La importancia de las intervenciones asistidas con perros para personas en exclusión social

ANIMALADAS

La importancia de las intervenciones asistidas con perros para personas en exclusión social

El experto en intervenciones asistidas con animales David Ordoñez explica la importancia de la terapia con perros en contextos de exclusión social y su aplicación en población infantil y mujeres maltratadas

David Ordoñez, coordinador del Máster en Intervención Asistida con Animal de la Universidad de Jaén y la Universidad Internacional de Andalucía y fundador y director de Perruneando.
David Ordoñez, coordinador del Máster en Intervención Asistida con Animal de la Universidad de Jaén y la Universidad Internacional de Andalucía y fundador y director de Perruneando.

La importancia de las intervenciones asistidas con perros para personas en exclusión social

El experto en intervenciones asistidas con animales David Ordoñez explica la importancia de la terapia con perros en contextos de exclusión social y su aplicación en población infantil y mujeres maltratadas

Redacción - 27-01-2023 - 15:00 H - min.

Desde hace algunos años, la introducción de perros en contextos terapéuticos, educativos y de intervención social ha ido experimentando un gran auge en España gracias a la práctica de numerosas entidades: tanto empresas como asociaciones y fundaciones, que han consolidado la presencia de estos animales en lugares como centros educativos, hospitales o residencias de mayores.

Un trabajo que ha sido, y es apoyado, por organizaciones como la Cátedra Animales y Sociedad. En Perruneando, entidad que cumple 10 años el próximo mes de febrero de 2023 y cuenta con el apoyo de Dejemos Huella de Elanco, han tenido la oportunidad de colaborar con esta Cátedra con diferentes programas en Córdoba, Málaga, Barcelona, Madrid y también en Jaén.

Precisamente, David Ordoñez, coordinador del Máster en Intervención Asistida con Animal de la Universidad de Jaén y la Universidad Internacional de Andalucía y fundador y director de Perruneando, ha detallado algunos programas que se llevan a cabo en la provincia jienense y que atienden a familias, fundamentalmente mujeres y menores en riesgo o exclusión social.

En este sentido, recuerda que, desde el año 2020, se desarrollan a través de Cruz Roja Jaén tres programas de Terapia e Intervención Social Asistida con Perros. Estos programas tienen una duración de unos 3 meses en cada edición y han sido desarrollados con el apoyo y supervisión del equipo técnico de Cruz Roja Juventud y Cruz Roja Mujeres de Jaén.

TRES INICIATIVAS EJEMPLARES CON PERROS

La primera iniciativa que ha destacado Ordoñez es el ‘Proyecto integrado en Espacio de Convivencia Alternativa (ECA)’, gracias al cual se ha atendido a más de 25 niños en las diferentes ediciones con una edad comprendida entre los 8 y 14 años de edad. Todos ellos se encuentran en situación de vulnerabilidad social (pertenecientes a grupos de asilo político, víctimas de violencia y situaciones similares).

“En este programa se ha trabajado con un equipo formado por nuestras compañeras de psicología Ángeles y Ana Belén y la presencia de Newton. Los objetivos trabajados han sido mejorar las habilidades de inteligencia emocional y reforzar la autoestima”, remarca Ordoñez.

La siguiente iniciativa resaltada por el director de Perruneando ha sido ‘Proyecto integrado en Promoción de Éxito Escolar (PEE)’. En este caso, la población atendida también supera las 20 personas, concretamente niños y estudiantes en edad escolar que pertenecen también a grupos vulnerables de la población, con riesgo o en exclusión social y económica y en cuyas familias se pueden haber dado casos de violencia en sus diferentes vertientes.

“Al igual que en el programa anterior, los objetivos a cubrir son mejorar las habilidades de inteligencia emocional y reforzar la autoestima. En este caso, el programa está dirigido por nuestras compañeras del área de psicología, Ángeles y María, que van acompañadas por nuestra perra de intervención Lily”, explica Ordoñez.

Por último, ha incidido en las bondades del ‘Proyecto integrado en Grupo de Apoyo a Mujeres (GAM)’, con el que se han atendido a 7 de mujeres víctimas de violencia de género en situación de vulnerabilidad social. En este caso, han estado acompañadas por Ángeles y Ana Belén y la perra de intervención Gala. Los objetivos en este programa estuvieron relacionados con fortalecer la autoestima y crear un clima de confianza que permitiese la expresión a nivel emocional de las participantes.

“Todos los programas han tenido un importante reconocimiento por parte de Cruz Roja tanto a nivel de responsables del área técnica, como también a nivel institucional. Además, y lo más importante, han obtenido una alta valoración por parte de las personas participantes, que consideran la introducción del perro como un elemento motivador que ayuda a crear un mejor ambiente y a motivar a los participantes en los programas a alcanzar los objetivos propuestos”, subraya el director de Perruneando.

“Por otra parte, gracias al apoyo de la Fundación Dingonatura, alumnado del Máster Universitario en Intervención Asistida con Animales de la Universidad de Jaén y la Universidad Internacional de Andalucía han podido desarrollar sus prácticas curriculares en el entorno de estos innovadores programas”, incide.

¿POR QUÉ INTRODUCIR UN PERRO?

