Constantinopla

Constantinopla fue el nombre que recibió la capital del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino, ubicada en la región en donde actualmente se encuentra Estambul. La conquista de esta ciudad por parte del Imperio Otomano tuvo un papel fundamental no solo en el declive del Imperio romano, sino para marcar el comienzo de una nueva era para la historia de la humanidad: la Edad Moderna. Por ello y tanto más su trascendencia en el tiempo.

Fundación de Constantinopla

El nombre de Constantinopla se debe a su fundador, el emperador romano Constantino I. La fundación ocurre en el año 324 y a partir de allí comenzará la historia de la nueva capital romana, pues en efecto fue pensada como sucesora de una Roma que ya venía en declive.

Fue un territorio que alcanzó grandeza y decadencia en igual medida, esto último por rebeliones y guerras por intentar dominarla. 

¿Cómo era Constantinopla?

Un siglo más tarde de su fundación, Constantinopla tendría un aproximado de 500.000 habitantes, cifra que la colocaría como la ciudad más grande de todo el mundo.

Desde el comienzo se buscó hacer de la ciudad una nueva Roma. De hecho, algunos autores la denominaban Nea Roma Constantinopolis, es decir, la Nueva Roma de Constantino. Es por ello que su construcción se asemejó en gran medida a la Roma antigua, teniendo 14 regiones, un foro, un capitolio y un senado. Por otra parte, su territorio se proclamó como suelo itálico, lo que lo hacía libre de impuestos.

Al ser la nueva capital romana, debía tener una belleza extraordinaria. Por ello las mejores obras de otros territorios del imperio fueron tomadas y trasladadas hasta ella. Alejandría, Éfeso y sobre todo Atenas fueron las ciudades de donde más se tomaron elementos como esculturas y columnas, obeliscos, mosaicos, entre otros.

Se edificó un gran hipódromo con capacidad para 50.000 espectadores que también sirvió como espacio para celebraciones e incluso como tribunal. Hoy en día, en la actual Estambul, aún se han preservado los 2 obeliscos originarios de ese tiempo. 

La cultura en Constantinopla

Desde sus inicios, Constantino demostró un gran interés por promover la cultura en la ciudad. Tanto así que en el año 340 funda la primera universidad de la historia, la cual llamó precisamente Universidad de Constantinopla. En esta enseñaban 31 profesores y algunas de sus vertientes del conocimiento eran humanistas, como derecho y filosofía; y otras científicas, como matemáticas y medicina.

La sociedad de Constantinopla

En lo social, Constantinopla, de la mano de su fundador, demostró contraponerse a los extremos conservadores de la idiosincrasia romana. Se abolió la crucifixión y las batallas de gladiadores, el divorcio fue regulado y la mujer tuvo mayor protección legal.

El tema religioso fue central en esta parte de la historia romana, tan llena de imposiciones en sus creencias y pensamientos. Constantino, que aseguraba no ser religioso, no destruyó los templos originarios ni persiguió al pueblo pagano; por el contrario, construyó más templos para estos.

Caída de Constantinopla

Si bien Constantinopla tuvo tiempos de auge y crecimiento, la sombra de amenazas externas e internas siempre estuvo rondando. Esta iba de la mano con el declive del propio Imperio Romano.

La caída de la ciudad se debió al ataque del emergente Imperio Otomano. Ocurrió en el año 1453, específicamente el día 29 de mayo, pues había sido la fecha declarada por los astrólogos como funesta para los infieles.

El sultán Mehmed II lideraba al ejército otomano y el emperador Constantino XI al romano. El primero buscaba tomar el territorio de la ciudad con empeño, pero había declarado perdonar la vida de los cristianos siempre y cuando se la entregaran.

Por supuesto, la negativa bizantina los llevaría a la guerra inminente. Mehmed II lanzó un ataque a las murallas con un batallón compuesto de mercenarios y prisioneros aglutinados en el Valle del Lico.

Al comienzo de la batalla, la resistencia bizantina logró contener esta ofensiva, por lo que los otomanos optaron por usar el gran cañón, un arma sin igual construída por el ingeniero Orbón bajo la promesa de que podría tumbar incluso los muros de Babilonia. Este cumplió su palabra, pues a través de este arsenal lograron abrir una brecha en la muralla.

Los intentos bizantinos por reparar la brecha dieron paso a descuidar otros frentes que facilitaron la avanzada enemiga. Además, cometieron el error crucial de dejar una puerta abierta por la que penetró el ejército de jenízaros, soldados expertos de infantería del Imperio Otomano.

La derrota romana fue inevitable. El emperador Constantino XI murió en la batalla, mientras que su enemigo, el sultán Mehmed II, entró en la ciudad dando paso al saqueo general que duraría 3 días. Pese a ser sus enemigos, ofreció a los bizantinos quedarse en la ciudad, pero esta pasó a llamarse Islambul y se convirtió en la nueva capital del Imperio Otomano.

La caída de Constantinopla fue un suceso tan decisivo para la historia de la humanidad, que marcó a su vez el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna. El Imperio Romano, uno de los más grandes y longevos, llegaba también a su fin.

Fuentes:

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