Sebastián Viera recibió el apoyo de sus compañeros, Comesaña y la afición
En la tribuna de sur corearon su nombre tras cometer el error que significó un gol en el juego que Junior y Unión empataron 1-1 en el Metropolitano.
Sí, no faltaron los murmullos críticos y algunos insultos para Sebastián Viera. En su camino hacia el camerino, al término del primer tiempo y al final del partido, algunos hinchas de la tribuna de occidental le recriminaron la pifia que le costó un gol a Junior en el partido que empató 1-1 ante Unión Magdalena, este jueves en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en la jornada 17 de la Liga II.
Sin embargo, fueron más las voces de apoyo y aliento para el capitán y cancerbero rojiblanco, a quien se le escapó una pelota que no revestía peligro y fue aprovechada por Jermein Peña para poner a ganar al ‘Ciclón’ 1-0. Luego Wálmer Pacheco concretó el 1-1 definitivo.
Desde la gradería de sur, que solo tenía abonados en la parte alta, por el cierre de la zona baja (debido a desórdenes en la final de la Copa Colombia), corearon el nombre del cuidapalos charrúa después de la equivocación: “¡Olé, olé, olé, oléee… Vieraaa, Vieraaa!”.
Y cuando el árbitro Andrés Rojas pitó el final de la etapa inicial y Viera se dirigía al vestidor, en la grada occidental, una buena cantidad de gente lo aplaudió.
Antes de salir de la cancha, Carlos Bacca y Carmelo Valencia se le acercaron y lo abrazaron, en una clara muestra de solidaridad.
El técnico Julio Avelino Comesaña también le mostró su apoyo a Viera en la rueda de prensa. El adiestrador del ‘Tiburón’ considera que el portero se recuperará anímicamente de forma rápida por la gran experiencia que tiene.
“El error de Viera no me genera intranquilidad hacia el futuro porque es un hombre grande y sabe que cuando el arquero se equivoca casi siempre es gol. Él es quien tiene que reponerse. Estará triste, dolido, con rabia, todo lo que quiera, pero mañana sabe que tiene que ponerse las manos de vuelta y tiene que atajar otra vez”, dijo Comesaña.
Al concluir el partido, se notó la amargura de Viera por su yerro. Antes de entrar por el inflable que conduce hacia los pasillos y los camerinos, Viera escuchó algunos gritos de respaldo de los fanáticos junioristas.
Así es la vida del arquero. Sus errores se notan bastante y puede pasar de lo sublime a lo ridículo con facilidad. Venía de cuatro jornadas sin recibir gol en su portería y en el partido contra Bucaramanga fue figura indiscutida. Hasta atajó un penalti a Dayro Moreno. Ante Unión cometió una falla y significó un gol, pero gran parte de la hinchada, sus compañeros y el entrenador, lo respaldaron.
