Mirar la belleza del mundo, preservarla y sobre todo enriquecerla es la pasión que ha impregnado desde sus inicios la filosofía de Cartier. En su última colección de Alta Joyería, Beautés du Monde, la firma fundada en 1847 ofrece un giro en el diseño, la tensión de líneas, la geometría y la abstracción que no deja indiferente.
Mente creativa
Jacqueline Karachi es la mente creativa que hay tras esta explosión de color y luz
Es pura genialidad. Un ejercicio de máximo atrevimiento encaminado a realzar las piedras más maravillosas del mundo (posiblemente Cartier es y ha sido siempre la más avanzada del sector). Jacqueline Karachi es, desde hace ya más de 30 años, la mente creativa que empuja esta explosión de color y luz y esta búsqueda de las propiedades más sorprendentes de las gemas preciosas. Karchi saca, como nadie, el máximo partido al lapislázuli, al cristal de roca y matriz de ópalo, a los diamantes más poderosos y las turmalinas, y a los rubíes y las esmeraldas de belleza sobrenatural.
La firma reformó completamente el Embassy, una obra de arquitectura radical de corte brutalista
“Se trata de capturar colores en luz blanca, capturar el movimiento de cada gema, lograr a través de los engastes o los cortes de las piedras el movimiento sinuoso de un animal e incluso imitar grandes edificios en términos de construcción y arquitectura”, explica. A Karachi y a su equipo de creativos les inspira eso. La belleza. La naturalidad. Y no se conforman con tratar y ensalzar las mejores gemas del mundo sino que se esfuerzan a diario por renovar y conseguir nuevas declinaciones de la belleza. “Siempre hay algo nuevo por hacer, un nuevo corte, un nuevo engaste, una nueva joya… Ese es el espíritu de Cartier, emprender el cambio pero sin peder la fidelidad a nuestros principios. La elegancia y el respeto por la tradición están ahí, en cada diseño, en cada joya. Eso es lo que ha hecho que la Maison siempre haya destacado como una firma moderna y que sus diseños sigan siendo actuales y audaces a pesar del paso de los años y de las décadas…”, resume.
Anillo Yasifan de Cartier, turmalina, rubíes, diamantes y oro blanco
“Un joyero de reyes, el rey de los joyeros”, así bautizó Eduardo VII de Gran Bretaña a Cartier que, desde su creación en 1847, enamoró a las coronas europeas. También Victoria Eugenia, la abuela de Juan Carlos I, fue seducida por esta firma a la que Alfonso XIII concedió a la orden real como proveedor oficial en 1904 dando inicio de la historia de amor y lealtad entre Cartier y España.
La historia se afianza ahora. La presencia de la alta joyería en la boutique de Madrid y la reciente presentación de su más reciente colección en el Embassy, una obra de arquitectura radical de corte brutalista, lo confirman.
Jaime Hayón ha creado los escaparates de Cartier para la presentación de su alta joyería
Durante su historia, Cartier ha brillado en toda España. En 1977 se abrió un punto de venta Les Must de Cartier en la calle Serrano, y fue en esta misma calle donde se abrió otra boutique en 1990; antes de trasladarse a un espacio más amplio en el corazón de este barrio comercial de lujo en 2003.
El collar Iwana de Cartier, una explosión de luz y de color
En 2012 se presentó la exposición El Arte de Cartier en el Museo Thyssen-Bornemisza con más de 400 piezas de la Colección Cartier. En 2021, la Maison inauguró su Pabellón del Diseño en el centro Casa de Vacas del parque de El Retiro de Madrid: un pop-up dedicado al diseño que estuvo abierto al público durante tres semanas. Al mismo tiempo, se abrió una boutique Cartier en la Galería Canalejas, el nuevo espacio dedicado al lujo y la gastronomía en Madrid.