La historia real detrás de ‘La reina Carlota'

‘La reina Carlota’, la historia de un amor real ensombrecido por una enfermedad de salud mental

La precuela de ‘Los Bridgertons’ es una “ficción inspirada por los hechos” pero mantiene detalles esenciales de la vida de los monarcas de Gran Bretaña

Fuente: FILMAFFINITTY

“El amor no es algo que uno sea capaz o no de hacer basado en la magia o en la química. Eso es para obras de teatro. El amor es determinación. El amor es una elección que una hace”. Así define en la pantalla la reina Carlota su relación con Jorge III de Reino Unido, una historia de cariño en la realeza británica ensombrecida por una grave enfermedad de salud mental.

Lo esencial. La Reina Carlota, disponible en Netflix, es una precuela de la conocida saga ambientada en el siglo XIX, Los Bridgerton. Como bien dice la narradora al comienzo del primer episodio, la serie “no es una lección de historia, es una ficción inspirada por los hechos”. 

Cabe destacar que, pese a que la gran mayoría de los personajes y tramas secundarias que presenta la serie, como Lady Danbury, no son reales, La Reina Carlota mantiene parte de los detalles esenciales que caracterizaron la vida de los que fueron monarcas de Gran Bretaña e Irlanda a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Así fue la verdadera historia de Carlota y Jorge III:

Así eran Carlota de Mecklemburgo-Strelitz y Jorge III de Reino Unido

Quién era Carlota. Sofía Carlota nació el 19 de mayo de 1744 en Mirow, un pueblo situado en el norte de la actual Alemania, cuando este territorio formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico. Fue una de las hijas menores del duque Carlos Luis Federico de Mecklemburgo-Strelitz y la princesa Isabel Albertina de Sajonia-Hildburghausen, según la Casa Real Británica.

En cuanto a su color de piel, no se ha logrado confirmar si Carlota era realmente negra como aparece en la serie. Por un lado, historiadores como Mario de Valdés y Cocom han señalado que tenía “rasgos africanos” y vinculan sus orígenes directos con Margarita de Castro y Sousa, que podría proceder de “una rama negra de la casa real portuguesa”. Asimismo, afirman también que las representaciones de la época que muestran a la reina con “piel clara” habrían ocultado su ascendencia para ajustarse a los ideales de belleza eurocéntricos de la época. 

  • Sin embargo, otros historiadores señalan que la ascendencia africana de Carlota era tan lejana que probablemente no afectó a su aspecto, como recoge National Geographic.

Y quién era Jorge III. Por su parte, Jorge Guillermo Federico nació el 4 de junio de 1738 en Londres y fue el hijo mayor de Federico, Príncipe de Gales, y la Princesa Augusta de Sajonia-Gotha, quien también aparece representada en la serie de ficción. Según recoge la Casa Real Británica, Jorge se convirtió en heredero del trono a la muerte de su padre en 1751, sucediendo a su abuelo, Jorge II, en 1760.

  • El rey tenía especial interés por la ciencias astronómicas (tenía su propio observatorio en el palacio de Kew) y dedicaba gran parte de su tiempo libre a la agricultura, llegando a ser conocido por la población como ‘Granjero Jorge’, tal y como aparece en la serie. 

Sin embargo, la producción audiovisual que se puede ver en Netflix muestra a un personaje muy ausente en los asuntos públicos y políticos, algo que se aleja de la realidad ya que, según Historic Royal Palaces, Jorge estuvo muy involucrado en el Gobierno nacional pese a perder bajo su mandato las colonias británicas en América.

Un matrimonio concertado que se convirtió en un amor verdadero

El rey Jorge III subió al trono en 1760 con 22 años y estando soltero, lo que le obligó a buscar una esposa lo más rápido posible. Las candidatas debían ser de religión protestante y sin grandes conexiones políticas, por lo que Carlota era una buena opción como reina.

