La cantidad de castillos y palacios que hay en Alemania es abrumadora. ¿Quieres saber cuántos podrías visitar? Pues alrededor de 25.000. Todos ellos cuentan un trozo de la historia de este país, desde guerras, batallas y asedios, a los sueños románticos de sus dirigentes. Algunos están en ruinas, pero otros siguen alzándose orgullosos en lo alto de colinas. En la lista que hemos preparado podrás encontrar los castillos más impresionantes al sur de Alemania ¿Nos acompañas?
Como ya hemos dicho, Alemania tiene unos 25.000 castillos y palacios. Por eso, para simplificar un poco, hemos decidido centrarnos sólo en el sur de Alemania, en los estados de Baviera y Baden Württemberg.
Además, sólo vamos a tener en cuenta los castillos, dejando fuera palacios tan bonitos como el de Linderhof, Nymphemburg, Herrenchiemsee, Ludwigsburg o Schwetzingen, por nombrar unos pocos.
Si asumimos que un castillo, burg en alemán, es el que se construye como una fortaleza para proteger una región y un palacio, schloss, es la residencia de una persona de poder, algunos de los que están aquí incluidos, no se podrían considerar castillos. Pero su arquitectura, sí que nos permite incluirlos.
Si quieres conocer más lugares interesantes de estos dos estados alemanes, puedes leer alguno de nuestros posts:
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Y si te gustan las listas de los edificios más emblemáticos de un país, aquí te dejamos un par que te pueden interesar:
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Comencemos con la lista de los castillos más bonitos al sur de Alemania. Prepárate para transporte a la Edad Media o para sentirte el protagonista de un cuento de hadas.
Índice
Palacio de Neuschwanstein
Comenzamos con el más visitado de los castillos alemanes, el de Neuschwanstein, que recibe alrededor de 1,4 millones de turistas cada año. Y en verano unas 6000 personas recorren sus habitaciones cada día.
Se encuentra en un entorno idílico, sobre un desfiladero, entre lagos y montañas, a unos 4 km de la bella localidad de Füssen, en Baviera.
Y es que es el perfecto castillo de cuento de hadas. Tanto su arquitectura como su localización son dignas del más fabuloso cuento de los hermanos Grimm. De hecho, fue elegido como modelo para diseñar el castillo de la Bella Durmiente de Disneyland.
¿Y quién fue el responsable de esta maravilla? Luis II, rey de Baviera en la segunda mitad del S. XIX, cuyas excentricidades le valieron el sobrenombre del rey loco. Pero que gracias a su sensibilidad y gusto legó a Baviera algunos de sus edificios más conocidos.
Se construyó sobre las ruinas de dos castillos medievales a mediados del S. XIX, como una recreación idealizada de un castillo medieval, pero sin ningún fin defensivo. El plan original que el monarca tenía en mente nunca llegó a completarse. Tras su muerte, las obras se acabaron de manera más simplificada.
Luis II quería vivir en él para apartarse de la vida pública, pero sólo pudo disfrutar de su castillo menos de 200 días. Lo más irónico, es que el rey no quería abrirlo al público, lo quería sólo para él. Pero 6 semanas después de su muerte, ya había gente recorriendo sus salas y, como ya hemos dicho, se ha convertido en el más visitado de Alemania.
Aunque este sea el más conocido, a sus pies se encuentra otro castillo, el de Hohenschwangau, donde Luis II pasó bastante tiempo durante su infancia.
¿Te han entrado ganas de visitarlo? Puedes unirte a alguna de estas excursiones desde Múnich para llegar.
– Excursión al castillo de Neuschwanstein
– Excursión al castillo de Neuschwanstein y al palacio de Linderhof
Castillo Hohenzollern
En lo alto de una colina y rodeado de árboles, el castillo de Hohenzollern es la representación romántica de un castillo medieval. Podríamos decir que es el Neuschwanstein de Baden Württemberg, pero de aspecto algo más sobrio.
Este castillo era la sede de la familia principesca Hohenzollern, antiguos reyes prusianos y emperadores alemanes. Sus orígenes se remontan probablemente al S. XI, aunque el edificio actual, la tercera de las construcciones que aquí ha habido, data de mediados del S. XIX. Se construyó para reconstruir, de una manera imponente, el antiguo castillo de sus antepasados. Pertenece al estilo neogótico y fue inaugurado bajo el reinado de Guillermo I de Prusia.
