“David (dirigiéndose al príncipe de Gales), podéis mover la mesa del comedor hacía atrás para que haya sitio para los 10 comensales. Finn debería hacernos sillas sin brazos. Incluyo mis sugerencias para el “seating” en la mesa. Yo pondría dos tipos de coctel y un vino blanco, además del rosé de siempre; y que por supuesto lo ofrezca el servicio. No he visto ninguna verdura en el menú. No te quiero molestar con estos detalles pero sabes que quiero que vean que siempre aciertas en todo”.
Así escribía Wallis Simpson a su novio, Eduardo VIII, rey de Inglaterra y emperador de la India, en agosto de 1936, desde su paradero en el sur de Francia. Él confiaba ciegamente en la capacidad de Wallis para acertar y en su buen gusto.
Wallis y Eduardo en su casa del Bois de Boulogne, en París (1964)
Tan solo siete meses antes, en Eduardo VIII había subido al trono, tenía 42 años. Profundamente enamorado de Wallis, había roto el protocolo real al ver su proclamación desde una ventana del palacio de St. James en su compañía estando ella todavía casada.
El 16 de noviembre de ese mismo año, Eduardo anunciaba al Primer Ministro su deseo de contraer matrimonio con Wallis una vez que ésta se hubies divorciado. El 11 de diciembre de ese mismo año, abdicaba.
Eduardo pasaba a protagonizar así uno de los reinados más breves de la historia contemporánea, tan sólo 325 días en el trono sin tiempo siquiera para celebrar su coronación.
El 3 de junio de 1937 la feliz pareja se convertía en marido y mujer en una ceremonia privada.
El feliz matrimonio morganático duraría cuarenta y cuatro años hasta el fallecimiento del duque el 27 de mayo de 1972 a los 77 años, víctima del cáncer.
El 3 de junio de 1972 en el funeral de su esposo, el duque de Windsor, Wallis de 76 años, tan elegante como siempre,
El 24 de marzo de 1986, catorce años después del fallecimiento de su esposo, Eduardo VII, la duquesa de Windsor moría en su casa en el Bois de Boulogne de París. Su funeral se celebraba en la Capilla de San Jorge en el castillo de Windsor.
Isabel II, el príncipe Felipe, el príncipe y la princesa de Gales asistían a la ceremonia fúnebre y al entierro. La alegre divorciada que había cambiado el rumbo de la historia de Inglaterra, era sepultada junto a su amado Eduardo en el panteón familiar, en Frogmore, cementerio real cercano al castillo de Windsor. El féretro, cuyo único adorno era una sencilla corona de flores enviada por la reina, tenía una simple inscripción: 'Wallis, duquesa de Windsor'. Ni siquiera después de muerta se le concedió a la duquesa de Windsor el título de her royal highness (alteza real), pedido una y otra vez para ella por su esposo, el duque de Windsor.
El príncipe Carlos, la princesa Diana, la reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo durante el funeral de la duquesa de Windsor
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Eduardo VIII, Duque de Windsor (1894 - 1972) y Wallis Simpson (1896 - 1986) posan el día de su boda Chateau de Conde, Franca. (Photo by Central Press/Hulton Archive/Getty Images)
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