El tiempo no pasa en balde y, si no, que se lo digan a I�aki Urdangarin. Muy atr�s quedan las �pocas en las que veraneaba en Baleares junto a los Borbones. Por aquel entonces era el marido de la hija peque�a de los Reyes de Espa�a, estaba integrado de lleno en la Familia Real espa�ola y disfrutaba de los lujos que conllevaba tanto esa situaci�n como haber sido uno de los mejores balonmanistas del pa�s. Las islas se convert�an cada a�o en marco de id�licas postales. Pero todo eso se acab� y nada de lo anterior se cumple, a excepci�n del lugar.
Si durante a�os la localidad de Bidart, en el Pa�s Vasco franc�s, se convirti� en su refugio estival, ahora tambi�n ha elegido Formentera, una isla que le trae viejos recuerdos. Junto con dos de sus hijos, Pablo y Miguel, est� pasando unos d�as de desconexi�n, en los que est� poniendo sus ideas en claro.vEn las pr�ximas semanas se deber�an de poner en marcha los tr�mites de su divorcio con la Infanta Cristina.
En las im�genes se aprecia a un I�aki Urdangarin absolutamente tranquilo, haciendo turismo por algunos de los rincones m�s emblem�ticos de Formentera. Caminando entre la gente se aprecia al ex deportista vestido con ropa veraniega: camiseta sport azul, pantal�n corto oscuro, sandalias para no pasar calor en los pies y gafas de sol. Justo detr�s suyo caminaban Pablo y Miguel, vestidos ambos de blanco, en actitud relajada y sonrientes, quiz� haciendo algunas bromas.
Est�n siendo semanas de relax y pleno sosiego para I�aki antes de enfrentar los tr�mites burocr�ticos que resuelvan de una vez por todas su separaci�n definitiva y con efectos oficiales de Cristina de Borb�n. Pero eso ser� una vez finalice el verano, por lo que al menos le quedan dos meses de calma plena. Una tranquilidad que se antojaba necesaria despu�s de un a�o de lo m�s agotador para �l.
Un a�o convulso
El 2022 empezaba con la aparici�n de unas im�genes suyas caminando de la mano por las playas de Bidart junto a una misteriosa mujer rubia cuando todav�a estaba casado con la Infanta. Pronto se identific� a la acompa�ante. Su nombre, Ainhoa Armentia y era compa�era suya en el bufete de abogados del centro de Vitoria. La expectaci�n generada fue m�xima y los medios de comunicaci�n pasaban d�a y a noche a las puertas de la oficina buscando una imagen de ambos juntos.
Entretanto, I�aki Urdangarin logr� el pasado mes de marzo la ansiada libertad condicional, despu�s de que la juez de Vigilancia Penitenciaria del Pa�s Vasco, Ruth Alonso, aprobase el "adelantamiento cualificado" de su excarcelaci�n que hab�a propuesto para �l la c�rcel de Zaballa (�lava).
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