Edward Heath, el político que metió al Reino Unido en la UE | Agenda | EL PAÍS
_
_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Edward Heath, el político que metió al Reino Unido en la UE

Edward Heath fue primer ministro durante menos de cuatro años, pero pasará a la historia por ser el gobernante que consiguió que el Reino Unido ingresara en la entonces Comunidad Económica Europea, o Mercado Común, la actual Unión Europea. Edward Richard George Heath, más conocido como Ted Heath, nació en Broadstairs (Kent) en 1916 y falleció ayer de muerte natural.

Hijo de un carpintero, fue el primer líder del Partido Conservador que no pertenecía a la clase alta y el primero elegido en votación democrática por el grupo parlamentario y no por una elite de mandarines tories. Aunque en la familia no sobraba el dinero, sus padres siempre encontraron recursos para incentivar las brillantes posibilidades del joven Ted, al que le pagaron la carrera en Oxford después de que le fuera negada una beca para poder estudiar gratis.

Cuando tenía nueve años le compraron un piano para que pudiera desarrollar su gran talento musical, que le acompañó toda su vida. Heath siempre tocó el piano e incluso llegó a ser director de orquesta. Aunque nunca se casó, siempre tuvo amigos. Sobre todo en el campo de la música y de la vela, su otra gran pasión, quizá los únicos con los que conseguía realmente relajarse y ser él mismo, sin los corsés de la política. Fue un gran regatista e incluso siendo primer ministro encontró tiempo para capitanear el equipo que ganó la Copa del América de vela.

En los años universitarios llegó a liderar el Oxford Union y empezó a acercarse al Partido Conservador. Los liberales le parecían irrelevantes y los laboristas demasiado estatalistas, aunque luego, en su carrera política, defendió la importancia de la intervención del Estado en la economía para defender el bien social y templar los excesos del capitalismo, algo que no le impidió ser un convencido de las virtudes del libre mercado y la libertad de empresa.

La II Guerra Mundial marcó su vida y su europeísmo político. Tenía un enorme desprecio por las dictaduras. Fue condecorado por sus acciones en la artillería y acabó la guerra con el grado de teniente coronel. "Europa se ha vuelto a marginar a sí misma una vez más. Mi generación tiene que trabajar para el futuro. Sólo trabajando juntos a lo largo y ancho de nuestro continente podemos tener alguna esperanza de poder llevar adelante los valores la civilización europea. Reconciliación y reconstrucción deben ser nuestras tareas prioritarias. Entonces no me di cuenta de que esa sería mi mayor preocupación durante los siguientes 50 años", escribió luego en su autobiografía, The Course of My Life.

Su europeísmo le hizo defender desde siempre el ingreso de Gran Bretaña en la que ahora es la Unión Europea. Lo consiguió en 1973, cuando, siendo primer ministro, logró ganar la ratificación parlamentaria con una ventaja de 112 votos, de los que 70 procedían de la oposición laborista.

Pero el centrismo político de Ted Heath, tan distinto del radicalismo derechista de su sucesora, Margaret Thatcher, casaba mal con los turbulentos tiempos en que le tocó gobernar, entre 1970 y 1974. Gran Bretaña estaba sumida en una profunda crisis y los mineros tenían una influencia enorme en la vida política. Heath tuvo que enfrentarse a una huelga en la que los mineros pedían un aumento del 49% en un momento en que el mundo afrontaba la crisis económica más profunda desde la II Guerra Mundial: la crisis del petróleo. Los precios del crudo se habían triplicado y el Reino Unido tuvo que afrontar unas tasas de paro disparadas, con el desempleo por encima del millón de parados.

Heath, que creía haber llegado a un pacto con el líder minero, convocó elecciones bajo el lema "¿Quién gobierna Gran Bretaña?". Ganó por votos pero obtuvo menos escaños que los laboristas y no consiguió pactar un Gobierno de coalición con los liberales. Harold Wilson, que llegó a Downing Street con una mayoría exigua, convocó pronto elecciones anticipadas y amplió ligeramente su ventaja. Margaret Thatcher retó a Heath y este perdió el liderazgo tory por 120 votos contra 118.

Desde entonces cultivó un rencor hacia la Dama de Hierro, con la que apenas tenía puntos comunes, que sólo se apagó en los últimos años de su vida. "Rejoice, rejoice, rejoice" (Alegría, alegría, alegría), cantó Heath cuando cayó Thatcher, parafraseando el comentario de la entonces primera ministra tras ganar cierta batalla en la guerra de las Malvinas.

Edward Heath, cuando acudió en 2003 a declarar ante la comisión que investigaba la violencia en el Ulster.
Edward Heath, cuando acudió en 2003 a declarar ante la comisión que investigaba la violencia en el Ulster.AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_