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Constantino de Grecia, el rey que pag� con la corona sus graves errores

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EL MUNDO (V�deo) // AP (Foto)

Pasar� a la Historia como el �ltimo rey de los helenos. Constantino II de Grecia (1940) fue monarca entre 1964 y 1973. Desde entonces, el jefe de una rama de la Casa de Gl�cksburg ha sido uno de esos reyes sin trono, uno de esos monarcas destronados que sobre todo en la Europa posterior a las dos grandes guerras que reconfiguraron por completo el mapa geopol�tico del Viejo Continente hicieron del sue�o de recuperar alg�n d�a su corona pr�cticamente su �nico objetivo vital. Emparentado con las principales dinast�as europeas -adem�s de hermano de la Reina Sof�a, le un�an lazos de sangre con los Windsor y una relaci�n m�s que estrecha con la familia real danesa por su matrimonio con la princesa Ana Mar�a-, ha mantenido hasta su muerte un trato privilegiado en todas las Cortes, donde segu�a siendo ese rey que de facto dej� de ser hace tanto tiempo.

Para saber m�s

Hijo de quienes ser�an el rey Pablo I de Grecia (1901-1964) y de Federica de Hannover, Constantino naci� en Psykhik�, cerca de Atenas. Reinaba entonces en el pa�s su t�o Jorge II. Aunque su hermana Sof�a era la mayor -despu�s llegar�a Irene-, no cab�a dudar de que �l estaba por delante en la sucesi�n al trono. Cuando apenas contaba con un a�o de edad, las fuerzas del Eje invadieron Grecia y la familia tuvo que permanecer en el exilio en Egipto y Sud�frica. Todos los integrantes de la dinast�a pasaron momentos de aut�ntica penuria, como bien relatar�a con el tiempo la propia Do�a Sof�a.

En 1946, acabada ya la II Guerra Mundial, la familia real pudo regresar a su pa�s. Y con la muerte de Jorge II en 1947, el padre de Constantino se convirti� en rey, lo que llev� a que nuestro protagonista fuera proclamado autom�ticamente Di�docos, heredero de la Corona.

Mientras reinaba Pablo I, Constantino pudo dedicarse a su instrucci�n militar y a disfrutar de sus grandes pasiones, como el deporte, algo que le marcar�a para el resto de su vida. En 1960 gan� la medalla de oro con los otros dos miembros del equipo griego de vela, durante los Juegos Ol�mpicos de Roma 1960, siendo la primera vez que un equipo griego consegu�a ese galard�n en la etapa moderna de los Juegos. El entonces joven pr�ncipe tambi�n destac� en otras modalidades como el k�rate o la nataci�n. Y durante toda su larga etapa como exiliado mantendr�a su posici�n como miembro destacado del COI, organismo desde el que intent� ejercer al m�ximo su influencia diplom�tica.

En 1964 falleci� el rey Pablo, v�ctima de un c�ncer de est�mago. Constantino no se hab�a casado a�n. Su boda con la princesa Ana Mar�a de Grecia, quien contaba con 18 a�os, volvi� a unir a dos de las familias reales m�s importantes de Europa. Del matrimonio nacer�an cinco hijos.

El matrimonio, en 1963.
El matrimonio, en 1963.Erik PetersenAP

Constantino encontr� una gran polarizaci�n pol�tica al llegar al trono. Sus errores y no pocas traiciones le costaron el cetro. Ten�a apenas 23 a�os cuando asumi� las riendas del pa�s, en marzo de 1964. El nuevo monarca era tan inexperto como falto de car�cter. El pa�s viv�a bajo un clima de enorme tensi�n pol�tica, polarizaci�n y gran inestabilidad por la alta fragmentaci�n parlamentaria. S�lo unos d�as antes de la proclamaci�n de Constantino hab�a tomado posesi�n como primer ministro Georgios Papandreu, al frente de un Gobierno d�bil, en minor�a. Para colmo, el choque con Constantino fue inmediato.

El sentimiento antimon�rquico era ya fuerte entre amplias capas sociales. Y no fueron pocos los partidos que aprovecharon la debilidad de Constantino para tratar de despojar de poderes a la Corona. Reg�a entonces la Constituci�n de 1952 que, aunque consagraba el principio democr�tico y un sistema de monarqu�a parlamentaria, recordaba en muchos aspectos a las constituciones europeas del liberalismo decimon�nico en las que la Corona y el Ej�rcito segu�an siendo los dos verdaderos focos de poder y las libertades individuales estaban seriamente restringidas. Todos los partidos parec�an interesados en aquellos convulsos a�os en morder a la monarqu�a, incluidos los conservadores mon�rquicos, aunque distaban mucho los intereses de cada cual. No olvidemos que la reforma constitucional que hab�a planteado el mon�rquico Karamanlis en 1963, que despojaba de muchos poderes a la Corona, no representaba un avance democr�tico sino una involuci�n autoritaria.

