La combinaci�n de las t�cnicas de investigaci�n no invasivas, como la prospecci�n o la teledetecci�n, y las invasivas, como la excavaci�n arqueol�gica, han permitido en Galicia ampliar el conocimiento sobre un yacimiento "muy singular", el recinto fortificado de Castro Valente. Situado entre las provincias de A Coru�a y Pontevedra, se trata de un castillo altomedieval que permanece oculto bajo una densa vegetaci�n, y del que un grupo de arque�logos de la Universidad de Santiago de Compostela han empezado a descubrir los secretos.
De momento, tan solo se ha dado los primeros pasos y, sin embargo, los responsables de su estudio ya considera que son "lo suficientemente estimulantes" como para impulsar siguientes intervenciones que ampl�en los datos recabados "en este singular recinto fortificado", considerado uno de los recintos amurallados m�s grandes de Galicia.
Todos los detalles que han logrado averiguar figuran en la investigaci�n 'Buscando un castillo altomedieval entre la vegetaci�n. El caso de Castro Valente (Padr�n, Galicia)', obra de Mario Fern�ndez Pereiro y Jos� Carlos S�nchez Pardo, del grupo de investigaci�n de formas culturales 'Sincrisis' de la Universidad de Santiago de Compostela.
El Castro Valente presenta, como recinto fortificado, unas "caracter�sticas �nicas y muy interesantes" para estudiar el fin del Imperio Romano y el comienzo del Alta Edad Media. Esta adscripci�n cronol�gica se basa en la escasa cultura material documentada y en la documentaci�n de paralelos semejantes en todo el noroeste peninsular.
Los expertos se�alan "sin miedo a equivocarnos" que uno de los modelos de asentamiento m�s estudiados en el contexto del noroeste peninsular es el utilizado por el mundo galaico, los com�nmente denominados castros, que tienen la particularidad de contar con un sistema defensivo, normalmente p�treo, y cuyo declive comenz� hacia el cambio de era, con el establecimiento del imperio romano en noroeste peninsular.
Es en esa etapa de transici�n en la que se localiza este estudio, en los yacimientos fortificados encuadrados en este paso del estado romano a la Alta Edad Media, que "pareciendo castros, y, denomin�ndose algunos castros, no son realmente castros de la Edad del Hierro galaica". Entre ellos, destacan recintos "de gran tama�o y monumentalidad" como el de Castro Valente, cuyas primeras menciones escritas parecen a finales del siglo XIX y principios del XX, siendo la m�s antigua la de Manuel Murgu�a, esposo de la escritora clave en la literatura del siglo XIX, Rosal�a de Castro.
Un recinto amenazado
Los expertos advierten que este recinto fortificado est� amenazado por distintas circunstancias. La primera, que la cumbre del Castro Valente fue "artificializada" durante la construcci�n del recinto fortificado, y en las �ltimas d�cadas sufri� varios ciclos de plantaci�n de pino y la construcci�n de diversas pistas cortafuegos que " alteran y destruyen" el yacimiento arqueol�gico, adem�s de la "grave amenaza" que presentan las ra�ces de las acacias.
Hay otras dos posibles afectaciones que "pueden llegar a alterar la conservaci�n" del yacimiento. Recientemente fue solicitada la colocaci�n de un parque e�lico con cuatro aerogeneradores y una subestaci�n y est� en tramitaci�n el proyecto de ejecuci�n de la l�nea a�rea de transporte de energ�a el�ctrica Lousame-Tibo que prev� la colocaci�n de seis torres en las laderas.
Adem�s, advierten de que la erosi�n natural, unida al reaprovechamiento hist�rico de los materiales de construcci�n y a la actual falta de cuidados intensivos por parte de las administraciones y de la comunidad local, "tambi�n afectan gravemente la conservaci�n" del yacimiento.
Vuelo en dron
Un vuelo LIDAR mediante dron de toda la extensi�n del yacimiento realzado en 2021 ha permitido apreciar "perfectamente" la extensi�n y trazado de la muralla. Se trata de una "monumental l�nea de muralla" de m�s de 1.200 metros de per�metro que estaba, seg�n las descripciones hist�ricas, coronada con hasta 30 cubos o torres. La zona mejor conservada en la actualidad se localiza en la cara noroeste, si bien "la densa vegetaci�n de acacias cubre el trazado del recinto amurallado". En otros puntos del recinto tambi�n es posible localizar evidencias del trazado, aunque su conservaci�n no es comparable.
Durante la prospecci�n superficial del yacimiento, se localizaron en la zona noroeste de la muralla, entre la densa vegetaci�n, hasta seis cubos bien conservados. En los sectores este y norte del recinto se registraron varias acumulaciones de material constructivo p�treo que podr�an indicar la posibilidad de la existencia de m�s cubos o torres en esta zona, pero la destrucci�n ocasionada por las pistas cortafuegos hizo que apenas quede rastro de ellas.
El estado de conservaci�n y la vegetaci�n dificulta mucho la identificaci�n de elementos como "algunas puertas" referidas por Murgu�a en sus estudios, siendo solo posible localizar y documentar in situ el que se considera como el acceso principal del lugar. Los otros dos accesos, de menor importancia, se ubican en lugares opuestos en el recinto. Uno fue identificado gracias a teledetecci�n a�rea y el acceso es complicado por la densa vegetaci�n del entorno. El otro parece estar situado en una zona muy afectada por una pista cortafuegos, e identificable por la existencia de una posible torre que defender�a este acceso.
Debido a la densa vegetaci�n, los expertos se�alan que es "dif�cil localizar evidencias arquitect�nicas" en el interior del recinto, aunque se aprecian algunas elevaciones en el terreno que pueden indicar estructuras murarias, si bien es necesaria una excavaci�n arqueol�gica para verificar esta hip�tesis.
Breve campa�a de excavaci�n
En diciembre de 2020 se realiz� una breve campa�a de excavaci�n arqueo-l�gica para valorar la potencialidad del recinto fortificado del Castro Valente. Se realizaron tres sondeos valorativos en la zona noroeste del recinto fortificado, dos en la l�nea muralla y uno hacia el interior del recinto. En uno de ellos, la propia conservaci�n de las caras de la muralla, junto con la continua filtraci�n de agua por los perfiles del sondeo, "hizo temer por la integridad f�sica, tanto del equipo de excavaci�n como de la propia muralla". Por lo tanto, no fue posible concluirlo.
La excavaci�n arqueol�gica, aunque breve, proporcion� "muchos datos de inter�s". Ha permitido realizar una documentaci�n parcial de la tipolog�a y t�cnica constructiva del sistema defensivo del recinto amurallado, que se conserva en muy buenas condiciones en la zona noroeste del yacimiento, en el entorno donde se realiz� la intervenci�n arqueol�gica. Esta t�cnica se centra en el uso de mamposter�a de granito, combinando diferentes tama�os, dispuesta en hiladas regulares.
La excavaci�n parcial de una de las torres anexas a la muralla parece a estos especialistas "una novedad en s� misma", ya que permiti� documentar uno de los 30 cubos mencionados a trav�s de las fuentes hist�ricas. Este tipo de estructuras anexas a la muralla "es un rara avis en las fortificaciones del noroeste peninsular", a excepci�n de algunas como las documentadas en el Castro Ventosa o las murallas de Lugo, Braga o Astorga.
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