Nacimiento y Primeros años[]
El Gran Duque Constantino Pávlovich Románov nació el 27 de abril de 1779 en Tsárskoye Selo, siendo hijo del, por entonces, zarévich Pablo y de Sofía Dorotea de Wurtemberg. De todos los hijos que había tenido el zar Pablo, Constantino era el que más se parecía a él, tanto física como intelectualmente. Su nombre le fue puesto en honor del emperador romano Constantino el Grande, fundador de la ciudad de Constantinopla sobre las ruinas de la antigua Bizancio. Todo esto formaba parte de la idea de la zarina Catalina II la Grande de crear un imperio ortodoxo griego, heredero del Imperio Bizantino y aliado a Rusia, con el nombre de Romanía.
La educación del Gran Duque, al igual que la de su hermano el futuro zar Alejandro I de Rusia, estuvo en manos de su abuela, la zarina, quien controló todos y cada uno de los pormenores de su educación física y mental. En la teoría, su tutela quedó al cargo de uno de los protegidos de la emperatriz, Nikolái Saltýkov, sin embargo, este delegó en muchas ocasiones en terceros, por lo que la escasa atención que recibió el joven no ayudó a disminuir su carácter apasionado y testarudo. La única persona que realmente llegó a ejercer una gran influencia sobre él fue el francés Frédéric-César de La Harpe, quien sería su tutor desde 1783 hasta 1795, y quien sería el que lo introdujo en los preceptos de la Ilustración.
Al igual que con su hermano, la zarina dispuso que el Gran Duque se casara a la edad de 17 años, cuando todavía era un joven inmaduro, en 1796. La elección recayó en la princesa Juliana de Sajonia-Coburgo, hija del duque Federico Francisco de Sajonia-Coburgo-Saalfeld y de su mujer, Augusta Reuss zu Ebersdorf und Lobenstein, a su vez tía de la futura reina Victoria I del Reino Unido. Según relata una amiga de la propia princesa, Caroline Bauer, el Gran Duque era violento y brusco con ella. Esta situación llevaría a que Juliana se separara de Constantino en el año 1799 y se instalara en Suiza. Juliana fue presionada para regresar al lado del Gran Duque, sin embargo, ella persistió en sus ansias de huir de su lado, consiguiendo finalmente marcharse de Rusia en 1801. Los posteriores intentos de Constantino de que regresara a su lado fueron infructuosos.
Caída del imperio y exilio 1815-1825[]
Constantino siempre defendió una alianza con Francia, lo cual no convinció a su hermano, Alejandro, quien marcharía a conspirar contra Napoleón, encontrando la muerte en 1812.
Con la muerte de su hermano, se elige a su otro hermano menor, Nicolás, como Nicolás I de Rusia, suponiendo la expulsión de Constantino de la línea sucesoria. Constantino se resignó, pero intentó convencer a su hermano de ceder ante Napoleón, ante lo cual este se negó, destituyendo a su hermano de todo cargo político y militar para con el imperio.
Su posición se fue haciendo más déil con el avance de Napoleón. Finalmente, ante de la caída de Moscú, abandona Rusia y se instala en la “neutral” Dinamarca, donde ve caer a su hermano. Fue entonces cuando convence al rey danés Federcio VI de otorgar al ex-zar el título de “Príncipe de Holstein-Gottorp”, título que había cesado de existir en 1773. Con ello, la antigua familia imperial se traslada al castillo de Gottorp, en Dinamarca.