Biografia de Catalina de Médicis

Catalina de Médicis

(Catalina de Medici o de Médicis; Florencia, 1519 - Blois, Francia, 1589) Reina de Francia. Hija de Lorenzo II de M�dicis y de Madeleine de La Tour d'Auvergne, en 1533 cas� con Enrique, hijo de Francisco I de Francia. Fue madre de diez hijos, a quienes se dedic� por completo aun despu�s de que su marido accediera al trono con el nombre de Enrique II, en 1547. Durante el reinado de Enrique II de Francia, el poder pol�tico de la reina fue ejercido por Diana de Poitiers, la amante del monarca.


Catalina de Médicis

Tras la muerte de su marido en 1559, tampoco tuvo gran influencia en los asuntos de gobierno durante el reinado de su primog�nito, Francisco II, dominado por sus hermanos Francisco, duque de Guisa, y Carlos, cardenal de Lorena, quienes empu�aban en realidad las riendas del poder en Francia. Ambos, jefes del bando cat�lico, extremaron la tensi�n b�lica con la facci�n protestante, a la que pertenec�an Antonio de Borb�n, rey de Navarra, Luis de Cond� y los tres Coligny.

Al fallecimiento de su primog�nito Francisco II, accedi� al trono, con el nombre de Carlos IX, el segundo hijo de Catalina, que fue designada regente. Fue entonces cuando Catalina de Médicis revel� toda su capacidad para el ejercicio del poder, hasta el punto de convertirse en el centro de la pol�tica europea de la �poca. Acusada ya en su tiempo de maquiavelismo, la recreaci�n rom�ntica de su figura ha tejido en torno a ella una cierta leyenda negra común a muchos de los médicis: la falta de escr�pulos, el car�cter intrigante y una serie interminable de seducciones y asesinatos jalonaron su regencia.

Sin embargo, y pese a haberse probado numerosos hechos que abonar�an esta imagen, los historiadores han tendido a recuperar su figura, que han enmarcado en las circunstancias de su tiempo para destacar el papel crucial que desempe�� en el mantenimiento del equilibrio y la unidad en el pa�s, completamente dividido por las diferencias religiosas, y la tolerancia que mostr� en este campo, inhabitual en un tiempo dominado en gran medida por el fanatismo religioso.

Con todo, no pudo evitar que la intransigencia cat�lica de Francisco, duque de Guisa, provocara la matanza de Wassy, el 1 de marzo de 1562, y desencadenara con ella las guerras de religi�n en Francia. Por coherencia pol�tica se vio obligada a tomar partido por el bando cat�lico y orden� la persecuci�n de los hugonotes. Al a�o siguiente, no obstante, proclam� el edicto de Amboise, que revelaba cierta tolerancia con la facci�n protestante, a la cual necesitaba adem�s como aliada frente a Espa�a.

Este esfuerzo de conciliaci�n se repiti� en 1570, cuando otorg� la amnist�a a los protestantes en el edicto de Saint-Germain. En este contexto, Carlos IX de Francia fue proclamado mayor de edad y Gaspar de Coligny, un destacado miembro de la facci�n protestante que hab�a entrado en el Consejo Real, comenz� a ejercer una fuerte influencia sobre el monarca, y lo indujo a declarar la guerra a Felipe II de Espa�a y a favorecer secretamente las actividades militares de los hugonotes. Catalina de Médicis, por su parte, consideraba que una guerra con Espa�a supondr�a el desastre para Francia si se llevaba a cabo en aquel momento.

Preocupada por este motivo, y tambi�n por la creciente influencia de Coligny sobre su hijo, Catalina de Médicis trat� de asesinar a su oponente. Fracasada en su intento y temerosa de la previsible reacci�n, decidi� adelantarse: con objeto de promover una matanza de protestantes, inform� al rey de que �stos tramaban asesinarle tras la boda de su hermana, Margarita de Valois, con Enrique de Navarra. Presionado por su madre y el bando cat�lico y, muy particularmente, por su hermano Enrique, duque de Anjou, y tambi�n por el duque Enrique I de Guisa, Carlos IX orden� el masivo asesinato que ha pasado a la historia como la matanza de la noche de San Bartolom� (24 de agosto de 1572).

En ella murieron asesinados en Par�s m�s de 3.000 hugonotes, incluido Gaspar de Coligny, y otros muchos perecieron en toda Francia en el trancurso de los d�as siguientes. Tras la muerte del rey en 1574, y gracias a sus intrigas pol�ticas, Catalina consigui� que su hijo Enrique fuera elegido monarca de Polonia y, el mismo a�o 1574, coronado rey de Francia con el nombre de Enrique III. Catalina de M�dicis destac� adem�s, durante toda su regencia, por el firme mecenazgo que ejerci� a favor de eruditos y artistas y por el gusto renacentista que encarnaba y que introdujo en la corte de Francia.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].