La muerte de la Reina Isabel II el pasado 8 de septiembre, conmocionó a Reino Unido y al mundo en general, un tema de conversación que sigue vigente por el peso histórico que tiene el deceso.
Tras el fallecimiento de la monarca, su primogénito, el ahora Rey Carlos III de 73 años ha ascendido al trono y asumido sus responsabilidades, entre comentarios positivos y negativos que se remontan principalmente a su historia con la icónica y desaparecida Lady Di.
Entre sus cuatro nombres, quien fuera conocido como el Príncipe de Gales (Charles Philip Arthur George), para asumir su nuevo título, escogió llamarse: Rey Carlos III (King Charles III), aún tomando en cuenta el peso que ello conlleva, y pudiendo llevar el nombre de su padre, Philip I o el de su abuelo, George VII.
Antes del Rey Carlos III, existieron dos reyes llamados de dicha manera, quienes tuvieron un final trágico en la historia. De acuerdo a Patrick Cracroft-Brennan a The Times: “Los monarcas llamados Carlos no han tenido mucha suerte”.
¿Cuál es la maldición de los reyes llamados “Carlos”?
Rey Carlos I
El Rey Carlos I de Inglaterra y Escocia nació el 19 de noviembre de 1600, llevando el título de Duque de Cornualles y Rothesay, el primogénito del Rey Jacobo I y Ana de Dinamarca, un polémico matrimonio del que nacieron nueve hijos.
Con la muerte de su padre, el Rey Carlos I ascendió al trono el 27 de marzo de 1625 y su reinado fue considerado como tumultoso por la batalla de poderes que sostuvo con el Parlamento desde el primer momento en el poder.
Considerado como pedante, desconfiado y mentiroso, el Rey Carlos I era muy propio al hablar, y tenía gran gusto por la música y la pintura, sin embargo, sus intentos ocultos por regresar al catolicismo retumbó en el pueblo.
Durante su reinado se suscitó la Guerra Civil Inglesa en la que el Rey Carlos I se enfrentó al Parlamento y a los puritanos; en 1649, la Cámara de los Comunes convocó un acto parlamentario que creaba una corte para el juicio del monarca, en éste fue sentenciado por los cargos de alta traición y de “otros altos crímenes”.
Carlos I fue decapitado el 30 de enero de 1649, se dice que su cabeza fue exhibida. Además, una conocida anécdota de su decapitación cuenta que cuando fue llevado a ejecutar se le concedió un último deseo, a lo que él pidió llevar dos camisas.
Iba a ser decapitado una mañana de enero fría, lo que justificó su petición: “Es que allí fuera estarán todos mis enemigos y no quiero que me vean temblando ni siquiera de frío”.
Rey Carlos II
El Rey Carlos II nació el 29 de mayo de 1630, hijo del Rey Carlos I y Enriqueta María de Francia, ascendió al trono en 1660, dos años después de la muerte del líder político Oliver Cromwell, quien gobernó cuando la monarquía fue abolida en Inglaterra y se convirtió en una república después de la muerte de su padre.
Carlos II fue más inteligente y hábil que su padre pues mantuvo una buena relación con el Parlamento, durante su reinado favoreció las artes y ciencias, hasta el punto de mandar abrir nuevamente los teatros.
Fue conocido como el “Alegre Monarca”, pues tuvo numerosas relaciones de las que nacieron diversos hijos ilegítimos, de los que solo reconoció 14. Con su única esposa legitima, Catalina de Braganza, nunca procreó, pues los tres embarazos que tuvo, todos terminaron en aborto.
Su problema se suscitó cuando abrazó al catolicismo en su lecho de muerte, convirtiéndose en el primer católico que reinó Inglaterra desde a muerte de María I en 1558, y en Escocia desde la deposición de su bisabuela María, Reina de los Escoceses, en 1567.
Ahora, el Rey Carlos III está en el ojo público, pues lo persigue un reinado de 70 años de su madre, la Reina Isabel II, así como un polémico historial amoroso que remite a su primer matrimonio con la princesa Diana y su relación con Camilla Parker que se formalizó en el altar en 2005.