'Los buenos modales' ha llegado a los cines este 28 de abril. Nos cuenta la historia de una vieja rencilla familiar ha convertido en enemigas irreconciliables a Rosario (Elena Irureta) y Manuela (Gloria Muñoz), a pesar de ser hermanas. Un rencor que han heredado sus hijos, respectivamente, Roberto (Ricard Farré) y Mónica (Inma Cuesta). Ninguno de ellos cuenta, sin embargo, con que Trini (Pepa Aniorte) y Milagros (Carmen Flores Sandoval), amigas inseparables y niñeras de los nietos de una y otra, Carmen (Jordina Sala) y Daniel (Oriol Camps) van a provocar, con más buena intención que habilidad, un vuelco inesperado de los acontecimientos. Dirige Marta Díaz de Lope Díaz, con guion propio coescrito con Zebina Guerra, como ya hizo con su ópera prima, ‘Mi querida cofradía’. Y nosotros hemos tenido el placer de hablar con su protagonista.

A Elena Irureta aún se le quiebra la voz al rememorar la noche del 11 de febrero pasado, cuando entregó el Goya como Actor Revelación a su sobrino Telmo, intérprete con parálisis cerebral, por su trabajo en ‘La consagración de la primavera’, de Fernando Franco. “Ese ha sido el mejor premio que he recibido en la vida”, se sincera la protagonista de la miniserie ‘Patria’ con FOTOGRAMAS. “Habíamos comentado el logro que había supuesto el que estuviese nominado, pero no contábamos con que ganase. Cuando me comunicaron que yo iba a dar el galardón en esa categoría sentí un apuro tremendo y ni siquiera se lo conté a él. Al abrir el sobre y leer su nombre apenas pude hablar. Nada más salir del escenario, lo abracé y nos pusimos a llorar los dos, incapaces de contener tanta emoción”. Fueron tan solo cuatro minutos que revelaron la cara más tierna y personal de la actriz vasca, una mujer muy unida a su familia, que ha encarnado a madres y abuelas en la pantalla, pero que no tiene hijos. “No los echo en falta porque tengo nueve sobrinos que lo son todo para mí, Telmo en particular, y a los que llamo ‘sobrijos’. Vivo en un caserío y están siempre por casa, me encanta estar con ellos”.

elena irureta los buenos modales
Warner Bros.

La importancia que tiene la familia en su vida le puso un poco cuesta arriba el encarnar en ‘Los buenos modales’ a Rosario, una mujer que no se habla desde hace años con su hermana, a quien estuvo muy unida en el pasado. “La verdad es que me dolía mucho el comportamiento del personaje, que dos hermanas pasaran tantísimo tiempo sin dirigirse la palabra, reconoce. Yo sería incapaz. En casa somos cuatro chicas y un chico. Siempre hemos hecho piña, y así seguimos. ¿Cómo no intentan canalizar sus diferencias y negarse a entenderse? Vivir tan sola como está ella y no relacionarse con su única hermana… ¡Resulta durísimo!” La soledad es el punto de conexión de Rosario con Bittori, su personaje en ‘Patria’, el papel por el que ganó los premios Forqué y Platino del Cine Iberoamericano, así como el reconocimiento tras toda una vida entregada a su profesión. “Sí, es cierto, Rosario y Bittori son dos mujeres que se han dedicado de lleno a la familia, luego cada uno hace su vida y, aunque tienen hijos, llegan a un tiempo en el que se encuentran muy solas”.

Lejos de lo que podría parecer, y aunque tiene momentos intensos, ‘Los buenos modales’ no es un drama sombrío. Su directora, Marta Díaz de Lope Díaz, confirma su habilidad, ya demostrada en ‘Mi querida cofradía’, para combinar en pantalla lo más trágico con la comedia más optimista, y mantener un clima cordial en el plató durante el rodaje. “Yo no conocía a Marta más que por su película anterior, que me encantó, pero nos caímos muy bien desde el principio, cuenta. He tenido, además, la suerte de trabajar con Gloria Muñoz, algo que ha sido un lujo como profesional y como persona. Éramos todo mujeres y había tan buen ambiente, todo resultaba tan fácil que cuando lo comentábamos Gloria y yo, ella me preguntaba: ¿Estaremos haciéndolo bien, Elena? (risas)”.

elena irureta los buenos modales
Warner Bros.

Ella comparte la jovialidad que se respira en la película. “Soy muy inquieta y bastante nerviosa, pero siempre optimista”. Este buen ánimo la llevó a inscribirse, muy joven y sin una vocación definida, en la Escuela de Arte Dramático Antzerti, recién creada por el Gobierno vasco en San Sebastián. “Me apunté, hice mis estudios y empecé a participar en montajes de teatro, recuerda. A partir de ahí me fue saliendo un trabajo tras otro. No sé, con sinceridad, si en algún momento me propuse ser actriz. Me gustaba lo que hacía, pero con la idea de que no iba a durar siempre. Lo de menos era la función, el resto era cargar y descargar camiones, montar y desmontar la escenografía. Mucho trabajo, pero éramos jóvenes y lo hacíamos con tanta ilusión que lo recuerdo con mucho cariño”. La popularidad le llegó a través de la pequeña pantalla, primero en la ETB vasca, donde escribió guiones e incluso codirigió con Aitzpea Goenaga la serie Duplex. Luego llegaron series como ‘Al salir de clase’, ‘Allí abajo’, las once temporadas de ‘El comisario’, ‘El tiempo entre costuras’ y ‘Patria’, y el cine, donde ha mantenido una presencia constante, en títulos como ‘La ardilla roja’, ‘Flores de otro mundo’, ‘Te doy mis ojos’, ‘¡Aupa Etxebeste!’, ‘Gernika’ y ‘Sin ti no puedo’.

La fama no le va. “No estoy acostumbrada ni me gusta, asegura. Lo mío es pasar inadvertida”. Donde se encuentra a gusto de verdad es en Zumaya, la localidad guipuzcoana donde nació en 1955, donde ha residido siempre, junto a toda su familia. “Nos conocemos todos, no me paran por la calle y se me hace muy sencillo vivir allí. Sin moverse de Zumaya llevó a cabo incluso su plan B a la interpretación. Se habla tanto de que al llegar a cierta edad ya no nos llaman a las actrices que cuando cumplí los 45 decidí abrir un negocio, una casa rural. Me ha ido bien, por fortuna, tenía ganas de descansar y la he cerrado después de 21 años”. El trabajo nunca le ha faltado, tiene en cartel ‘De Caperucita a loba’, de Chus Gutiérrez, y ha estrenado en abril la serie ‘Tú también lo harías’, de David Victori, en Disney+. Sólo echa una cosa en falta. “Disfruto con la comedia y he hecho mucha. Drama, también. No he interpretado nunca un papel de mala malísima o algo de terror, y me gustaría mucho, pero nadie me lo ha ofrecido”.

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Juan Pando

Tres décadas dedicado a informar de cine, mi pasión. La imagen en movimiento fue la última de las Bellas Artes en surgir, la séptima, pero fue la primera que nació con la vocación maravillosa de ser disfrutada de modo mayoritario y en igualdad. Gente como John Ford, Alfred Hitchcock, Billy Wilder, François Truffaut, García Berlanga, Vittorio de Sica o Steven Spielberg, maestros de la imagen y, por encima de todo, grandes narradores, lo comprendieron e hicieron películas para todos. He tenido la fortuna de poder contarlo en Fotogramas, Onda Cero y El Mundo, entre otros medios; y en libros como 'Hollywood al desnudo' y 'Crónica negra de Hollywood'. Miembro de la Academia de Cine (desde 2006).