Claudia de Francia, duquesa de Lorena, nació el 12 de noviembre de 1547 en el Palacio de Fontainebleau, Francia. Fue la segunda hija del rey Enrique II y de su esposa, Catalina de Médici.
Durante su infancia, Claudia fue criada junto a su hermana, Isabel, y su futura cuñada, María Estuardo, quien había sido comprometida con Francisco II. Se dice que Claudia fue concebida en el Castillo de Anet, por lo que se le apodó ‘Mademoiselle d’Anet’ en la corte, un apodo que disgustó a su madre.
En 1559, Claudia contrajo matrimonio con Carlos III de Lorena, convirtiéndose en duquesa de Lorena y de Bar. Durante los festejos por la celebración del matrimonio de su hermana, Isabel de Valois, con el rey Felipe II de España, su padre, Enrique, resultó gravemente herido en un torneo, lo que eventualmente llevó a su muerte.
Tras la muerte de su padre en 1559, su hermano Francisco II ascendió al trono. Claudia y Carlos III tuvieron varios hijos, entre ellos Enrique II, duque de Lorena, y Cristina, gran duquesa de Toscana.
Claudia de Francia falleció el 21 de febrero de 1575 en Nancy, Ducado de Lorena. Su muerte marcó el fin de su influencia en la corte francesa, pero su legado perduró a través de sus descendientes.
A pesar de las dificultades y desafíos que enfrentó, Claudia de Francia dejó una huella indeleble en la historia de la nobleza francesa y europea. Su vida y su influencia en la corte francesa son un testimonio de la complejidad y las intrigas de la política de la época.