Sofía de Wessex y el príncipe Eduardo: un noviazgo de seis años por los divorcios de Carlos y Andrés

Su noviazgo fue muchísimo más largo que los de Carlos y Diana (seis meses) y Andrés y Sarah Ferguson (un año). La Casa Real no quería otro escándalo amoroso.

El príncipe Carlos y Diana de Gales se divorciaron en 1996, 15 años después de su boda celebrada apenas medio año después de comenzar su idilio. Ese mismo año, anunciaron su divorcio el príncipe Andrés y Sarah Ferguson una década después de su boda -se casaron un año después de conocerse-. En 1992 se había divorciado también la princesa Ana de Mark Phillips. La Casa Real no estaba dispuesta a un nuevo escándalo amoroso y por eso, el príncipe Eduardo y Sofía de Wessex prolongaron su noviazgo durante seis años antes de casarse.

Sofía de Wessex en el verano de 1994

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Era importante que los cimientos de la relación fueran firmes para evitar un nuevo fracaso matrimonial entre un miembro de la realeza y una británica plebeya. En este caso -y quizá también en el de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés que, aunque divorciados, siguen viviendo juntos-, funcionó. Este 19 de junio, Sofía de Wessex y el príncipe Eduardo celebran el 23 aniversario de su boda en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor. La pareja tenía entonces 34 y 35 años, respectivamente.

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En este tiempo, se ha convertido en la nuera favorita de Isabel II y no solo por las circunstancias sino por su discreción y porque ha trabajado para serlo -forma parte de 70 organizaciones-, además de compartir grandes aficiones con la monarca como la historia militar o la hípica, en alguna ocasión se ha visto a las mujeres montando a caballo en Windsor.

Sofía de Wessex y la reina Isabel II en las carreras de Ascot en 2016

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Sophie Helen Rhys-Jones nació en Oxford en 1965 como la menor y única hija del matrimonio formado entre el vendedor retirado Christopher Bournes Rhys-Johnes y la secretaria fallecida en 2005 Mary Rhys-Jones. Creció en Kent y estudió en la Escuela de Niñas de la localidad antes de iniciar su preparación como relaciones públicas y comenzar su vida laboral. Estuvo empleada en el departamento de prensa de Radio Capital, en la Organización Quentin Bell y MacLaurin Comunications and Media. Se fue a Suiza como representante de esquí y pasó un año trabajando y viajando por Australia antes de volver a casa en 1991. Dos años después, en 1993, colaboraba en un evento solidario cuando conoció a su organizador, el futuro conde de Wessex. Poco después comenzaron a salir. Ella siguió trabajando. Él pidió a los medios que no se inmiscuyeran en su noviazgo. En 1996, Sofía fundó su propia agencia de relaciones públicas y pensaba seguir con ella después de su boda en 1999. Sin embargo, tuvo que abandonar la idea tras protagonizar una de las escasas polémicas en las que se ha visto envuelta, cuando un periodista se hizo pasar por un adinerado cliente y la grabó hablando no demasiado bien de la familia real británica, incluida la reina, Carlos, Camilla e incluso el entonces Primer Ministro británico Tony Blair. Cerró el capítulo, también su empresa, y se centró en una nueva tarea: construir una familia.

Dejó de fumar, de montar a caballo y siguió una dieta lo más sana posible para que todo fuera rodado. Sufrió una docena de abortos, pensó que no podría tener hijos cuando se quedó embarazada de Lady Louise Windsor. Su llegada al mundo en noviembre de 2003 fue precipitada y complicadísima. Tanto, que se temió por la vida de la madre y la hija, circunstancia por la que la reina se saltó una de sus tradiciones y fue al hospital a visitarlas mientras el príncipe Eduardo se apresuraba para regresar de un viaje oficial a Mauricio. Tras aquel parto traumático, volvió a intentar quedarse embarazada y en diciembre de 2007 nació su hijo James, vizconde Severn.

Los duques de Wessex y sus hijos han acompañado a Isabel II a la iglesia.

En 2014, cuando regresó al centro donde había dado a luz, el Hospital Frimley Park, se vio inusualmente emocionada a esta mujer sonriente, muy discreta, sin demasiados sobresaltos dedicada a su trabajo en la familia real sobre todo desde el Jubileo de la reina de 2012, mucho más visible desde la marcha a Estados Unidos de Meghan y Harry dejando ‘solos’ al príncipe Guillermo y a Kate Middleton. Con la llegada de la duquesa de Cambridge a la familia real se rumoreó que se había sentido desplazada. Ahora, sin embargo, Sofía de Wessex, de quien Diana de Gales dijo que era una copia suya, se ha convertido en una buena asesora y gran apoyo de la futura reina de Inglaterra. 

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