Es muy extraño que las fuentes fidedignas de los agoreros del desastre, se hayan equivocado y que la marcha en defensa del INE no fue reprimida por la dictadura que quiere convertir al instituto en una sucursal del rancho del autócrata de Macuspana. Increíblemente no hubo re-re-represión díazordacista-echeverrista a quienes salieron a defender los raquíticos sueldos de mi Tatankita Córdova y Murayamasamí y el derecho de los consejeros para defender la democracia pero no para ejercerla. Bueno, ni un triste batalloncito Olimpia y ni siquiera les cayeron encima judiciales ni madrinas para darles una madrina cuando con el típico ánimo sereno y gentil de la ultraderecha, le mentaban la madre al presidente.
¡Qué raro! Eso no se lo hubieran tolerado ni Salinas.
Quizá otro de los momentos más conmovedores fue cuando el fifilántropo de Kimberly Clark, Claudio XXX, le aplicó el ghosting a un señor visiblemente acongojado que le pidió ayuda por el asesinato de su hijo y no le hizo caso hasta que notó que lo entrevistaba el periodista Álvaro Delgado. Lo escuchó unos minutos y luego le dio uno billete de a 200 pesos que, dignamente, el señor le devolvió. Seguramente el plutócrata que se autodenomina de centro izquierda quiso demostrar que, a diferencia del marro de Zedillo, él sí traía cash; no crean que así menosprecia a sus empleados, proletarios, campesinos, obreros y Godínez.
Fue muy hermoso cómo el INE alrededor de Woldenberg y Fox, que no son lo mismo pero piensan igual, reconcilió a viejos contlapaches y llevó al reencuentro entre Makititito, Zambranititito y Clauditititito con Alitititito Moreno, el rey del botox. Seguro ya están pensando en candidatos como el fiscal graquista de Morelos y Platanito con sus chistes sobre Debanhi.
Mala onda de AMLO que convocara a sus adversarios a que no cejen en su empeño, que sigan marchando hasta llenar el Zócalo y demostrar con sus manifestaciones que el autoritarismo cunde. O sea, ni que fueran morenacos.
Lo mejor fue cuando el expresichente Jelipillo —quien nunca se ha robado una elección ni lo volvería hacer— retuiteó al ex director del CISEN y socio de GEA-RISA, Guillermo Valdés, quien a través de cálculos chocarrero-algebraicos aseguraba que en la marcha habían chingo mil millones de personas. Cómo no creerles, si fueron los que le pusieron una barda a una refinería que nunca más existió. Claro, si el cálculo hubiera sido de García Luna Productions, habría sido más creíble.
Jairo Calixto Albarrán