El rey pagar�a muy caro el error que cometi� apenas un a�o despu�s de ser coronado, cuando protagoniz� una maniobra palaciega que desemboc� en la dimisi�n de Papandreu, tras una crisis que revel� c�mo empezaban a torcerse las cosas en el Ej�rcito. Constantino, que no quer�a limitarse a un rol ceremonial, abus� de sus prerrogativas constitucionales y durante dos a�os se desgast� por completo con un intervencionismo pol�tico que no evit� sin embargo el desgobierno. En nada le ayudaron tampoco los partidos en el Parlamento, muchos de ellos felices de que el monarca se cociera en su salsa.

El caso es que la dimisi�n de Papandreu, en julio de 1965, muy contestada en las calles por fuertes manifestaciones contra el rey, fue seguida por casi dos a�os de aut�ntico bloqueo -Constantino se negaba a convocar elecciones- en los que el monarca nombr� hasta cinco primeros ministros que no lograron respaldo. La pol�tica colaps� y el soberano fue percibido como el gran culpable.

En paralelo, y en un contexto de Guerra Fr�a, se desarrollaron toda clase de conspiraciones extraparlamentarias. Como es sabido, la que triunf�, el 21 de abril de 1967, fue el golpe de los coroneles. El apoyo inicial de Constantino -un episodio sobre el que sigue habiendo tantas lagunas y literatura como sobre nuestro 23-F- le costar�a la corona. Sobre todo porque Estados Unidos le dej� vendido en su contragolpe pocos meses despu�s.

Tambi�n le traicionar�a en 1974, una vez ca�da la dictadura de los coroneles, Karamanlis, quien tan cercano al rey se hab�a mostrado durante los a�os de Gobierno en el exilio. El dirigente conservador le asest� la pu�alada definitiva cuando convoc� el refer�ndum para que los griegos eligieran monarqu�a o rep�blica, tras una campa�a sin participaci�n de los mon�rquicos. Aun as�, el resultado fue tan demoledor que Constantino, desde Londres, acept� resignado que sus d�as como rey hab�an acabado para siempre.

Constantino y su prole vivir�an un largu�simo exilio en Londres, tras un corto periodo en Roma, bajo la estrecha protecci�n de la reina Isabel II. La primera vez que pis� suelo griego tras su partida fue en 1981, de manera fugaz, durante apenas unas horas -por el deshonroso trato que las autoridades del momento dieron a la familia real- para poder estar presente en el entierro de su madre, la reina Federica, en el cementerio familiar del palacio de Tatoi.

Despu�s de casi media vida exiliado en Londres, Constantino y su mujer, la reina Ana Mar�a, pudieron al fin fijar su residencia en su patria de nuevo, en el a�o 2013. Hasta fechas bien recientes, alojados en una bonita mansi�n en Porto Jeli, al sur del Peloponeso, muy cerca de la isla de Spetses y "suficientemente distanciada de la vida pol�tica de la capital", como declar� en cierta ocasi�n el rey sin trono para despejar cualquier sospecha de que su intenci�n fuera maniobrar para desestabilizar el sistema democr�tico, como le achacaban sus ardientes opositores.

Pero a Constantino la Rep�blica le ha mantenido hasta el fin de sus d�as privado de su nacionalidad originaria y del pasaporte desde que el Pasok aprob� en 1994 una ley a todas luces contraria al respeto de los derechos humanos. Los socialistas coaccionaron al monarca para que renunciara a sus aspiraciones reales y aceptara el apellido Gl�cksburg -de la dinast�a danesa de la que desciende la familia real helena-. El hermano de Do�a Sof�a se neg�, entre otras razones porque su patron�mico verdadero es Grecia.

Con �l se va el �ltimo rey de los helenos, un pueblo que a estas alturas ha empezado a hacer una relectura mucho m�s condescendiente de la etapa mon�rquica que �l mismo protagoniz�, pero que nunca ha perdonado errores pol�ticos que le costaron tan caro.

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