Conan O’Brien cierra una era en la televisión de Estados Unidos tras 28 años al frente de su ‘late show’ | Televisión | EL PAÍS
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Conan O’Brien cierra una era en la televisión de Estados Unidos tras 28 años al frente de su ‘late show’

Tras su fichaje por HBO, el legendario presentador, que heredó el puesto de David Letterman, dice adiós al formato nocturno en la cadena TBS

Conan O Brien TBS
Conan O'Brien, en su último programa.
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El flequillo más famoso de la televisión en Estados Unidos ha dicho adiós. Por ahora. Conan O’Brien, el legendario conductor de programas de late night (programa de medianoche), se ha despedido del formato tras 28 años de emisiones diarias en varias cadenas. El comediante, que se inició en la sala de guionistas de Saturday Night Live y Los Simpson, cierra con su despedida una era dorada de los presentadores nocturnos que tomaron el relevo de Johnny Carson, David Letterman y Jay Leno. Su estilo bobo para hacer reír y sus dotes de entrevistador han creado una escuela en la programación de ambas costas del país y que tiene entre sus herederos a Jimmy Fallon y James Corden. O’Brien, de 58 años, no deja la televisión. Se ha anunciado que prepara un formato, sin fecha de estreno confirmada, para la plataforma HBO Max.

Después de una semana de despedidas que incluyó entrevistas con Dana Carvey, Mila Kunis, Paul Rudd y Seth Rogen, entre otros, la emisión final en la cadena TBS ha terminado con más caras largas que sonrisas. No fueron precisamente provocadas por la despedida, sino porque el gran adiós se frustró. Jack Black, el invitado al gran final, entró cojeando al escenario del teatro Largo de Los Ángeles. El pie derecho con un botín ortopédico y, en la mano, un bastón para caminar. El rostro de O’Brien dejaba ver la frustración. “No pudo haber sido más adecuado para nuestro programa”, ironizó el presentador. “Cuando los shows terminan, el de Carson, el de Letterman, todas las leyendas que dejan la escena, se intenta que todo sea meticuloso. Y cuando nosotros pensamos en hacer algo donde Jack fingía lastimarse, Jack se lastimó de verdad”, contó O’Brien. El comediante de Escuela del Rock se torció el tobillo ensayando el gran sketch final el miércoles. Para compensar, Black cantó una versión de My Way. A su lado estaba Andy Richter, quien ha sido el compañero de O’Brien durante toda su trayectoria.

Homer Simpson salió a escena para cambiar los papeles y hacerle a O’Brien su entrevista final. El patriarca de la familia amarilla confundió al presentador con el comediante de un programa de bromas de cámara oculta. “Homer, soy el anfitrión de un talk show”, le explicó el pelirrojo. “Oh, una especie en extinción”, respondió. “Ya solo quedan 800 como tú”, añadió. Esa aparición fue un guiño a uno de los primeros encargos del cómico de origen irlandés nacido en Boston. “A lo largo de los años he tenido muchos trabajos”, aseguró Homer. “Una vez fui conductor de monorrail, ¿puedes creerlo? ¡Qué idea tan estúpida fue aquella!”, se rio Simpson en referencia a uno de los cuatro episodios que O’Brien escribió para la cuarta temporada de la serie creada por Matt Groening.

El momento más emotivo llegó en los minutos finales, que O’Brien dedicó a agradecer a quienes lo apoyaron en lo que alguna vez fue considerado un salto al vacío. Estuvo a cargo de Late Night durante 16 años, de 1993 a 2009. Era el programa nocturno de la NBC que había estado a cargo de David Letterman. Con apenas 30 años esperó pacientemente su oportunidad de ser el heredero del horario estelar, en manos de Jay Leno. Cuando el momento llegó, en junio de 2009, fue muy breve. La guerra de las audiencias forzó a la NBC a hacer ajustes e intentó enviar al presentador a un horario más allá de la medianoche. Este se opuso con dureza y terminó dejando la cadena después de solo 135 episodios en horario de máxima audiencia. O’Brien fue considerado por muchos como la gran víctima de aquella batalla. Después de eso, comenzó una gira por Estados Unidos y nació el Team Coco, el equipo de Conan O’Brien, que terminó dejando la Costa Este para mudarse a California y aterrizar en el canal de cable TBS, propiedad de Warner, que fue su hogar durante 11 años. Hasta la noche del jueves.

“Toda mi vida adulta la he dedicado a perseguir el equilibrio entre lo inteligente y lo estúpido. Hay muchos que creen que no pueden coexistir, pero creo que cuando se logra es hermoso, es una de las cosas más bellas”, dijo en sus minutos finales O’Brien para dar una descripción de lo que fue su sello cómico durante casi tres décadas. Cuando otros como Jon Stewart, Stephen Colbert o John Oliver perfeccionaron la sátira política, O’Brien apostó por los sketches y la comedia física. En muchas ocasiones salía a la calle para protagonizar él mismo escenas sin temor al ridículo.

Su programa también fue plataforma para una generación de comediantes como Nick Kroll, Taylor Tomlinson, Amy Sedaris y Sam Morrill. Fue un escaparate que mostró el cambio de la comedia a través del tiempo. En Late Night, por ejemplo, utilizaba a uno de los corresponsales más salvajes del que la pequeña pantalla tenga memoria. Triumph, el perro que insulta, una marioneta en manos del comediante Robert Smigel, salía a la calle a increpar a quien pudiera en las más variadas ocasiones. Es un tipo de comedia que sería impensable en los tiempos que corren.

“Hagan lo que aman y con gente a la que quieren. Y si lo logran es la definición del cielo en la Tierra”, fueron las últimas palabras de un emocionado O’Brian, quien trató de evitar que las lágrimas robaran el espectáculo de una vida dedicada a hacer reír.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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