Una cosa es ser tan fan de El señor de los anillos como para estar dispuesto a irse al campo a vivir la vida como un hobbit. Sinceramente, nosotros también nos lo planteamos de vez en cuando. Pero otra muy distinta es trabajar para el universo de los libros de Tolkien, de forma totalmente altruista, en la inabarcable tarea de arreglar las tres películas de El hobbit. Conseguir que los forofos de las películas originales de Peter Jackson profesen una mínima fracción de ese mismo amor por las secuelas, protagonizadas por Bilbo Bolsón y vilipendiadas desde el mismo día de su estreno, es el auténtico Monte del Destino del fanatismo tolkieniano. Pero todo Mordor tiene su Comunidad del Anillo: en este caso, una compuesta por un único integrante, un heroico internauta que se propuso montar las tres películas de El hobbit en una sola, más fiel a la novela de Tolkien.

J.R.R. Tolkien’s The Hobbit (así se llama la hazaña) es un montaje realizado por Dustin Lee, un videógrafo de Cleveland que se propuso limarle a la trilogía de Peter Jackson todo lo sobrante para convertirla en una historia más acorde a la visión de Tolkien (por cierto, ¿te has preguntado si el autor de los libros de El señor de los anillos era racista?). La mayoría de las críticas recibidas en su momento por las películas de El hobbit, estrenadas entre 2012 y 2014, tenían que ver con el hecho de que Peter Jackson hubiera tratado —sin mucho éxito— de esculpir tres larguísimos filmes a partir de lo que, en realidad, era una novela de fantasía infantil bastante corta. Por ello, durante dos años y medio, Lee recortó y trastocó las tres mastodónticas películas hasta convertirlas en una única epopeya de cuatro horas que sigue más fielmente la narración de Tolkien.

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El montaje fan elimina más de la mitad de la duración total de la trilogía, pasando de los 542 a los 247 minutos. En general, elimina subtramas, personajes, escenas de acción pasadas de rosca y otras aportaciones a lo estrictamente descrito por el libro original que Lee consideraba innecesarias. Desaparecen así numerosas secuencias de batalla —sobre todo las más efectistas— y personajes secundarios como Tauriel o Radagast el Pardo, para dejar que la película se centre más en Bilbo y los enanos. Pero no todo es cercenar: Lee también incluyó en su montaje unos créditos de título nuevos y algo de metraje de las versiones extendidas que se quedó fuera de los cortes estrenados en cines y que sí le parecían relevantes para la historia. Además, los subtítulos de algunos diálogos entre orcos están trastocados para justificar las alteraciones en la trama y aparecen varios temas musicales del legendario Howard Shore que Peter Jackson no llegó a emplear. El color también está editado para asemejarse más a la identidad visual de El señor de los anillos.

J.R.R. Tolkien’s The Hobbit puede descargarse desde la web de la productora de Dustin Lee, Maple Films, donde también puede encontrarse un fan edit de Rogue One, la película de Star Wars que rellena la laguna cronológica del universo de George Lucas entre las primeras cintas y las secuelas de los 2000. En la página, el autor insiste una y otra vez en algo fundamental: para que el asunto no califique como piratería, es necesario, antes de descargar el montaje alternativo, poseer copias legales de las tres películas originales de El hobbit. Si se tienen los DVD, puede dar comienzo sin mayor problema este nuevo y mejorado viaje a la Tierra Media.