Las mentiras históricas de Netflix sobre la reina 'africana' de Inglaterra y su marido loco

Las mentiras históricas de Netflix sobre la reina 'africana' de Inglaterra y su marido loco

Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del enloquecido Jorge III y protagonista del spin off de 'Los Bridgerton', tenía origen africano es una discutida teoría que pocos historiadores respaldan

La reina blanca que Netflix convirtió en negra en lo nuevo de 'Los Bridgerton'

Retrato de Carlota de Mecklemburgo-Strelitz.
César Cervera

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La serie de Netflix 'Los Bridgerton' ha tenido tanto éxito que ha dado lugar a una precuela llamada 'La reina Carlota', que ahonda precisamente en uno de los elementos más controvertidos de esta ficción. Se trata, como no, del color de la piel de la monarca inglesa y de muchos aristócratas de la Corte, que son interpretados por actores de facciones negras en la ficción.

Los creadores de la saga han justificado esta decisión creativa siempre en que se trata de una representación fantasiosa y distópica del periodo británico conocido como la Regencia, que abarcó del año 1811 al 1820. Shonda Rhimes, su principal guionista, ha defendido que «no es una lección de historia», sino una «ficción inspirada en hechos». Sin embargo, uno de estos hechos sería el que Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del enloquecido Jorge III y protagonista del spin off, tenía origen africano, lo cual obedece a una discutida teoría que pocos historiadores respaldan hoy.

Sofía Carlota de Mecklemburgo-Strelitz (1744-1818) fue una duquesa alemana que se convirtió mediante matrimonio con Jorge III en Reina consorte del Reino Unido. Mecenas de las artes y las ciencias, Carlota se volcó en cuestiones no políticas a su llegada a las Islas británicas y no fue, hasta la enfermedad mental que inhabilitó a su marido, cuando dio un paso adelante para sustentar la regencia de su hijo, el futuro Jorge IV. Además de por su actividad cultural, la Reina ha pasado a la historia por el desgarrador hecho de haber dado a luz a 15 niños, de los cuales 13 sobrevivieron hasta la edad adulta. Esta sucesión de partos garantizó la continuidad de la dinastía Hannover durante todo el siglo XIX, pero a cambio dejó a la monarca exhausta física y mentalmente.

En su diario, Carlota llegó a anotar: «Pasé los primeros veinte años, embarazada. No creo que un prisionero pueda desear con más ardor su libertad que yo, al librarme de mi obligación y ver el final de mi campaña maternal. Sería feliz si supiera que es la última vez».

Debido a las particulares facciones de la Reina, que en su día no fue descrita como hermosa precisamente, a mediados del siglo XX varios autores comenzaron a especular con la posible ascendencia africana de esta noble alemana. El escritor jamaicano-estadounidense J. A. Rogers ya esbozó esta teoría en su libro 'Sex and Race: Volume I' señalando las «fosas nasales anchas y labios gruesos» que muestra en algunos cuadros.

Según las memorias del primer ministro Horace Walpole, en la fisionomía de su rostro siempre sobresalieron rasgos especialmente anchos:

«Es de estatura mediana, y bastante pequeña, pero su forma es fina y su porte elegante; sus manos y cuello estaban muy bien revueltos; su cabello castaño; su rostro redondo y rubio; los ojos de un azul claro, y radiante de dulzura; la nariz un poco plana, y apareció en el punto; la boca bastante grande, con labios rosados y dientes muy fino».

Debido a las particulares facciones de la Reina, a mediados del siglo XX varios autores comenzaron a especular con la posible ascendencia africana de esta noble alemana

Varios cuadros del pintor escocés Allan Ramsay retratan a la monarca con el pelo muy encrespado y sin suavizar lo excesivo de una boca ancha. Los defensores de esta teoría señalan que el escocés era defensor de abolir la esclavitud y quiso con este gesto, desviándose de las representaciones que ocultaban los rasgos africanos de la Reina, denunciar el racismo imperante en el periodo. Como todo lo referido a esta teoría, las pruebas de que esto fuera cierto penden de un hilo.

Una teoría cuestionada

La afirmación sobre la sangre africana, mestiza o negra de la Reina consorte ha sido defendida por un puñado de autores más mediáticos que académicos, que incluso han trazado teorías genealógicas para justificar esta ascendencia africana. Teorías muy populares, que no cuentan con el respaldo de pruebas genéticas y que se centran en una remota antepasada de Carlota procedente de la casa real portuguesa llamada Margarita de Castro y Sousa .

En 1996, Mario de Valdés, un investigador independiente especializado en historia de África, argumentó en el programa 'Frontline' del canal público estadounidense PBS que Carlota mostraba claramente en los retratos una «apariencia africana inconfundible» y una «fisonomía negroide» que se debía a su antepasada portuguesa.

Margarita de Castro e Souza fue una noble portuguesa del siglo XV que remontaba su ascendencia a una rama bastarda del Rey Alfonso III de Portugal (1210-1279), uno de los hijos de la Reina castellana Urraca. El soberano portugés habría tenido descendencia, en concreto tres hijos, con una amante procedente del norte de África llamada Madragana (c. 1230–?), que formó «una rama negra» en la familia real portuguesa que acabó entroncando con otras casas europeas, entre ellas la de Carlota, a través de los Souza.

Retrato de Jorge III en la colección real. ABC

Aparte de la gran distancia de siglos que separan a Margarita de Castro de Carlota de Mecklemburgo-Strelitz y, en general, de la escasa aportación de pruebas de Valdés, el problema fundamental de esta teoría nace de dar por sentado que por ser africana la amante del Rey Alfonso debía ser de raza negra. Los críticos con la teoría de Valdés señalan que, aunque Madragana procediera del norte de África, lugar de gran interés político y económico para Portugal, probablemente era mozárabe. El historiador Manuel Abranches señala en su obra 'Origem dos Souza ditos do Prado' que el Rey tuvo un hijo llamado Martin Afonso Chichorro con «su amante morisca, cuyo nombre no ha sido documentado pero ahora se acepta generalmente como Madragana, hija del conquistado (1249) alcalde de Faro Aloandro ben Bekar».

Que esta joven bautizada como cristiana y de padre mozárabe (un cristiano ibérico que vivía bajo dominación musulmana) fuera o no negra o tuviera rasgos propios de lo que hoy es Argelia o Marruecos es algo imposible de demostrar en base a las crónicas, que la identifican como «mora» o «morisca». Lo único claro es que el tal Martin Afonso Chichorro se casó con la poderosa familia de los Souza y esta luego enlazó con otras casas europeas. Margarita de Castro e Souza se casaría con el alemán Conde de Neufchâtel y extendió su sangre por Europa.

El árbol genealógico de la Reina Carlota bien puede enlazar con los Souza, pero lo mismo se puede decir de media nobleza europea. La teoría sobre su ascendencia africana es tan válida para ella como para otras dinastías reales, incluida la de su marido Jorge III, de la casa alemana de los Hannover, y para sus propios descendientes, que tampoco han mostrado genes de lo que se suele identificar como raza negra.

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