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El síndrome ‘Jekyll y Hyde’ ¿Quién sos en realidad?

Una faceta del síndrome es mostrar una vida en tu perfil que no sea la real.

24 DE AGOSTO DE 2020 · 18:00

doctor Jekyll y el señor Hyde,doctor Jekyll y el señor Hyde
doctor Jekyll y el señor Hyde

El cuento El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, escrito por Robert Louis Stevenson (1886), relata la historia de Utterson, un prestigioso abogado londinense, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el extraño Edward Hyde que odia al género humano.

Jekyll es un científico que crea una poción y su antídoto con la capacidad de separar la parte más humana del lado más malvado de una persona. Cuando Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Hyde, un criminal capaz de hacer cualquier cosa. Utterson comienza una investigación para averiguar la verdadera identidad del señor Hyde, luego de que le contaran de su extraño comportamiento.
Jekyll tomaba el antídoto para volver a la “normalidad”. Cuando se agotó una sustancia clave, el antídoto dejó de ser efectivo. Las transformaciones a Hyde se producían espontáneamente. ¿Y ahora qué haría? ¿Solo viviría como Hyde o podría volver a ser el doctor Jekyll? No te cuento más… andá a leer el cuento.

Esta historia es usada para describir algunos trastornos psicológicos. Yo no quiero vincularlo con eso; solo quiero usarlo para alertarte sobre algunos malos hábitos digitales a los cuales llamo “el síndrome Jekyll & Hyde”. 

  • Una faceta del síndrome es mostrar una vida en el perfil, que no sea la real en ese momento. 

La psicóloga Leticia Ciriza, en una investigación sobre Facebook, encontró que los adolescentes tienen una identidad virtual que a veces dista de la identidad verdadera. La identidad se construye a partir de nuestras relaciones con los demás. Desde que somos chicos nos vinculamos y, a partir de esas relaciones, nos identificarnos con los demás, incorporamos (introyectamos) y proyectamos actitudes, ideales tanto de nuestros padres como de otras personas que sean referentes para nosotros.

La identidad virtual también es una construcción. Cada usuario decide el estilo de su perfil, pero en esto deliberadamente elegirá qué mostrar, resaltando lo que más le importa revelar, y ocultando lo que no quiere exponer. Se hace una suerte de recorte.

La autora concluye que “existe una identidad virtual que se construye mediatizada por la utilización de internet; esto produce que se modifique la percepción del mundo, ya que el tiempo, el espacio, los vínculos, lo público, lo privado y lo íntimo, adquieren significaciones diferentes a las de otros tiempos”.

En esta suerte de recorte digital, los usuarios pueden caer en vivir un personaje en los perfiles sociales que es muy distinto de la vida real. 

  • El síndrome Jekyll & Hyde puede expresarse teniendo dos o más perfiles, o con un perfil que muestre una realidad “recortada”. Como le pasó al doctor Jekyll, puede convertirse en algo ingobernable. 

¿Cuál es el límite de seguir con esos perfiles? ¿Cuál es el límite de vivir una vida ficticia? Es difícil definir el límite. Lo que sí podemos, es “ver” las manifestaciones de un mal uso en las redes.

Algunos caen en estado profundo de tristeza, se quedan tirados en la cama o en sus habitaciones varias horas durante el día. Comen menos o no comen. Adoptan alguna adicción que les hace sentirse “bien” por momentos.

Otros, con indiferencia, niegan lo que les pasa en realidad, creyendo que si evitan hablar de eso, entonces no existe el problema. También están aquellos que siguen viviendo como si nada.

Dejemos de jugar a un personaje en las redes sociales. Mostremos lo que somos. Dejá los perfiles en los que no mostrás tu verdadera identidad. Empezá a ser transparente en las redes. Siempre que vivamos una falsedad, seremos perjudicados.

Dios quiere sanar nuestra identidad. No valemos por lo que parecemos, por lo que hacemos, ni por lo que tenemos. Ni por la cantidad de likes o seguidores que tenemos. Valemos por lo que somos. Vivir un personaje se torna muy difícil de sostener. Necesitamos a Jesús.

Siempre es posible cambiar. Hoy podés cambiar si decidís seguir a Jesús. Él es la máxima autoridad en la creación y el único que puede llevarte al estado original que Dios pensó para la humanidad.

Jesús dijo: “Yo soy”. Jesús es. Es el camino, la verdad y la vida, y nadie llega al Padre si no es por Él. Un paso fundamental para cambiar nuestra forma de manejar los perfiles es recuperar nuestro estado original, y para ello, necesitamos recurrir a Jesús reconociendo que Él es.

Jesús es el camino que nos muestra un mejor estilo de vida con amor, servicio y alegría. Es la verdad porque fue auténtico, no hubo engaño en Él. Es la vida porque nos regala una existencia en la tierra llena de paz y una eternidad hermosa en el cielo. 

En segundo lugar, tenemos que reconocer quién es El Creador. Lee, memoriza y repite esta Palabra para que sane tus heridas con cada verso:

Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!
Mis huesos no te fueron desconocidos
cuando en lo más recóndito era yo formado,
cuando en lo más profundo de la tierra
era yo entretejido.
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación:
todo estaba ya escrito en tu libro;
todos mis días se estaban diseñando,
aunque no existía uno solo de ellos.

(Salmo 139:13-16)

Hoy es el día que vuelvas tu corazón a Jesús para que se convierta en tu Señor y Salvador; y sane tu identidad.

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