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En diciembre de 1973 llegaba a los cines de Estados Unidos ‘The Sting’, que en nuestro país se tradujo como ‘El golpe’, en la que George Roy Hill dirigía de nuevo a Paul Newman y Robert Redford después de ‘Dos hombres y un destino’. En cuanto el director leyó el guion pensó en ellos para protagonizar la historia ya que seguía un patrón similar a la anterior: dos ladrones amigos, ingeniosos, con diálogos divertidos, acción, suspense… Aunque en esta ocasión, los papeles se invertían, Paul Newman sería el tipo centrado, el cerebro, y Redford interpretaría al alocado, mujeriego y despreocupado. Sin embargo, no fue fácil conseguirlo. A pesar del éxito que habían cosechado juntos cuatro años atrás, la Universal, major que se había hecho con los derechos, quería a Jack Nicholson en lugar de a Redford, pero Nicholson prefirió protagonizar ‘El último deber’, de Hal Ashb. Así las cosas, la productora finalmente cedió.
El guionista de un solo éxito
David S. Ward tenía 27 años cuando escribió la historia de dos timadores Hooker, interpretado por Robert Redford, y Gondorff (Paul Newman), que se alían para vengar la muerte de su amigo Luther (Robert Earl Jones), asesinado por orden del mafioso Doyle Lonnegan (Robert Shaw). Está ambientada en el apogeo de la Gran Depresión de Estados Unidos, en el Chicago de 1936, justo el mismo año en que nació Redford.
Ward recibió el Oscar a Mejor Guion Original. Aunque tuvo una entrada triunfal en Hollywood y también dirigió (‘Rafi, un rey de peso’), su brillo no duró mucho. En su filmografía destacan ‘Un lugar llamado Milagro’, dirigida por Redford en 1988, y ‘Algo para recordar’ (1994), de Nora Ephron, protagonizada por Meg Ryan y Tom Hanks. También escribió ‘El golpe 2’, estrenada diez años después de la primera y en la que no participó el equipo original.
La cojera que se coló en el rodaje…
Robert Shaw no fue la primera opción para interpretar al mafioso Lonnegan, sino Richard Boone (‘El último pistolero’), que rechazó el papel. Aunque Shaw se había lesionado la rodilla en un partido de balonmano y cojeaba, se presentó a la prueba y le dieron el papel. La cojera que tenía tuvo irremediablemente que incorporarse al personaje.
… y los prodigiosos dedos de un mago de las cartas
Menos real eran los sorprendentes movimientos que realizaba Newman jugando al póker. En los primeros planos, las manos que hacían ‘bailar’ los naipes no eran las suyas sino las de John Scarne, un conocido mago y especialista en juegos de cartas.
De lo bueno, lo mejor…
En ‘El golpe’, considerada una de las producciones de época más elegantes realizadas en Hollywood, se dieron cita profesionales de prestigio como Edith Head, diseñadora de vestuario que, con ocho Oscar, el último por esta película, es la mujer con más estatuillas. ‘La heredera’, ‘Eva al desnudo’, ‘Sansón y Dalila’, ‘Un lugar en el sol’, ‘Vacaciones en Roma’, ‘Sabrina’ y ‘Los hechos de la vida’ fueron sus anteriores trabajos premiados por la Academia.
Otro peso fuerte comandó la fotografía, Robert Surtees, cuyo talento, como en el caso de Head, ya había sido reconocido con tres Oscar por ‘Las minas del Rey Salomón’, ‘Cautivos del mal’ y ‘Ben Hur’. La dirección de arte y los decorados corrieron a cargo de James W. Pyne y Henry Bumstead, que había trabajado en ‘El hombre que sabía demasiado’, de 1956, y ‘Vértigo’ (1958) y ‘Matar a un ruiseñor’ (1962). Más tarde Bumstead se convirtió en el colaborador habitual de Clint Eastwood. Él se encargó del diseño de producción de éxitos como ‘Sin perdón’, ‘Mystic River’ y ‘Million Dollar Baby’. Gracias a ellos, la recreación de los años treinta del siglo pasado con el Chicago de los tugurios, las casa de apuestas… es sencillamente magistral.