La intervención asistida con perros, apunta el especialista, implica la inclusión de canes especialmente seleccionados y entrenados para conseguir alcanzar los objetivos terapéuticos, educativos, sociales o de ocio que se marquen por el equipo experto. Dicho equipo debe estar compuesto por profesionales que tengan formación reglada en el ámbito de la terapia, educación o la intervención social según las normativas vigentes que rigen el acceso a las titulaciones oficiales en estos campos.

“En Perruneando contamos con un equipo multidisciplinar que, actualmente, aglutina a más de 35 profesionales de estas áreas terapéutica, educativa y social, contando con la participación de casi 40 perros en nuestros equipos distribuidos en nuestras 13 sedes en España”, señala Ordoñez.

A este respecto, cada proyecto está desarrollado por un grupo promotor en el que se incluye al menos, un profesional del área en el que se vaya a intervenir: psicología, terapia ocupacional, educación social, enfermería, etc., así como a personas del área técnica encargadas de la selección, entrenamiento, guía y bienestar del perro de terapia.

“Sin embargo, aunque nuestro equipo esté preparado a nivel técnico, a la hora de plantear un proyecto de intervención asistida con perros (y, por extensión, con animales) debemos responder a una pregunta muy importante: ¿por qué introducir un perro en un determinado contexto y no otro animal u otro recurso? Si no sabemos dar respuesta a esta pregunta, no deberíamos involucrar a un animal y poner en juego su bienestar. Además, siempre deberíamos buscar un beneficio para el perro a través de una buena elección de actividades que sean percibidas como positivas por el animal, así como el fomento de interacciones agradables y amables para ambas partes”, enfatiza el director de Perruneando.

Ordoñez considera que es interesante conocer qué dice la ciencia al respecto de la introducción de animales, particularmente perros, en alguno de estos contextos y con la población con la que van a trabajar. “Es importante saber que un contacto socialmente adecuado puede desencadenar diferentes reacciones a nivel fisiológico que pueden ayudarnos a que la persona que se enfrenta a un proceso terapéutico y/o educativo pueda sentirse más relajada y, de esta forma, más predispuesta a participar en dicha terapia”, apunta.

De esta manera, diferentes estudios científicos avalan la introducción del perro para promover un mayor bienestar, un aumento de la autoestima o una rebaja del estrés percibido por la persona. “Esto es algo fundamental en el diseño de nuestros programas en Cruz Roja”, señala.

REDUCCIÓN DEL CORTISOL Y AUMENTO DE OXITOCINA

Del mismo modo, las interacciones planificadas con un objetivo terapéutico pueden ayudar a que exista una rebaja en los niveles de cortisol, hormona presente en los procesos de estrés; o un aumento de la oxitocina, denominada hormona “del amor”. “Esto quiere decir que la presencia del perro podría ayudarnos a que la persona, como dijimos anteriormente, se sienta más relajada y, por tanto, más predispuesta a poder recibir una mejor atención”, explica.

Además, Ordoñez comparte que lo mejor de esto es que el perro también recibe ese beneficio, pues también segrega oxitocina a través del contacto con personas. Así, afirma que, en adición a lo anterior, existen evidencias científicas que indican que el perro puede ayudar a forjar la conocida como alianza terapéutica, o dicho de otra manera, ayuda a que la persona receptora de una intervención confíe más en su terapeuta.

“Es evidente que en programas de esta naturaleza la conexión entre el equipo terapéutico y los participantes en la intervención es clave para poder desarrollar de manera efectiva nuestro trabajo y, por tanto, si el perro nos ayuda en esa tarea, se convierte en un valor fundamental de nuestra intervención”, afirma el director de Perruneando.

Ordoñez defiende que también es importante conocer que los perros ayudan a rescatar la atención del grupo y ayudan a la consecución de objetivos en contextos escolares. Del mismo modo, diferentes estudios han abordado la salud mental y las intervenciones asistidas con animales indicando cómo la presencia de un perro puede ayudar en la adherencia al tratamiento (mayor tasa de éxito en la asistencia a los programas), y se indican mejoras en la reducción de comportamientos disruptivos y en la cuestión de socialización. Asimismo, la introducción del perro puede servir como coadyuvante en otros procesos terapéuticos.

“Por tanto, la inclusión de un perro no debería estar motivada única y exclusivamente por una certeza casi mística de que el animal va a tener un efecto positivo, si no que un conocimiento de los mecanismos biológicos y psicológicos que subyacen a la intervención nos puede ayudar a dirigir de manera adecuada la intervención realizada. Así, los programas realizados hasta la fecha han supuesto mejoras en las áreas trabajadas, si bien sería deseable poder establecer una mayor continuidad de nuestro tratamiento. Además, de manera puntual, hemos detectado casos de absentismo que podrían ser achacables, precisamente, a la situación de riesgo de exclusión social que viven las personas participantes”, recalca Ordoñez.

Por último, destaca que tanto Gala, Newton y Lily han recibido tanto o más cariño del que han repartido. “Han podido disfrutar de sesiones adaptadas a su perfil “personal”, por lo que “estamos seguros de que nuestros perros, también han visto satisfechas sus necesidades, no solo en cuanto al bienestar, sino también como beneficiarios de estas interacciones positivas y amables con los participantes”.