Biografia de Catalina II la Grande

Catalina II la Grande

(Catalina II de Rusia, llamada la Grande; Stettin, hoy Szazecin, actual Polonia, 1729 - San Petersburgo, 1796) Emperatriz de Rusia (1762-1796). Princesa alemana de la dinast�a Anhalt-Zerbst, fue enviada por su familia a Rusia para contraer matrimonio con el gran duque Pedro, nieto del zar Pedro I de Rusia, también llamado Pedro el Grande. Una vez establecida en San Petersburgo cambi� su nombre original, Sof�a Augusta, por el de Catalina Alexeievna, y entr� en la Iglesia Ortodoxa rusa, gesto que se revel� decisivo para su futuro pol�tico. Catalina se cas� en 1745 con el gran duque, quien accedi� al trono ruso en enero de 1762 con el nombre de Pedro III.


Catalina la Grande, zarina de Rusia

La desde�osa actitud del zar Pedro III ante las tradiciones rusas y, sobre todo, su pol�tica iconoclasta y de secularizaci�n de bienes le granjearon la enemistad de numerosos sectores, encabezados por la Iglesia y la guardia imperial. Dadas estas circunstancias y el escaso entendimiento de la pareja real, Catalina protagoniz� a finales de junio siguiente un golpe de Estado �para la defensa de la ortodoxia y la gloria de Rusia�. Los hermanos Orlov sublevaron los regimientos de la guardia imperial y el zar fue detenido, obligado a abdicar y, poco despu�s, asesinado. El hecho de que este crimen se mantuviera en secreto fue aprovechado por Pugachev, entre 1773 y 1774, para soliviantar a las masas populares en nombre de Pedro III.

Mientras tanto, Catalina II de Rusia tom� la direcci�n del imperio, dispuesta a transformar profundamente sus estructuras administrativas y productivas de acuerdo con las tendencias que hab�an de definir el despotismo ilustrado. Impregnada del esp�ritu iluminista de la �poca, Catalina II mantuvo relaciones poco disimuladas con numerosos amantes, pero supo ganarse el respeto de la mayor�a de los gobernantes europeos y de los intelectuales ilustrados de la �poca, como Voltaire y el enciclopedista Diderot, que fue uno de sus m�s pr�ximos consejeros.

Gracias a su influencia, en 1764 la zarina impuso como rey de Polonia a Estanislao Poniatowski, antiguo amante suyo, y algo m�s tarde logr� que las leyes polacas estuviesen bajo su observancia. Due�a de un poder de dudosa legitimidad, Catalina la Grande hubo de apoyarse en la aristocracia terrateniente rusa para desarrollar su programa de reformas liberalizadoras y racionalistas. Para ganarse este respaldo no s�lo mantuvo los antiguos privilegios de la nobleza, sino que la dispens� del servicio militar y reforz� su poder sobre los siervos, al conceder a los nobles el derecho a deportarlos a Siberia (1765) e instituir la servidumbre en Ucrania (1783).

Estas concesiones le permitieron, por otro lado, instaurar una serie de medidas liberalizadoras, como la de secularizar los bienes de la Iglesia (1764). Tras vencer en la guerra contra Turqu�a en el a�o 1774, emprendi� una reforma politicoadministrativa del territorio que consolid� el centralismo autocr�tico y suprimi� la autonom�a ucraniana. En pol�tica exterior mantuvo una pol�tica expansionista, apoder�ndose de Lituania, la Rusia Blanca -tras los repartos de Polonia de 1772, 1793 y 1795-, Crimea y, previa victoria de nuevo sobre Turqu�a, el territorio situado entre el Dni�ster y el Bug.

Durante su reinado la econom�a rusa creci� considerablemente merced a la gratuidad de gran parte de la mano de obra, a las medidas liberalizadoras del comercio y de la industria y a una pol�tica inmigratoria que favoreci� la colonizaci�n agr�cola, especialmente entre Crimea y Kuban, y la fundaci�n de ciudades como Sebastopol y Jerson.

La emperatriz desarroll� al propio tiempo su programa iluminista en el campo de la ense�anza (fund� numerosas escuelas) y trat� de europeizar el pa�s, para lo que favoreci� la penetraci�n de las ideas ilustradas, invit� a la corte a numerosos intelectuales europeos e impuls� el uso de la lengua francesa en los c�rculos nobiliarios y cortesanos; hacia el final de su reinado, sin embargo, el estallido de la Revolución Francesa intensificó sus actitudes autocráticas. En materia religiosa adopt� una pol�tica de tolerancia que termin� con la persecuci�n de los disidentes de la Iglesia Ortodoxa.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].