El rey anunció a su consejo en julio de 1761 su intención de casarse con ella, tras lo cual un grupo de escoltas partieron hacia Alemania para llevar a Carlota, de 17 años, a Inglaterra. Estos fueron recibidos por Adolfo Federico IV de Mecklemburgo-Strelitz, hermano mayor de la que iba a ser futura reina, quien firmó el contrato matrimonial, tal y como relata la serie.

Así, Jorge y Carlota se casaron el 8 de septiembre de ese mismo año en la Capilla Real del Palacio de St James en un matrimonio concertado y sin haberse conocido antes en persona. Los dos monarcas sí que vivieron juntos durante los primeros años de matrimonio, desarrollaban aficiones conjuntas y eran felices el uno con el otro, según National Geographic. “Jorge III era un buen hombre de familia y devoto de su esposa para quien compró la Casa de la Reina (posteriormente ampliada para convertirse en el Palacio de Buckingham)”, recoge la Casa Real Británica. La pareja tuvo 15 hijos, de los cuales 13 llegaron a la edad adulta.

En 1765 Jorge III comenzó a tener graves ataques a causa de una enfermedad que afectaba a su salud mental

Jorge III contó durante sus primeros años de matrimonio con buen estado de salud. Sin embargo, en 1765 sufrió un ataque temporal de salud mental sin precedentes, del que la reina Carlota no se dio cuenta. Este fue el inicio de una enfermedad que se mantuvo hasta su muerte.

  • ¿Qué enfermedad tenía Jorge III? En el siglo XX dos psiquiatras analizaron el caso de Jorge III y afirmaron que padecía un trastorno metabólico llamado porfiria, según recoge la web Royal Collection Trust. Esta enfermedad provoca síntomas como alucinaciones, confusión mental y convulsiones, entre otros. Asimismo, otros investigadores más recientes consideran que el rey padeció trastorno bipolar.

En 1788 Jorge sufrió un segundo ataque más fuerte que el primero. Durante este brote, el rey se comportó de forma agresiva y sufrió fuertes alucinaciones y delirios. Ante la situación, los médicos reales llamaron a un doctor conocido por tratar “la locura”, Francis Willis.

  • El doctor creía que la causa fundamental de las enfermedades mentales era la sobreexcitación, por lo que sometió a Jorge a un tratamiento “brutal” en el que el monarca era aislado en una habitación donde se le ataba con camisas de fuerza a una silla, entre otras acciones. Pese a esto, el rey mostró mejoría.

Carlota, por su parte, se veía muy afectada con la enfermedad de Jorge: “La reina casi se siente abrumada por un terror secreto”, escribió Francis Burney, uno de sus asistentes, en 1788. “Me afecta más allá de toda expresión en su presencia, ver qué luchas hace para mantener la serenidad”.

Jorge volvió a tener recaídas en 1789, 1801 y 1804, hasta quedar en 1810 “permanentemente trastornado”, según afirma la Casa Real Británica.

Ante el avance de la enfermedad, Jorge quedó recluido en el castillo de Windsor, mientras Carlota cuidaba de su numerosa familia bajo la preocupación de que sus varios hijos casados ​​estuvieran envejeciendo y no hubieran tenido un heredero al trono.

El estado de Jorge III obligó a desarrollar una Ley de Regencia en la que se concedió a la reina Carlota un papel importante

Durante el segundo ataque de salud del rey en 1788, se desarrolló un proyecto de ley que declaraba al hijo mayor de los monarcas, también llamado Jorge, como príncipe regente en el caso de que su padre no pudiese seguir en sus funciones a causa de su enfermedad. La norma también concedió a la reina Carlota la tutela de su marido y de sus hijos menores hasta su muerte en 1818, un suceso al que no llega la línea temporal de la serie.

La Ley de Regencia se hizo efectiva en 1811 y perduró hasta 1820 cuando, tras 60 años de reinado, Jorge III falleció dejando su trono a Jorge IV.

Fuentes

Casa Real Británica

Historic Royal Palaces

Royal Collection Trust

National Geographic

The Guardian

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