La información de cómo llegar hasta él, la puedes encontrar en el post las mejores excursiones desde Stuttgart.
Palacio de Heidelberg
Un palacio en ruinas es el símbolo de la ciudad de Heidelberg. Construido con piedra arenisca roja, domina la ciudad dándole su característico aire romántico.
¿Si te estás preguntando si fue destruido durante la II Guerra mundial? La respuesta es no. De hecho, Heidelberg es una de las pocas ciudades alemanas de gran tamaño que sobrevivió a ésta sin daños relevantes. La destrucción de Heidelberg y, por tanto de su castillo, ocurrió en el S. XVII, durante la guerra de Sucesión del Palatinado.
Sus orígenes podrían remontarse al S. XIII y fue la residencia de los Electores del Palatinado hasta su destrucción. Desde entonces sólo ha sido parcialmente restaurado. Además, un rayo cayó sobre el complejo en 1764, parándose los trabajos de reconstrucción.
Usado como cantera para la edificación de otros edificios, el castillo se convirtió en un símbolo para los artistas románticos a finales del S. XVIII y a día de hoy es una visita muy popular. Tres veces al año, en junio, julio y septiembre, la ciudad conmemora su destrucción y este vuelve a incendiarse gracias a un juego de luces y fuegos artificiales.
Si visitas su interior, podrás ver un enorme barril de vino con capacidad para 222.000 litros, pero que sepas que está vacío.
Puedes descubrir esta bella ciudad a orillas del río Neckar realizando un free tour por Heidelberg.
Castillo de Sigmaringen
Sobre un desfiladero del Danubio se encuentra este castillo, menos conocido que los anteriores, pero igual de impresionante.
El castillo era la antigua residencia de los príncipes de Hohenzollern-Sigmaringen y está en el extremo sur de la sierra Jura de Suabia. Se encuentra en un desfiladero del Danubio, sobre un pequeño acantilado de unos 200 m de largo y a unos 35 metros sobre el rio.
Los orígenes del castillo se remontan al S. XI y fue ampliado hasta el tamaño que tiene actualmente en el S. XV. El edificio ha sufrido reconstrucciones, incendios y daños durante la Guerra de los Treinta Años, hasta llegar a la imagen de hoy en día. Durante un tiempo, desde 1944 hasta 1951, fue un enclave francés, donde se alojaron los miembros del régimen de Vichy.
En el interior, además de las salas del palacio, se ve una de las colecciones privadas de armas más grandes de Europa, con unos 3000 objetos.
Palacio de Lichtenstein
Una obra literaria y los sueños románticos de un noble hicieron posible esta construcción.
También en la Jura de Suabia, se encuentra otro castillo de cuento de hadas. Este fue construido a mediados del S. XIX, sobre una elevación de unos 800 m de altura sobre el valle del Echaz. El edifico actual no tiene relevancia histórica, pues se construyó gracias al deseo de un apasionado de la Edad Media y coleccionista de objetos de arte, el duque de Urach, Guillermo de Württemberg.
Antiguamente, en este lugar había un castillo que era la sede de la familia Lichtenstein. Pero fue destruido en el S. XIV. Se construyó otro castillo en las proximidades, pero perdió importancia en el S. XVI y acabó deteriorándose.
Una obra literaria, Lichtenstein, escrita por Wilhelm Hauff en 1826, resucitó la historia del castillo medieval, que sirvió de inspiración al duque de Urach. Este compró el terreno y construyó, sobre las ruinas del antiguo edificio, el actual palacio entre 1840 y 1842.
El palacio de Lichtenstein es una representación de un castillo de caballeros medieval amueblado con las colecciones de arte del duque.
Castillo de Núremberg
Uno de los símbolos de Núremberg es su castillo, que jugó un importante papel en el gobierno del Sacro Imperio Romano Germánico.
Sus orígenes se remontan a alrededor del año 1000. Desde principios del S. XII y hasta finales del S. XVI, todos los emperadores y reyes del imperio se alojaron aquí. Pero tras la Guerra de los Treinta Años, el castillo perdió importancia y dejaron de celebrarse en él las dietas.
