Lo logró en 2014, 2015, 2017, 2018, 2021 y 2022. Lo persigue en este 2024. Carolina Marín, también campeona de los Juegos Europeos en 2023, busca este domingo (14:00 horas) afianzarse una vez más como reina absoluta del bádminton continental en la gran final del Campeonato de Europa de Saarbrucken (Alemania).
Lo hace ante una vieja conocida. La escocesa Kirsty Gilmour, una de las pocas rivales continentales que saben lo que es poner en aprietos en varias ocasiones a Marín, le desafiará en busca de su primer título europeo. La española ya le privó de ese hito en las finales de 2016 (21-12 y 21-18), 2017 (21-14 y 21-12) y 2022 (21-10 y 21-12), por lo que las ganas de desquite serán totales por parte de la británica.
Eso sí, Marín vuelve a partir como favorita en un nuevo intento por extender su hegemonía en el planeta bádminton. Ahora, a un nivel europeo en el que es la reina europea indiscutible a nivel histórico. Este Europeo ha sido su gran foco en las últimas semanas, después de tomar velocidad de crucero durante un mes de marzo que cerró con títulos en el All England (un Super 1000, equivalente a un Grand Slam) y en el Open de Suiza (un Super 300).
Son catorce las victorias consecutivas que suma la jugadora onubense. En ellas, apenas ha cedido un set. Una muestra de que su juego llega en un momento de forma óptimo a uno de los partidos clave de la temporada. También parece llegar al máximo nivel su físico, con Carolina muy fiable en las semifinales de este sábado contra la danesa Julie Dawall Jakobsen después de un mal gesto con la rodilla en los cuartos de final.
Si hay una jugadora europea que puede poner en aprietos a Marín, más allá del historial en finales continentales previas, esa es Gilmour. Ya han transcurrido más de diez años desde que Marín derrotó a la escocesa en la final del Grand Prix Gold de Londres 2013 y del Grand Prix del Open de Escocia 2013, por entonces dos torneos de gran referencia a nivel continental. Durante los últimos once años, se han sucedido los duelos entre ambas, con un 11-3 en el cara a cara favorable a una Carolina que ganó el último duelo (2-15 y 21-11 en el Europeo por equipos) tras haber perdido días antes en la fase de grupos del mismo torneo por 21-16 y 21-11.
Con treinta y ocho títulos internacionales en su palmarés, Marín persigue acercarse a la cuarentena en uno de sus torneos fetiches. La reina del bádminton europeo quiere seguir lanzada en una primavera del 2024 que está siendo mágica. Y nada mejor para conseguirlo que ceñirse otra vez la corona que le acredite como tal.