto como una promesa".

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