Enrique VIII: rey del sexoescándalo histórico – Algarabía
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Enrique VIII: rey del sexoescándalo histórico

Enrique VIII

Enrique VIII no tiene llenadera, y no de comida, sino de esposas y amantes. (Inglaterra, 1547). El pasado 28 de enero murió el amado rey inglés Enrique VIII, quien no sólo sentó las bases del Estado moderno, desafió al Papa y mantuvo a raya al poder del Imperio español; también tenía —a pesar de su regordeta figura— un lado flaco: le encantaban las mujeres. Poco le importó cambiar de religión, enfrentar la excomunión o mandar ejecutar a algunas de sus amantes cuando se aburría de ellas. Aquí la lista, sin contar concubinas, y el triste destino que sufrieron casi todas ellas:

Lista de las amantes de Enrique VIII

Catalina de Aragón (1485-1536)


Esta española se casó en 1509, con el entonces joven Enrique. Luego de 20 años de feliz matrimonio, éste perdió la cabeza por una joven protestante y solicitó al Papa la anulación para poder casarse por segunda vez; al no obtenerlo, hizo que el obispo inglés declarara nulo su matrimonio, y se casó con Ana Bolena, con quien ya había intercambiado votos y algunas otras cosillas.

Ana Bolena (¿1507?-1536)


Su hermana María ya había sido concubina del rey; Ana, que estudió la situación, resultó más astuta y, antes de darle la «prueba de amor», exigió un anillo de compromiso, obligándolo a divorciarse de Catalina. Pero como la Bolena no pudo darle a Enrique un hijo varón, éste se aburrió de ella y la acusó falsamente de incesto, adulterio y alta traición. Entonces la que había hecho perder la cabeza al rey perdió la suya en 1536.

Jane Seymour (1508-1537)

Apenas once días después de la ejecución de Bolena, Jane contrajo nupcias con Enrique —así que es muy probable que ella y el rey se entendieran desde antes—. Al año siguiente, Jane le dio al rey el tan esperado hijo varón legítimo, el querido príncipe Eduardo, pero la reina murió, doce días después de dar a luz, a raíz de una fiebre.

Ana de Cleves (1515-1557)

El pobre Enrique, desolado por la muerte de Jane, se comprometió con esta rica princesa alemana —cuyo aspecto disgustó a tal grado al monarca que la llamó «yegua de Flandes»—. El asco pudo más que la conveniencia, y Enrique anuló su matrimonio a sólo seis meses de la boda, argumentando que «el matrimonio no se había consumado». Y es que cuando no hay química, no hay.

Catherine Howard (1524-1542)


Enrique, que ya contaba 50 primaveras, se echó una cana al aire al casarse con esta jovencita de sólo 16 años. Pero la juventud cobró su precio y, al año siguiente, Catherine posó sus ojos —y algo más— en Thomas Culpepper, uno de los pajes del rey, con quien tenía apasionados encuentros a sus espaldas. Cuando éste supo de sus reales cuernos, Catherine fue llevada a la torre y decapitada en 1542.

Catherine Parr (1512-1548)

Esta viuda fue la sexta y última esposa del pujante rey. Al contrario de lo que pasa en los cuentos, esta viuda resultó ser una excelente madrastra, que cuidó de Enrique en su vejez y enfermedad, y de sus hijos. Al morir Enrique, Catherine se dio el lujo de volverse a casar y ostentar, así, el récord de la reina inglesa con más matrimonios: cuatro.

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