Jugaremos en el bosque demuestra que el cine mexicano de terror es más que bueno – Spoiler Time Jugaremos en el bosque demuestra que el cine mexicano de terror es más que bueno - Spoiler Time

Jugaremos en el bosque demuestra que el cine mexicano de terror es más que bueno

Imagen principal de la nota
Angustiante, sangrienta, oscura, pero también muy entretenida.

El cine de terror mexicano ha tenido un leve resurgimiento en los últimos años. Algunas de la siguiente lista son obras maestras, pero fueron destellos de una genialidad de estilo, más no una constante:

  • Sobrenatural (1996) de Daniel Gruener es uno de los mejores filmes de terror de finales de los noventas. Thriller mezclado con un drama matrimonial que juega con lo sobrenatural muy al estilo de El bebé de Rosemary de Roman Polanski. Aquí nos dimos cuenta lo que significa tener dólares para una ganga.
  • KM31 (2006) de Rigoberto Castañeda fue parte de un revival de los dos mil en el cine de género mexicano.
  • Halley (2012) de Sebastián Hoffman incursiona en el cine de zombis con Alberto, un hombre que se pudre en vida, hasta que un día despierta en la morgue de alguna alcaldía de la Ciudad de México, pero sigue vivo.
  • Tenemos la carne (2016) de Emiliano Rocha Minter fue una llamarada genial de un cine conceptual de terror urbano post apocalíptico, pero hoy en día no sabemos nada de su director después de esta ópera prima. Es una genialidad rara y muy sencilla en su premisa, al mismo tiempo que efectiva.

Los años han pasado y tenemos otro resurgimiento del cine de horror, con más genialidad y autores de cine que saben colocar atmósferas. Por eso, Jugaremos en el bosque.

¿De qué va Jugaremos en el bosque? La vida de Javier y Mariana se está desmoronando por lo que deciden mudarse a la vieja hacienda familiar para empezar de nuevo. Este cambio promete, después de la muerte de su hijo, ser el detonador del renacimiento después de las ruinas que quedaron de su familia. La hacienda de la abuela, un lugar que alberga secretos familiares, alcanzará a sus nuevos integrantes para cobrar facturas pendientes.

Alejandra Cárdenas y Guillermo Granillo reformulan con éxito el subgénero de las casas embrujadas. Desde 1968 con Hasta el viento tiene miedo de Carlos Enrique Taboada que el cine mexicano no tenía una historia de casas malditas y aunque Jugaremos en el bosque se acerca más a Vacaciones del terror () de Santiago Galindo en su premisa por jugar nuevamente con objetos como conductos para el terror y también por lo explicito de sus imágenes, esta nueva cinta de terror tiene elementos de genialidad que logran poner los pelos de punta.

La premisa es tan vieja como la receta del vino. Recordemos ese clásico sobrenatural mexicano, El escapulario (1968) de Servando Gonzalez, donde un hombre en el contexto de la revolución mexicana que debe entregar un extraño escapulario a su dueña. Destinado a descubrir su origen secreto y el horror que lo precedió.

Jugaremos en el bosque dialoga mucho con los fantasmas, sí. Sin embargo creo que sostiene un intenso discurso sobre los pasados no revelados y, por lo tanto, no resueltos. Funciona como una herida abierta que no ha podido sanar pero que se debe de atender y nadie lo puede hacer más que nosotros mismos, cueste lo que cueste. Los personajes del cine de terror mexicano están ligados a la desgracia, a lo sobrenatural, pero también a los avisos perdidos. Jugaremos en el bosque desarrolla el terror de un hombre que desconoce su propio pasado y el de su familia. Esto lo hace ignorante de lo que le puede suceder y por supuesto, presa fácil del destino y la fatalidad de las constelaciones familiares que no se resuelven. La desgracia de la que la hacienda fue testigo, pero que todos ignoran, alberga secretos que pueden volver loco a cualquiera.

De esta forma, y bajo la premisa que planteo párrafos anteriores, el terror de esta película juega con lo sobrenatural pero vive con el presente de la pérdida de la consciencia y la propia realidad. Un matrimonio que se aísla y se aleja del mundo para sanar sus heridas es muy von Trier en Anticristo (), con sus debidas distancias entre el cine de autor y por supuesto lo comercial de esta película mexicana. En Jugaremos en el bosque se toma un camino muy distinto, y aunque falla garrafalmente en sus viajes al pasado sin poder hilar sus líneas del tiempo, el presente es más aterrador y el terror es más efectivo con destellos interesantes que no habíamos visto ya en el cine nacional.

Aunque Jugaremos en el bosque no es redonda en su objetivo de espantar, arma situaciones que ponen en límite al espectador, y aunque sí al final es un gran lugar común de este tipo de historias, la mancuerna Cárdenas y Granillo promete ser un tándem lo bastante inteligente para formar un dúo excéntrico del cine de terror mexicano más comercial, lo cual me lleva y recuerda al grotesco subgénero llamado El nuevo Extremismo francés, esbozando algunas notas gore y sangrientas explícitas que dan tintes más de un terror corporal sin serlo del todo. No obstante, la película mezcla diversos estilos, genera una personalidad propia que también para muchos le jugará en contra mientras que a mí se me hace un riesgo aventurado de sus escritores y directores para llevar a nuevos lugares a esta nueva ola de cine de terror mexicano.

Jugaremos en el bosque será angustiante, sangrienta, oscura, pero también muy entretenida. Su premisa sobre las casas embrujadas es tomada al extremo dentro del propio cine nacional y rompe con esos paradigmas de que el cine mexicano de terror no es bueno.

Ya en cines.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=7D3fMZUqmOE

Más en Spoiler Time

Últimos estrenos
JustWatch
Película - 1:56 horas
La Idea de Ti
Amazon Prime Video
Serie - 6 episodios
Todo un hombre
Netflix
Serie - 6 episodios
Star Wars: Historias del Imperio
Disney Plus
Película - 1:37 horas
Sin glasear
Netflix
Película - 1:43 horas
Fiesta en la Madriguera
Netflix
Película - 1:26 horas
Prom Dates
Star Plus