Megafábricas rusas: la verdadera historia del fusil de asalto Kaláshnikov - Russia Beyond ES

Megafábricas rusas: la verdadera historia del fusil de asalto Kaláshnikov

Izhmash es el mayor productor de armas militares automáticas y fusiles para francotiradores, proyectiles de artillería guiados y un amplio abanico de productos para uso civil: escopetas, fusiles deportivos y máquinas herramienta.

Izhmash es el mayor productor de armas militares automáticas y fusiles para francotiradores, proyectiles de artillería guiados y un amplio abanico de productos para uso civil: escopetas, fusiles deportivos y máquinas herramienta.

La empresa se fundó el 1807 en Izhevsk, una ciudad de tradición armera situada a unos 965 km al noreste de Moscú.

Esta fábrica de construcción de maquinaria fue la primera en producir en serie el fusil AK-47, que dio lugar a toda una nueva generación de armas de pequeño calibre. La serie de fusiles de asalto Kaláshnikov es uno de los inventos más destacados del siglo XX.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el joven conductor de tanques Mijaíl Kaláshnikov partió hacia el frente, donde resultó gravemente herido. Postrado en cama, empezó a proyectar la metralleta que tanto necesitaban los soldados rusos.

Sin haber recibido ningún tipo de capacitación en ingeniería, Kaláshnikov se puso a trabajar en su diseño, haciendo pruebas y analizando armamento junto con expertos. Finalmente consiguió un empleo en una oficina de diseño de armas, y empezó a aprender de los profesionales.

Desde el principio Kaláshnikov tuvo muy claros los principios que debía cumplir su diseño: el fusil debía ser simple y seguro. Sin embargo, el éxito se le resistía. No fue hasta 1947 cuando, después de multitud de prototipos fallidos, el diseño de Kaláshnikov fue aceptado para participar en una competición que organizó la agencia de contratos públicos de defensa.

A pesar de la competencia de los principales fabricantes de armas pequeñas de la Unión Soviética, el prototipo de Kaláshnikov se clasificó para la segunda ronda y, finalmente, llegó a la prueba definitiva.

En 1949 Kaláshnikov pudo ver cómo su arma se convertía en el fusil estándar del Ejército, y recibió el prestigioso Premio Stalin. Pasó los siguientes 60 años de su vida perfeccionando su laureado diseño.

La producción de Izhmash se exporta a 27 países, entre ellos EE UU, Gran Bretaña, Alemania, Noruega, Italia, Canadá, Kazajistán y Tailandia. En agosto de 2013 las plantas mecánicas de Izhmash en Izhevsk se fusionaron y se rebautizaron como Corporación Kaláshnikov.

Hasta el final de sus días, en 2013, Kaláshnikov confió en que los AK actualizados reinarían como mínimo 25 años más, hasta la llegada de nuevos cartuchos más potentes. En general, los fabricantes de armas continuarán diseñando armamento más preciso y que pueda penetrar los chalecos antibalas y los obstáculos ligeros actuales.

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