La banda sonora, única, irrepetible y… perfecta
La música pertenece al compositor y pianista Scott Joplin, máximo representante del ragtime, género estadounidense que se popularizó a finales del siglo XIX, de raíces africanas, y una de las influencias del jazz. Murió en 1917 pero sus partituras se ajustaron como un guante a esa época de la Gran Depresión que no conoció. Marvin Hamlisch, uno de los pocos artistas que ha sido reconocido con los cuatro premios fundamentales de los espectáculos estadounidenses (Oscar, Grammy, Emmy, Tony) fue el encargado de adaptar sus composiciones, y quien se llevó el Oscar por ese trabajo.
‘El golpe’ que tumbó al ‘El exorcista’
En abril de 1974 dos películas arrancaban como favoritas en la entrega de los Oscar: ‘El golpe’ y ‘El exorcista’, de William Friedkin, ambas con diez candidaturas, Hasta entonces la taquilla había preferido a la segunda, que había recaudado 53 millones de dólares frente a los 30 de la primera. Al término de la gala, ‘El golpe’ se convertía en la gran triunfadora con siete estatuillas, entre ellas, Mejor Película y Mejor Dirección, a las que también optaba ‘El exorcista’, que solo le arrebató la de Sonido. FOTOGRAMAS, que había dedicado un reportaje a ‘El golpe’ en enero de 1974, coincidiendo con su estreno en España, volvió a centrarse en ella al escribir la crónica de aquella noche, y en Jack Lemmon, que se alzaba con el Oscar a Mejor Actor por ‘Salvad al tigre’.
De este modo Robert Redford se quedaba sin el galardón al que optaba por primera vez, y última, en esa categoría y al que aspiraban también Jack Nicholson por ‘El último deber’, Marlon Brando por ‘El último tango en París’ y Al Pacino por ‘Serpico’. La Academia del Cine de Estados Unidos sí lo premió en 1981 como director de Gente corriente, y en 2002 le entregó el Oscar Honorífico.
La tercera que nunca llegó
A pesar de ser amigos y de tener una química arrolladora, Redford y Newman no volvieron a trabajar juntos, y no porque no lo intentaran. “No hay buenos guiones, Robert, George y yo llevamos años intentando hacer de nuevo algo juntos, pero no encontramos nada”, comentaba Newman a finales de los ochenta. La historia llegó a principios del siglo XXI, cuando Redford adquirió los derechos del bestseller de Bill Bryson ‘Un paseo por el bosque’ y envió el libro a su amigo para que lo leyera, pero Newman (1925-2008), que ya había cumplido los 75, no creía que pudiera estar a la altura de las exigencias físicas de su personaje. Fue Nick Nolte quien asumió el papel años después, en 2015.
Ya no podremos verlos juntos en otra historia, pero siempre nos quedarán cualquiera de las dos con las que nos han hecho felices, ‘Dos hombres y un destino’ y ‘El golpe’. De la que cumple 50 años y, ¡qué bien llevados!, me quedo con las escenas inolvidables, que son todas. No hay un solo minuto de metraje que sobre, ni que haga falta, porque todo encaja, suspense, humor, acción…
Para el recuerdo, desde luego, el momento en que se conocen Gondorff y Hooker, Newman y Redford, el primero, borracho y de quien supuestamente el segundo va a aprender mucho porque es un maestro, según el amigo asesinado que tenían en común. A través de la conversación que mantienen, el espectador ya sabe que todo lo que le espera a partir de entonces va a ser cómico, ingenioso, sorprendente… ¿Y qué decir de la partida de póker que se desarrolla en un tren entre Gondorff y Lonnegan (Shaw)? ¿Y el proceso de selección que realiza Twist (Harold Gould) para formar el equipo que timará a Lonnegan, como si se tratara de un director de un casting (menudo guiño al cine)? ¿Y el momento en que Gondorff y Hooker, arrebatadoramente atractivos, se felicitan porque su plan ha sido un éxito? Compartiendo escena o por separado, ambos nos regalaron un magnífico trabajo hace cincuenta años.