Núremberg jugó un papel importante durante el régimen Nacionalsocialista. Aquí se celebraban los mítines anuales del partido, donde llegaron a participar hasta 500.000 personas. En estos, el castillo se convirtió en un símbolo que unía al nuevo régimen con el antiguo Imperio.
El edificio fue gravemente dañado durante la II Guerra Mundial y sólo una de las torres y la capilla se salvaron. Sin embargo, tras la guerra, fue reconstruido.
Si quieres saber más sobre esta ciudad tan interesante, te recomendamos leer qué ver en Núremberg.
Puedes descubrir las diferentes etapas de esta ciudad en alguna de las visitas guiadas que se ofertan:
– Free tour por Núremberg, que te permitirá conocer los lugares más emblemáticos del centro histórico.
Fortaleza Rosenberg en Kronach
Este castillo, que nunca ha sido tomado por la fuerza, domina orgulloso la ciudad de Kronach desde una altura de 378 m sobre la colina Rosenberg.
Kronach perteneció a los príncipes-obispos de Bamberg desde el S. XII hasta principios del S. XIX. Su castillo es una de las fortificaciones medievales más grandes y mejor conservadas de Alemania, cuyos orígenes se remontan al S. XIII. Con el tiempo y, según las necesidades de cada época, este se fue modificando, pasando de castillo medieval, a palacio renacentista y a fortaleza barroca. Con sus muchas fases de construcción, es un ejemplo perfecto del desarrollo de la construcción militar alemana.
Su importancia militar se desvaneció en el S. XIX, cuando las batallas dejaron de ganarse con asedios. Gracias a su ubicación, a principios del S. XIX, sirvió de campamento a las tropas de Napoleón Bonaparte, que iniciaba su campaña contra Prusia. A mediados del S. XIX, pasó a usarse de prisión. Durante la I Guerra Mundial, se formó aquí un campo de prisioneros, uno de ellos fue el capitán francés Charles de Gaulle. También funcionó como campo de trabajos forzados durante la II Guerra Mundial y después como campo de refugiados.
Hoy día su interior alberga 3 museos, uno de ellos, la Galería de Franconia, expone obras del pintor Lucas Kranach el Viejo, nacido en esta localidad. También sirve como escenario para festivales y conciertos.
Fortaleza de Coburgo, Veste Coburgo o Corona de Franconia
Este castillo medieval convertido en fortaleza, se encuentra a unos 160 m sobre la ciudad de Coburg, que hace frontera con el estado de Turingia.
Sus orígenes se remontan a mediados del S. XI. Debido a su importancia estratégica, fue ampliado y modificado, convirtiéndose en uno de los castillos más grandes de Alemania. En 1530 Lutero se alojó en la fortaleza varios meses y trabajó en la traducción de la Biblia.
Hoy día alberga las colecciones de arte de Veste Coburg, con obras de importantes artistas alemanes como Lucas Kranach, Durero, Hans Holbein, Grünewald o Timan Riemenshneider.
Castillo de Kulmbach: Plassenburg
Kulmbach está dominado por esta impresionante fortaleza renacentista, donde destaca su patio interior que está bellamente decorado.
Fundado en el S. XII por el conde de Andechs, en 1340 pasó a manos de la poderosa familia Hohenzollern. Este fue su residencia y fortaleza hasta 1604 y desde aquí gobernaron sus posesiones en la región.
El castillo fue destruido durante la Segunda Guerra de los Margraves, en 1554. Tras esta, fue reconstruido como fortaleza y palacio renacentista. Fue entonces cuando se construyó su maravilloso patio.
A finales del S. XVIII, pasó a ser una fortaleza prusiana. Durante la guerra de Napoleón contra Prusia, Plassenburg fue sitiado por última vez. En 1806, por orden de Napoleón, se destruyeron sus fortificaciones. Desde entonces sirvió de prisión y hospital.
Hoy alberga cuatro museos, el museo Hohenzollern en Franconia; el museo del ejército de Federico el Grande, con armas del ejército prusiano; el museo alemán de figuras de hojalata y el museo del paisaje de Obermain, sobre la historia de la región.
Castillo de Burghausen
El castillo más largo del mundo se encuentra en la antigua ciudad ducal de Burghausen, Baviera, muy cerca de la frontera con Austria.
El castillo mide 1051 m de largo y se extiende por encima del casco antiguo de la ciudad, a lo largo de una colina entre el rio Salzach y el lago Wöhrsee. Está dividido en cinco patios que, originalmente, estaban protegidos por fosos, rastrillos y puentes levadizos.
Sus orígenes se remontan muy atrás en el tiempo, pues la buena ubicación de la colina hizo que esta estuviese continuamente habitada desde la Edad del Bronce y del Hierro. La mención escrita más antigua del castillo es del año 1025, cuando era la sede de los Condes de Burghausen. Tras la muerte del último miembro de esta familia, en 1168, pasó finalmente a manos de la influyente familia Wittelsbach. El castillo llegó a ser su segunda residencia.
Como es normal, el castillo ha sufrido remodelaciones a lo largo de los años, en base al uso que se le iba dando, pues con los años fue perdiendo carácter de residencia y ganando en importancia militar debido a su extraordinaria ubicación. Actualmente en el castillo hay varios museos.
Desde él tienes una bonita perspectiva de la ciudad de Burghausen y de los alrededores. Si lo visitas en navidad, puedes disfrutar del mercado navideño que se organiza en su interior.
Si te gustan los mercados de navidad, igual te interesa leer nuestro post con los mercados de navidad más bonitos de Alemania.
Castillo Lauenstein
El castillo de Lauenstein es un castillo medieval en lo alto de una colina sobre el pueblo de Lauenstein, cerca de la frontera con el estado de Turingia. De hecho, es el castillo más septentrional de Baviera.
La primera mención que se tiene de él es de 1138 y sus partes más antiguas datan de este siglo. El castillo tenía una gran importancia estratégica, debido a su ubicación en una zona fronteriza. Desde el S. XIII hasta el XV, el castillo fue la sede de una poderosa familia de Turingia, los Condes de Orlamünde. Tras ellos, pasó por diferentes manos, formó parte de Prusia y de Baviera y acabó descuidado.
Las ruinas fueron compradas por el Dr. Erhard Meßmer, que lo renovó en el espíritu del historicismo tardío con elementos del Art Nouveau y lo amuebló según el modelo del Wartburg, un castillo muy interesante en el estado Turingia.
A día de hoy pertenece al Estado de Baviera, que lo restauró y desarrolló un museo en su interior.
La mejor manera de enamorarse de este castillo es viendo una imagen aérea de él.
Castillo de Meersburg
Y terminamos con el castillo habitado más antiguo de Alemania, que se encuentra en el lago Constanza, en la bella localidad de Meersburg, en Baden-Württemberg.
El primer castillo en el sitio actual se construyó en el S. VII. Sin embargo, no se ha conservado nada de esta primera edificación y hay varias teorías que intentan explicar su fundación.
La primera mención del castillo es de principios del S. XII. Este pasó por diversas manos hasta que, a mediados del S. XIII, perteneció al Obispado de Constanza, que lo usó como su residencia. En el S. XIV, las luchas por el cargo de obispo, llevaron a un asedio del castillo, en el que se usaron cañones por primera vez en Alemania.
A principios del S. XVIII, comenzó la construcción del nuevo castillo de Meersburg. Y a mediados de siglo, el obispado se mudó a la nueva residencia. El antiguo castillo se usó para la administración de la ciudad.
En 1803, Meersburg pasó al Gran Ducado de Baden y el castillo fue vendido. A día de hoy, aloja un museo medieval.
Todavía no hemos visitado Meersburg, pero esperamos dar una mejor información sobre él dentro de poco.
¿Qué te ha parecido nuestra lista? ¿Conocías todos? ¿Nos hemos olvidado alguno?
Aquí te dejamos un mapa con todos ellos para que puedas organizarte mejor si quieres visitarlos.
- 1. Palacio de Neuschwanstein
- 2. Castillo Hohenzollern
- 3. Palacio de Heidelberg
- 4. Castillo de Sigmaringen
- 5. Palacio de Lichtenstein
- 6. Castillo de Núremberg
- 7. Kronach: fortaleza Rosenberg
- 8. Fortaleza de Coburg
- 9. Castillo de Kulmbach: Plassenburg
- 10. Castillo de Burghausen
- 11. Castillo Lauenstein
- 12. Castillo de Meersburg
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¡Muy interesante esta lista también! Dan ganas de visitarlos y perderse por sus habitaciones :).
¡Gracias!
Mucho no vas a perderte, porque te dan poca libertad al visitarlos, 🙂